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Había una vez una guerra que se desató en estas tierras, la guerra del salitre y el guano le dicen los peruanos. Por allá por 1879.
Desde entonces no ha habido tranquilidad en esta ciudad. Soy shico, un gaviotín “milenial”, pero mis antepasados contribuyeron con montañas de caca para generar el guano, así que tengo cuchara en este pastel.
Soy shico y he vivido pocos años en esta convulsionada urbe. Pero en tan poco tiempo vi tanto, que decidí auto exiliarme, reencontrarme con el plan que el universo tenía planeado para mí. Conocí chamanes, probé ayahuasca, me sometí a terapia cognitivo-conductual, desarrollé adicciones a psicotrópicos con receta retenida, entré (y después salí) de Snapchat, volé hasta el mar de Siberia Oriental y volví.
Volví. Porque soy shico y endémico de esta zona. Volví porque es el peor momento para hacerlo y eso me gusta. Antofagasta, la de antes, ya no es la misma, como diría el poeta.
Me fui a una cantina con algunos yecos y jotes amigos míos, para ponerme al día con las novedades del evento más importante que se avecina: las elecciones municipales. Pero a mis panas la política no les mueve ni una pluma.
Me metí a internet: encontré El Timeline.
Mi cara cuando me enteré que Don Dani estaba vivito y aleteando: :O
Don Dani, el que ayudó a Karen Paulina a ser alcaldesa y después fue desechado como una basurita en la playa. Cuando todos creían que “ya no era más”, volvió. Es como yo.
Jaimico finalmente se decidió a postular a alcalde. Y tal como la primera vez que lo hizo en 2004, tendrá un face to face (cara a cara porque speak in english) con Don Dani. Soy shico y me gusta dar consejos: No te preocupes de que tus manos estén un poco manchadas con nitratos de SQM. Preocúpate de Don Dani.
Mismo consejo para Manolo. Siempre supimos que tarde o temprano saldría SQM en su vida, si corre por su ADN desde cuando era el profe del Liceo Politécnico Julio Montt Salamanca de Pedro de Valdivia, y después alcalde del dictador (¿Se puede decir dictador ahora? ¿Suena muy fuerte? Pregunto porque soy shico y nací en democracia).
De la Karen Paulina me perdí toda su gestión. Dediqué estos años a practicar el poliamor marino costero y ocupó todo mi tiempo. Vi que hay caras distintas en sus oficinas, que está más flaca que nunca (pero ella es libre de ser todo lo flaca que quiera, es su cuerpo. Okey?), que nunca se borró el tatuaje canero del tobillo, que benefició a su cuñado con un contrato millonario en la Corporación Municipal.
Andrea Merino logró su sueño de hace cuatro años, pero la canción es la misma y la Nueva Mayoría sigue llena de tránsfugas. ¡NO al transfuguismo! A los “PPDs por KR” les digo lo mismo que a mis amigos yecos: la están cagando.
Veo caras nuevas.
No puedo evitar tener simpatía por el candidato Díaz también conocido como “pájaro malo”. Aplíquenme la Ley de Probidad Plumífera.
A la candidata Mundaca la recuerdan mis ojos shicos, liderando el lanzamiento de un vaso de agua a Andrés Velasco en una charla en una universidad. No puedo evitar sentir simpatía por ella también. Pese a que no logró llegar con el vital elemento al rostro Ciudadano (true story).
Hay un candidato Jorge Pérez de Pueblo Unido. Sólo eso puedo decir al respecto.
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