Los esfuerzos de la escuela de patinaje “Mi Roller” por limpiar el skate park de Pablo Neruda, ubicado en plena costanera de Antofagasta, parecen en vano cuando observan las imágenes de un sujeto destruyendo la infraestructura del lugar. Con un palo, el individuo ejerce presión entre varios tubos de metal para sacarlos uno a uno, dejando una serie de peligrosas puntas en una zona en la que deportistas de diversas disciplinas deben deslizarse.
Se trata de un episodio más de inseguridad que afecta al espacio deportivo que permanece en abandono y que el año pasado, en unos de sus costados, fue el sitio del suceso de un homicidio. Aquel punto, que era conocido como “la casa del terror”, no registra ningún tipo de mantenimiento, ni cuidado, escenario ideal para acumular basura y servir de refugio para la venta y consumo de drogas.
Williams Espinoza fundó la escuela de patinaje hace tres años e imparten clases a 75 niños y a 35 adultos. Como usuarios semanales del parque conocen perfectamente sus problemas y también apuntan a las gestiones que podrían ayudar a recuperar ese espacio. “Más seguridad, que cada cierto tiempo pase una patrulla o Seguridad Ciudadana. La infraestructura no está tan mal, pero lo que hace falta es una limpieza profunda en el skate park, porque hay colchones, carpa rotas, sacos de dormir. Una vez con nuestros propios medios sacamos un camión ‘tres cuartos’ lleno de basura y la municipalidad, en ese sentido, nunca se ha pronunciado. En una ocasión sacaron personas que estaban en la parte del café, pero las dependencias del skate park, baños, camarines, oficinas estuvieron tomadas un tiempo. Cuando llegamos ellos se fueron, sin embargo, ahora están tomadas de nuevo”, explicó Espinoza.
Lo ideal, agregó, sería utilizar el skate park como un centro deportivo de alto rendimiento, tal como su idea original, ya que no solamente acuden quienes practican roller, también van deportistas de BMX y skate, disciplinas en las que cuentan con buenos exponentes locales, aseguró Espinoza.
Además, es un sector en el que se reúnen grupos de bronces para ensayar, por lo que se trata de una zona altamente concurrida. “Pero como no somos fútbol, no hay apoyo”, lamentó el fundador de la escuela de patinaje.
“Mi Roller” nació desde otra escuela tras participar en un campeonato en Coquimbo. Primero se enfocaron solamente en adultos y pasado un mes, los apoderados de la otra escuela pidieron que se extendieran a niños. La clases las imparten cuatro profesores, uno para el nivel avanzado, otro para intermedio y dos profesores para el básico. Las disciplinas que practican son freestyle slides, frenos en una lona; skatecross (patín carrera), pero con obstáculos, además de talleres de la modalidad agresivo.
Williams contó que vieron que en Antofagasta había niños con mucho potencial y con la escuela buscan ayudarlos para que surjan como deportistas. Esta tarea la realiza en sus tiempos libres de lunes a lunes, ya que trabaja con horario de oficina durante la semana en su servicio en el Ejército.
La escuela pronto cumplirá tres años y llevan cerca de un año y medio ocupando el skate park Neruda, hasta donde llegaron porque no hay otros espacios en Antofagasta para practicar esa disciplina. “Así que tomamos el skate park como nuestra casa, la cuidamos, barremos, cuando se hacen actividades que ensucian el lugar nuestros apoderados, alumnos y la comunidad roller nos ayuda a limpiar. Es un gran trabajo que hacemos y que pasen todas estas cosas es complicado”, declaró respecto del video en el que se destruye la infraestructura.
BASURA Y VENTA DE DROGAS
Cuando llegaron al skate park hace más de un año el lugar era un basural, con mucho tráfico y consumo de drogas. Pero con el tiempo, dándole un mayor uso deportivo al parque, empezó a llegar más gente y esas incivilidades decayeron un poco. El profesor de patinaje aseguró que han limpiado el basural y que la gente de ornato de la municipalidad ayudó bastante en su momento, pero después la persona que cumplía ese rol se fue y desde entonces no tienen apoyo. Todo lo que hacen es de manera particular, con la escuela y la comunidad.
“Cuando entramos al invierno, lo que hacemos es juntarnos en otro lugar y cuando tenemos bastante gente vamos al skate park, porque nos han tocado algunas situaciones y para no exponer a los niños llegamos en grupos grandes para trabajar tranquilos”, detalló.
Desde que llegaron hace más de un año la situación de inseguridad disminuyó un poco, pero ahora observan una mayor presencia de indigentes. Incluso, dijo que hace unas tres semanas había carpas adentro de los bowls (la parte hundida de la superficie). Un contacto que los ayuda bastante es el exconsejero regional Fabián Ossandón, quien efectúa las gestiones para que acudan patrullajes.
“El otro problema es la gente que va a beber durante la noche y rompe botellas. Tenemos algunas lesiones con profesores, yo mismo me he cortado las manos porque hay mucho vidrio. Así que tenemos que volver a limpiar antes de empezar las clases y ahora con esto de los fierros quedó más peligroso”, expuso Espinoza.
Hace siete meses decidieron conformar un club deportivo, “Raiders del Norte”, para postular a proyectos e iniciativas que mejoren la infraestructura, pero aquello es un proceso de largo aliento.
“Es muy complejo porque es el único espacio que tienen los spots (barandas, bowls, rampas) que podemos ocupar. También vamos al Parque Croacia, pero cuando vemos que está ocupado o demasiado sucio, colocamos nuestras rampas en otro sector plano, nos adaptamos a las circunstancias. En el Parque Croacia hay un bike park y hemos hecho hartas gestiones, completadas para mejorar en algo el lugar. Estamos tratando de hacer cosas en varias partes para que el deporte y el patinaje surja, pero con cosas como las que están pasando es muy difícil (destrucción del parque Pablo Neruda)”, indicó Williams Espinoza.
