Esta semana fue aprobada por la Cámara de Diputados en su último trámite, la ley que establece la elección por voto popular de los Gobernadores Regional, quedando lista para ser despachada y por ende promulgada y publicada, convirtiéndose en ley de la República.
Esto no quiere decir que el 2017 tengamos necesariamente la elección de esta nueva “autoridad”, pues para que ello sea realidad es necesario que se aprueben la Ley Orgánica Constitucional que regule estas elecciones, proyecto que aún no ingresa al Congreso, y la más importante a mi parecer que es la ley de transferencia de competencias, que se encuentra en el Senado en su tercer trámite.
Habiendo ejercido el cargo de Intendente Regional, me parece que lo más relevante para que esta nueva figura no sea solo eso una “figura decorativa” y efectivamente sea una “autoridad”, es la ley de transferencia de competencias.
Las regiones vienen por mucho tiempo, lo que se ha visto incrementado en los últimos años, pidiendo mayor autonomía en la toma de decisiones, con objeto de que las soluciones a sus problemas sean pensadas y desarrolladas en las regiones y no por el nivel central, en las denominadas Políticas Nacionales, las cuales son diseñadas desde Santiago, pensadas en los problemas que aquejan a la capital que muchas veces son muy distintas a las problemáticas que tenemos en las regiones.
Sin una real transferencia de competencia, en aquellas materias que realmente nos aquejan a las regiones, esta nueva figura, no será más como lo denomine en una columna anterior un Rey Sin Trono, convirtiéndose en un retroceso en el tan anhelado proceso de Regionalización.
Desde esta columna, le pido a todos nuestros parlamentarios que esta ley sea aprobada, pero más que pensando en un plazo, sea pensando en la relevancia que tiene esta ley en el proceso de regionalización.
Para ello no solo basta que se les transfieran algunas competencias, sino que se entreguen reales facultades en los ámbitos que la población declara ser sus mayores problemas, seguridad pública, salud, educación, vivienda y gestión del territorio. Además es necesario que esta ley venga amarrada con mayores recursos, con un aumento en las plantas de profesionales, de lo contrario esta ley no será un avance en la regionalización sino que a la larga un retroceso en este proceso.
Creo que estamos todos de acuerdo que idealmente este Gobernador Regional pueda ser electo el 2017, pero prefiero que esta elección se postergue para próximas elecciones, a elegir a una figura que no tendrá ningún rol relevante en la toma de decisiones pues “No por madrugar amanece más temprano”.