Tras leer sobre la visita del Subsecretario de Trabajo Francisco Arab a Antofagasta, resulta al menos molesto y digno de análisis de contexto. Señala que el problema de desempleo se debe: a) al efecto del precio del cobre y b) a las malas políticas del anterior gobierno. Al respecto, sólo puedo coincidir en la primera ya que hablar de malas políticas me lleva comparar con la siguiente pregunta: «¿Qué bueno nos dejó el primer gobierno del Presidente Piñera”.
Cabe señalar que en materia habitacional en la región de Antofagasta entre los años 2010-14 se construyeron solo 44 viviendas. En materia de salud, ídem; deuda de hospitales y errores que terminaron costando casi el triple. Pero hoy analizaré “la agenda de Trabajo”.
La región de Antofagasta efectivamente, no a contar del año 2014 sino que desde el año 2012, venía impactada por el precio del cobre que mostraba señales potentes de baja en la compra de mercados internacionales que impactarían no a futuro sino en forma mediata nuestra economía como país.
Dentro de las múltiples causales estuvo el freno en el consumo del mercado chino (nuestro principal comprador), especulación del mercado americano producto del proceso eleccionario en que Trump es elegido y el Brexit, entre otros para señalar efectos exógenos.
Pero, internamente, estuvo la falta de productividad; es decir, como somos capaces de hacer mejor las cosas con menos, y la falta de inversión interna que finalmente se gatilla en el 204 en adelante y que es fruto de la falta de visión del gobierno de Piñera al no capitalizar Codelco cuando se debió hacer.
Señala el señor Arab, que la Reforma Tributaria y Laboral serían las causantes; argumento del todo liviano al obviar lo antes citado, más aún, cuando el gobierno que él representa se jactó de construir un millón de empleos (que no fue tal) y que en cuanto a procesos, tuvo su peak de creación en los años de bonanza que dejo el anterior gobierno de la presidenta Bachelet (2010-2012) y que justamente las cifras del mercado de metales eran las más ventajosas. Pero, ¿qué pasó luego? Entre 2012-2014 cae dado los efectos antes señalados; además, comienza el exponencial aumento de los empleos por cuenta propia.
En el gobierno de la presidenta Michel Bachelet la cifra país de desempleo fue controlada de forma tal que, si revisamos un comparativo en la página del INE respecto a lo hecho en el primer gobierno de Piñera y el último de la presidenta, nos daremos cuenta que el de actual mandatario fue mayor.
El problema del efecto del precio del cobre radica fundamentalmente en que la matriz productiva de la región está basada prácticamente -o casi exclusivamente- en la minería; es decir, si la minería no genera empleos, el efecto en cadena afecta al cluster.
De hecho, cabe señalar que en lo que fue entre 2016 a mediados del 2017 es el comercio y la construcción los sectores económicos los que ayudaron a que el desempleo no impacte aún más en la región, ello porque la gente que vio perdido su puesto de empleo en la minería, muchas veces siguió consumiendo tal como lo haría si aún lo hubiese tenido (datos a encontrar en el observatorio laboral Antofagasta).
Luego, decir que el efecto es de política, es liviano; ignora que la región es en proporción de habitantes la más sindicalizada del país, y no obstante aquello, la reforma laboral a la Arab atribuye como “culpable” del desempleo ha demostrado que ha bajado aún más las cifras de conflictividad al interior de las empresas y con ello se ha ganado en productividad; ignora -asimismo- que los resultados serían aún mejores si en el debate legislativo se hubiese dejado por la derecha la mezquindad que llevó hoy a tener instituciones sin estructura como fue la “impugnación en Tribunal constitucional de los grupos negociadores”, “la eliminación de la negociación ramal”, es no tener memoria.
Fueron 39 las leyes laborales en el gobierno Bachelet y 4 (tres de feriado y descanso parental) en el primer gobierno Piñera, 39 que ayudaron a cimentar justicia, productividad y dialogo, siempre con el tripartismo por delante, lo anterior en un círculo virtuoso.
Termino diciendo que, es fácil discursear desde la capital sin conocer la realidad de la región y con ello llenar los imaginarios de mitos y paradigmas con citas y argumentos carentes de realidad.
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