La Organización de Naciones Unidas ha presentado hoy un informe sobre el ataque del 21 de agosto en los suburbios de Damasco, en el que afirma que tiene pruebas «claras y convincentes» de que se emplearon cohetes para diseminar gas sarín, un agente nervioso que según Estados Unidos provocó la muerte de 1.429 personas.
Según el informe, el 85% de las muestras de sangre recogidas por los inspectores enviados a Siria por la Secretaría General de la ONU, dieron positivo en la prueba realizada en el laboratorio para la detección de sarín. «La conclusión es que en el conflicto que enfrenta a las partes en Siria se usaron armas químicas contra civiles, incluidos menores de edad, a una escala relativamente grande», sentencian los inspectores de Naciones Unidas.
La misión de esos investigadores no era determinar quién es el autor del ataque, aunque el Secretario General, Ban Ki Moon, dijo este lunes que en Siria «se han cometido crímenes de guerra» y que la comunidad internacional “es responsable de que los responsables rindan cuentas”.
Última Hora
COMPARTE ESTA NOTICIA