El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha tendido este lunes una mano a Chile y se ha mostrado dispuesto a retomar el diálogo en relación a las disputas territoriales que enfrentan a ambos países, pero ha insistido en que su Gobierno quiere un «diálogo con resultados» y no renunciará a seguir reivindicando de una salida al mar con plena soberanía.
Morales ha escrito este lunes el enésimo capítulo de un litigio que se remonta a 1879, cuando Bolivia perdió su salida al Pacífico en la guerra que mantuvo con Chile y que culminó con el Tratado de Paz y Amistad de 1904.
El caso ha llegado hasta la Corte Internacional de Justicia (CIJ), aunque la posible vuelta de Michelle Bachelet a la Presidencia de Chile podría volver a acercar a ambos países. De hecho, en 2006, durante el mandato de Bachelet, Santiago y la Paz llegaron a firmar una agenda –que nunca se llevó a la práctica– para iniciar las negociaciones sobre la salida marítima para Bolivia.
La candidata de Nueva Mayoría para las presidenciales de Chile ha incluido en su programa una propuesta para retomar el diálogo y Morales ha recogido el guante, aunque con matices. Así, el presidente boliviano ha explicado que, de forma «paralela» a la demanda impuesta ante la CIJ, también «puede acompañar el diálogo».
«Estamos abiertos al diálogo, no tenemos ningún problema, pero quisiéramos un diálogo con resultados y no de sordos», ha asegurado Morales durante una rueda de prensa en Sucre. Morales, que insiste en la reivindicación de su Gobierno, ha recordado que ya ha hablado del tema, sin éxito, con los expresidentes chilenos Bachelet y Ricardo Lagos y con el actual mandatario, Sebastián Piñera.
La Paz llevó sus reivindicaciones ante la CIJ en abril de 2013 y el caso se encuentra actualmente en fase de alegatos. Las autoridades chilenas han reconocido que el diálogo y la demanda judicial son incompatibles, pero previsiblemente el futuro de las relaciones bilaterales dependerá del resultado de los comicios del próximo domingo. Bachelet figura como destacada favorita en todas las encuestas, aunque podría necesitar de segunda vuelta para sellar su victoria.