«Si el Puerto de Antofagasta está contaminando, la autoridad debe cerrarlo ya. El dueño del puerto es el Estado de Chile y Antofagasta Terminal Internacional (ATI) es su concesionaria. Por lo tanto, es la autoridad la que debe tomar esa decisión y si así lo resuelve, lo acataremos con todos los costos que esto implica», era el comienzo de una dura carta escrita por Andrónico Luksic difundida en su red social para referirse a un artículo publicado por El Mostrador donde cuestionan el impacto medioambiental que han tenido las empresas del grupo en la ciudad de Antofagasta.
En la carta, Luksic destaca el vínculo de la familia con el puerto a través de sus distintas empresas el cual incluye desde el 2011 a ATI, como accionistas mayoritarios. «Antes de la concesión el mineral se acopiaba al aire libre. Hoy no solo las operaciones del puerto son 100% herméticas, sino que también las de transportistas, mineras y Empresa Portuaria de Antofagasta (EPA).
Un mal negocio
Al final del texto se refiere a alcances económicos de Antofagasta Terminal Internacional indicando que «en los últimos cuatro años, ATI ha aportado a la empresa estatal por concepto de concesión un total de 28,5 millones de dólares, mientras que la compañía en ese mismo lapso ha sufrido pérdidas por 12,5 millondes de dólares. Sí, pérdidas. Este terminal está muy lejos de ser un buen negocio».
Además, agrega que «tengo la tranquilidad de que nuestras empresas y todos sus equipos trabajan día a día de manera responsable, con el firme propósito de mejorar sus estándares, seguir contribuyendo al desarrollo de Chile, dando buenos empleos y siendo un aporte para las comunidades con que se vinculan. Si el Puerto de Antofagasta está contaminando, la autoridad debe cerrarlo ya», concluye el empresario.