Uno de los dilemas que nos invade hoy a la hora de ir a cualquier parte en Antofagasta es cómo llegaremos a ese lugar. ¿Iremos en Auto o en micro? es la interrogante clásica antes de salir de casa y la decisión debe ser certera, ya que de esta opción dependerá el tiempo que gastaremos en el traslado, y el dinero que desembolsaremos.
No es lo mismo vivir en el centro que en uno de los extremos de la ciudad, una Antofagasta que crece a lo largo, pero que en infraestructura vial parece estar al debe para las necesidades de traslado que tenemos. A eso le sumamos un deficiente transporte público, un exceso de autos y un ferrocarril que corta la ciudad en dos, provocando congestión en horas punta.
En un análisis “subjetivo” realizado por el equipo de Timeline Antofagasta, estos son los pro y contras de los diferentes medios de transporte que tenemos a disposición en la ciudad:
TransAntofagasta: Uno de los medios de transporte más cuestionados. Máquinas que para muchos son anticuadas, recorridos engorrosos que pueden alargar hasta 1 hora un traslado que no tomaría más de 20 minutos. Actualmente el precio llega a los $470, quizás la única ventaja comparativa con el resto de los medios de transporte de Antofagasta.
Colectivo: Un gremio “sin Dios ni ley” donde encontramos de todo. Si bien no generalizamos, encontramos choferes de colectivo que pueden hacer que nuestro viaje sea un verdadero martirio.
Ejemplos de malas prácticas hay montones. Conductores de los recorridos “4” no paran en el centro hacia el sur (dicen que no les conviene).
Si bien en tiempo – en general – nos podemos ahorrar varios minutos en comparación a las micros, el precio es mucho más caro dependiendo el recorrido. (Desde el centro al sector norte la tarifa se acerca a los mil pesos, más del doble que el Transantofagasta).
Colectivos de varias líneas que no cumplen el recorrido establecido.
Conductores que trabajan de manera ilegal en las noches o los fines de semana y que cobran tarifas a su antojo.
Máquinas incómodas, que convierten un sufrimiento subir en la parte de atrás de un colectivo y quedar aplastado por otros pasajeros. ¿Quién fiscaliza?
Taxi: De Chile y el mundo, Antofagasta debe ser la ciudad que tiene los taxis más caros. Sin el uso del taxímetro, y con una tarifa cobrada al “ojímetro” por el conductor, puede hacer que una carrera de un par de cuadras cueste por lo bajo unos 4 mil pesos.
En caso de urgencia, conseguir un taxi puede ser una odisea, ya que generalmente no transitan por las calles y solo están en lugares establecidos (mall, supermercados, plaza).
Si tienes dinero, un taxi puede ser la opción, pero sin duda que no hay economía que aguante.
Automóvil: El medio de transporte más popular entre los antofagastinos (Y cuando hablamos de automóvil también nos referimos a camionetas mineras y 4 x 4 de lujo). El parque automotriz en la ciudad alcanza las 100 mil unidades, donde hay familias que incluso tienen tres autos en la puerta de su casa (si, vaya a darse una vuelta a los jardines del sur o a los condominios del sector norte).
Salir en auto se puede convertir en una aventura extrema. Hay que esquivar hoyos en muchas de las calles y a la hora de conseguir estacionamiento, la dificultad de encontrar un espacio (público o privado) se puede convertir en una misión imposible.
Si corres el riesgo, estacionarse en la calle es un peligro: primero te pueden multar por aparcar en zona prohibida, o ser prácticamente “asaltado” por algún cuidador de autos “malas pulgas”.
Motocicleta: Las motos han ido ganándose un espacio en Antofagasta y se debe proyectar como una solución para nuestras colapsadas calles. Su economía de consumo de combustible, su fácil aparcamiento pueden ser ventajas grandes.
Sin embargo, el peligro que implica muchas veces su uso y la poca cultura del automovilista de compartir las vías con estos biciclos, es un riesgo latente.
Además, siempre está vigente el peligro que algún perro estilo “Dientes de Sable” te de un mordisco.
Bicicleta: Quizás la más compleja. La ciudad no cuenta con una infraestructura vial para moverse en bicicleta. Sólo en el sector norte existen ciclovías y andar por la calle es poner en riesgo la vida. Al igual que las motos, los peligros de ser atropellado son altos. Llama la atención que aún no se impulsen proyectos de ciclovías en toda la ciudad.
A pie: Una opción sana y natural de transportarse en la ciudad, sobre todo si vives en el centro. Gozamos de un clima templado y las distancias no son tan largas. Al emprender un viaje a pie, hay que considerar la batalla contra las veredas en mal estado, pero en general andar a pie tiene beneficios a la salud, y si vives en el centro no saques el auto y ¡camina!
Para ti, ¿cuál es el mejor medio de transporte?
Ilustraciones por @Chrischile
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