El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) ha publicado, esta semana, una batería de investigaciones de una magnitud sin precedente, por la cantidad de documentos analizados, y que revela cómo las altas esferas del poder económico y político; ambas al fin y al cabo siempre relacionadas en una relación asquerosamente incestuosa; utilizan los paraísos fiscales para evadir impuestos, lavar dinero “sucio” y cerrar negocios absolutamente ocultos y al margen de la ley de los países respectivamente concernidos.
Ahora sepan que esta investigación no constituye una novedad en si, es simplemente, al igual que con una temporada en una seria de Netflix, un episodio más de una seguidilla de investigaciones y revelaciones de documentos: “Offshore Leaks”(2013), “China Leaks”(2014), “Panama Papers” (2016), “Bahamas Leaks” (2016), “Football Leaks” (2016), “Money Island”(2017), “Malta Files” (2017), “Paradise Papers” (2017), “Dubaï Papers” (2018), “FinCEN Files” (2020), “OpenLux” (2021) y ahora “Pandora Papers”.
A título indicativo, en el consorcio de periodistas, encontramos diarios del tamaño y prestigio del Washington Post, The Guardian, El País, Le Monde, etc…. Esto no es un complot de los “Illuminatis-marxistas-onusistas-antivacunas-reptilianos”. Es más bien una triste y cruda realidad internacional. Y parece que existe un serio problema mundial con la ética, la acumulación de riquezas y la participación al esfuerzo común en relación con lo que uno tiene. Y con este nuevo mundo virtual, se está aplicando inexorablemente el principio de transparencia que expone frente a nuestros ojos el mundo del poder tal como es y, quizás, como siempre ha sido. Un mundo motivado esencialmente por la codicia. ¿Se puede hacer algo contra aquello? Se desprende como una sensación de que no es posible. El monstruo tiene demasiadas cabezas y existen muy pocas espadas.
Este nuevo escándalo demuestra una vez más cómo los más ricos y las multinacionales siguen recurriendo, de manera casi industrial, a los paraísos fiscales para evitar pagar impuestos y para proceder a lavados de dinero, ya que las características de esos paraísos es de no preguntar de dónde provienen los fondos. En los nombres que salieron a la luz, encontramos de todo. Gente cercana al gobierno de Putín, del Vaticano, grandes fortunas de Medio Oriente, mafiosos italianos, activista político de extrema derecha, Julio Iglesias, el ex primer ministro británico Tony Blair y…. nuestro presidente de la República en función al igual que el Señor Delano, el famoso “Choclo Delano”, el hombre que estaba detrás de las boletas ideológicamente falsas que financiaban, transversalmente, la política chilena.
Las revelaciones de los documentos de “Pandora Papers”, demuestran la implicación del presidente Sebastian Piñera en transacciones extraterritoriales, con sus empresas que financiaron dos sociedades registradas en las Islas Vírgenes Británicas, en 1997. Estas empresas propietarias del 30% del famoso proyecto Dominga, cedieron su participación al empresario Delano por más de 130 millones de dólares, pagados en tres cuotas y la ultimas de ellas ocurriría a condición que el sector del dicho proyecto no fuese declarado reserva natural.
La reacción de La Moneda fue inmediata, y emitió una declaración negando la participación del presidente en la venta de Minera Dominga, un proyecto criticado por sus efectos sobre el medio ambiente. «Los hechos antes mencionados relativos a la venta de Minera Dominga ya han sido investigados a fondo por la Fiscalía y los tribunales en 2017, y la Fiscalía ha recomendado que se ponga fin al caso debido a la ausencia de delito, el respeto de la ley y la ausencia de participación del presidente Sebastián Piñera en la operación antes mencionada», indica el comunicado.
Así, esta declaración no niega la transacción realizada en un paraíso fiscal por las empresas que pertenecen al presidente y su familia. Pero la verdad sea dicha, en la investigación que llevo a cabo la fiscalía, se desconocía la transacción realizada en las Islas Virgenes británicas, que como es lógico en estos casos, se realizan precisamente en esos lugares en donde no existen archivos fiscales y tributarios. Y este último detalle, no es para nada menor.
Todo esto se suma a una “serie” de negocios del presidente y su familia, en que la « ética » ha sido bastante relativa o ausente, a la hora de firmar millonarios contratos comerciales. Tanto es así, que en la propia derecha critican su forma de hacer negocios, como lo hizo el senador Ossandon, quien le reprochó, en un debate televisivo, con toda la sutileza que lo caracteriza; “no lo declararon reo por lindo”, refiriéndose al caso Banco de Talca. A nivel regional, un ex Senador de su mismo sector, Carlos Cantero, viene años hablando en pésimos términos del actual mandatario.
En la opinión pública, frecuentemente se conocen denuncias de las cuales ha sido objeto, al igual que sus hijos, que incluso lo han acompañado durante algunos de sus viajes, aprovechando la ocasión para obtener y firmar algunos lucrativos contratos. Por otra parte, sería ingenuo pensar que no existen, en nuestro país, otros empresarios que han utilizado los mismos paraísos fiscales para cerrar negocios y evitar pagar impuestos en el territorio nacional, despedazando las riquezas nacionales. Este tipo de triangulaciones financieras son bien conocidas en algunos círculos y grupos empresariales, los mismos grupos que financian campañas políticas.
Chile, pero sobre todo el presidente Piñera, ha sido mencionado en el mundo como parte de los que “evaden impuestos” y con esa acción aparece como una persona poco apegada a la ley, propenso a favorecer la corrupción. El primero de los ciudadanos de nuestro país. Esta gota podría hacer rebalsar el vaso. Objetivamente. Hace rato que ya no somos los ingleses de America, si con suerte un día lo fuimos. ¿Qué es Chile en 2021? Un país cuyo presidente ha perdido toda legitimidad de estar en el cargo. De nada sirve la campaña de vacunas, el otorgamiento de subvenciones sociales si no se corrige lo que debe ser corregido, reformado y refundado lo que debía serlo e implementado lo que hacía falta. Pero ya es demasiado tarde. Como la costumbre es una fuente de derecho, a veces pareciera también que esta supera la ley. Porque la costumbre del chileno incitaría a hacerse el leso con este tema hasta el cambio de mando, que sabemos que va ocurrir. Negociar y mirar para otra lado, hablar de todo salvo de esto, de aquí a marzo 2022. Para qué complicarse. Si después de todo, estamos en Chile. Un país que no logra a salir de su mediocridad crasa. ¿Se puede revertir aquello?
La mitología griega contaba que Zeus, deseoso de vengarse de Prometeo por haber robado el fuego y dárselo a los humanos, presentó al hermano de este, Epimeteo, una mujer llamada Pandora, con quien este decidió casarse. Como regalo de bodas, de parte de los dioses, Pandora recibió una misteriosa caja, con instrucciones estrictas de no abrirla bajo ninguna circunstancia. Desafortunadamente, esos mismos dioses habían otorgado también a Pandora una gran curiosidad, por lo que ella decidió, un día, abrir la caja para ver qué había dentro. Al abrirla, escaparon de su interior todos los males del mundo. Cuando logró por fin a cerrarla, solo quedaba en el fondo de la caja, la esperanza. El más lindo de los sentimientos o quizás simplemente una maldición más.