En esta mañana, en que nuestra Antofagasta despierta lentamente, en sutiles vientos marinos que soplan la primavera vacilante de un nuevo octubre, sin florecer aún y en ausencia del sol del desierto, sea mi Canto Agradecido, un profundo Homenaje a las Profesoras y Profesores del Mundo que, iluminan en hermandad eterna, las aulas, los patios escolares y los cielos con sus Cantos Libertarios, en febril explosión y lección de humanidad, sin historias silenciadas.
Sea mi Canto, a los 76.000 Profesores y Profesoras del Chile Nuestro de palabra sencilla y pensamiento profundo que, caminan todas sus estaciones de vida, siempre encendidos de bondad y sabiduría; más, hoy, sus miradas son lejanías de tristezas que, aún esperan el merecido Pago de la Deuda Histórica e incluso, tantos ya fallecieron en las profundidades de su otoño, con sus almas marchitas sin luz, ni verdad de valoración social, por la negación de cuatro décadas, por los Gobiernos y Autoridades de insensibilidades imperantes en el tiempo.
Sea mi Canto a Todas las Profesoras y Profesores que, curtida su piel de mares, de gaviotas y tatuados con perlas blanquecinas, semejando verdadera fuente mágica de desierto que apaga la sed y alimenta a los Hijos del Norte con el pan moreno tostado por los siglos; esperando, siempre anhelantes de la Nueva Educación Pública que; en la ventana del azul Pacífico y en barcos de nostalgias de La Portada milenaria, anuncian presencia de infinito y nuevas mañanas de esperanzas hacia una Región Hermana en la Equidad y Justicia Social, para todas y todos sus habitantes de nuestra Antofagasta, Puerta del Salar Grande.
Sea mi Canto de júbilo a las y los Profesores, Hermanos de Luz y Libertad, talladores en sinfonías de vientos, forjadores de la palabra, que, como viajeros eternos, coronados por el sol y el viento de la agreste tierra sin lluvias de la Antofagasta, en dulce expresión de eternidad, cultivan entre llantos de siglos y oleajes de alegría, las almas de la Nortinidad, acompañando a la Niñez y Juventud, transformándoles por los caminos del entendimiento, como el grano de trigo que se convierte en el Pan de su Pueblo.
Sea mi Canto a las y los Profesores de Canto Libre, Sembradores de Humanidad que, educan en versos de mil banderas generosas y profundas, interpretando el lenguaje de la vida, la historia y sus aconteceres; y así, bellamente hermanan los Pueblos transformando la tristeza y desesperanza del Inmigrante en infinita alegría de nuevo tiempo; por ello y tanto más, Canto a los Profesores y Profesoras que educan a sus gentes, desde la Voz de la Sangre (Vox Sanguinis) o desde la Voz de la Tierra (Vox Terrae) y tatúan su alma con los sueños de Todos sus Estudiantes, ensanchando las rutas de la existencia de las familias que habitan nuestro norte, sin importar su color, ni su bandera; sino que, desde la plenitud humana forjan una Antofagasta Universal del Canto Social de la América morena, en Justicia Social y Felicidad.
En fin, sea mi Canto a las y los Profesores del Norte que, sin grilletes en su voz de Libertad y, a pesar del Veto Presidencial al justo Reconocimiento de los Docentes; continúan, como Hermanos de la Luz y Precursores de Sueños, construyendo esperanzas entre cantos de piedras de sal y de sol, acompañando a la niñez y juventud que habitan, viven, caminan, sienten, sueñan y sufren buscando la fuente de agua y luz para beber la esperanza de nueva Humanidad hacia un Chile y una América en que :
¡EL PROFESOR, EN LECCIÓN DE AMOR, HUMANIZA EN ESPLENDOR!