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domingo, 22 diciembre, 2024
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Alcalde de Ollagüe y el estado de excepción: “Nos trae tranquilidad y esperamos que pueda extenderse”

Humberto Flores explicó que el ingreso descontrolado de migrantes generó dificultades en la comuna que tiene 320 habitantes, población compuesta en su mayoría por adultos mayores, quienes temen a los contagios por covid. El edil también advirtió que la ley no contempla recursos para reconducir a quienes llegan hasta su localidad y que esa gestión debe concretarse entre Carabineros y el municipio.

El alcalde de Ollagüe, Humberto Flores, manifestó que la presencia de los 61 militares destinados por el estado de excepción al control de los pasos fronterizos fue una determinación que sirvió para tranquilizar a los vecinos de su comuna. Junto a las policías, el contingente llegó a ordenar el flujo migratorio ilegal que afectaba en varios sentidos a la localidad compuesta en su mayoría por adultos mayores, quienes temían una eventual exposición a contagios por covid y que algunas casas vacías fueran ocupadas.

A 215 kilómetros al noreste de Calama, Ollagüe está ubicada en el límite de la Provincia de El Loa con Bolivia, transformándose en un paso obligado para quienes ingresan al país a través de Antofagasta. Su población es de 320 personas y el alcalde detalló que, en el momento más complejo, entraban cerca de 40 migrantes los fines de semanas. La cifra equivale al 12% de sus residentes y sin infraestructura para albergarlos, el único sitio que podía mantenerlos de forma temporal era la iglesia.

“Teníamos algo de descontrol porque ingresaban inmigrantes sin realizarse la prueba de antígenos y deambulaban sin que existiera un seguimiento de su condición. Esto preocupaba a la gente por las sospechas de covid. Son más adultos mayores y niños quienes se encuentran en la localidad, ya que los jóvenes bajan a Calama por temas laborales o de estudio”, sostuvo Flores.

El edil expresó que en la comuna había una sensación de inseguridad por los migrantes que deambulaban por la zona, con el temor a que pudieran tomarse alguna casa y las complejidades que involucra un desalojo. También preocupa la pandemia y la falta de seguimiento sanitario a quienes ingresan, grupo que además utiliza el bus en el que los ollagüinos bajan a Calama.

“Eran varias situaciones que se nos estaban generando. Los inmigrantes ocupaban el bus intercomunal que tenemos hacia Calama, que es el único medio de transporte y viajaban todos juntos y eso nos creó una situación incómoda porque no había ningún control covid. Además, no tenemos la infraestructura para tenerlos en algún sector. El padre nos prestaba la iglesia y nosotros simplemente apoyamos con colchonetas y frazadas para que permanecieran uno o dos días. Pero desde la nueva ley de migraciones ya no tenemos estos casos que ocurrían a fines del año pasado y en enero”, relató.

Flores reconoció que el estado de excepción sirvió para controlar el flujo que ya presenta una reducción. Y aunque todavía registran el ingreso de extranjeros, en su gran mayoría son detectados por los militares y los carabineros. “El proceso nos trae tranquilidad y esperamos que pueda extenderse por unos 15 días más o hasta que tengamos una migración controlada, para evitar cualquier tipo de inconveniente para Ollagüe y nuestra región”, solicitó el alcalde.

El trabajo fronterizo ha permitido más de 30 reconducciones e incluso, detectó un grupo que portaba un arma y droga durante su llegada a la zona. Y añadió que Ollagüe tiene 76 kilómetros lineales de frontera con Bolivia y las autoridades identificaron unos cinco puntos que se utilizan para el paso ilegal de vehículos o personas, sectores que ahora son controlados de manera efectiva por los militares.

Flores detalló que, si bien mantiene una comunicación con Bolivia, esta se reduce al paso fronterizo Abaroa, donde se entregan a los inmigrantes para que sean reconducidos a sus países. “A parte de esto, no contamos con una mayor comunicación con ellos y eso se lo dejamos a delegado presidencial regional y a los cancilleres de cada país”, indicó.

El jefe comunal expuso que antes del estado de excepción, llegaba un promedio de 40 personas, que es más o menos la capacidad de un bus que seguramente transporta a estos grupos hacia el límite fronterizo para entrar caminando a Ollagüe. Esto generalmente ocurría los fines de semana.

“El estado de excepción dura hasta el primero de marzo y tenemos 61 efectivos militares en Ollagüe custodiando los pasos ilegales. Adicional a esto se decretó una prohibición de tránsito desde el kilómetro cero desde Ollagüe hasta el retén de Ascotán, que está en el kilómetro 73, desde las cero horas hasta las seis de la mañana. Esto es para evidenciar si algún vehículo está involucrado en el tránsito de inmigrantes o en delitos. Las medidas se han aplicado, la comunidad se siente más segura y esa sensación se aprecia en que no tenemos personas deambulando por la localidad”, subrayó.

Un punto a parte para el edil es que la ley nueva ley de migraciones no establece recursos, por ejemplo, para derivar a los migrantes hacia un paso fronterizo. En palabras sencillas, no existe un móvil destinado a estas reconducciones y “la ley no contempla estas situaciones que van sucediendo en cada paso fronterizo, algo que no solo nos pasa a nosotros, probablemente también a Colchane. Estamos solicitando más contingente de Carabineros, vehículos en buen estado, drones para visualizar y apoyarse de noche y en nuestro caso, no contamos con ninguna infraestructura para albergar migrantes, solo tenemos la iglesia. Para las reconducciones tenemos que hacer gestiones internas entre el municipio y Carabineros, apoyándonos entre todos”.

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