Establecimientos municipales, subvencionados y privados inician este miércoles el año escolar y los expertos indican que hay dos elementos que inciden en el retorno a las aulas aún en época de pandemia. La campaña de vacunación y los beneficios irremplazables de la presencialidad en ciertos procesos educativos impulsan con fuerza la presencia de los alumnos en los establecimientos, en un contexto en el que las cifras por contagios de covid siguen bajando en la región.
La próxima semana se cumplen dos años desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de coronavirus y desde entonces, por motivos de seguridad sanitaria se suspendieron las clases presenciales. Sin embargo, en Antofagasta hay que sumar algunos meses más en esa condición, ya que también hubo una interrupción de la asistencia tras el estallido social en octubre del 2019. En la comuna, la Corporación Municipal de Desarrollo Social informó que ya había comenzado el trabajo de preparación de sus 48 escuelas y liceos, junto a diez jardines VTF, para asegurar el retorno presencial este miércoles.
Angello Retamal, doctor en genética molecular y microbiología de la Universidad de Antofagasta (UA), es el director del estudio de la vacuna de Sinovac en población infantil que se ejecuta en la ciudad, investigación que lidera la Pontificia Universidad Católica.
El especialista sostuvo que es importante que los padres adhieran a la campaña de inoculación, ya que la semana pasada publicaron un avance de los resultados del estudio en seguridad, es decir, si presentaron efectos adversos. “En niños desde los tres años, la vacuna ha sido bien tolerada e incluso desarrolla una muy buena respuesta inmune, más robusta que en los adultos. Nuestros resultados muestran que la vacuna CoronaVac desarrolla títulos de anticuerpos neutralizantes contra las variantes Delta y Ómicron. El llamado entonces, para generar un escenario propicio para volver a la presencialidad, es sin duda que los niños y niñas puedan vacunarse”, aseguró el doctor del Departamento de Biotecnología de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos de la UA.
A mediados de febrero, la Seremi de Salud precisó que, en la región, el 90% de la población mayor de tres años, cuenta con el esquema completo de vacunación. Retamal manifestó que, junto con recibir las dosis, es importante continuar con medidas como los testeos, aunque el apoyo económico para esta tarea de vigilancia activa se redujo, lo que pudo incidir en el aumento de contagios, además de los cambios en el protocolo del plan Paso a Paso.
“Todo esto contribuyó en el incremento y me preocupa que la población infantil esté vacunada para el inicio de las clases. La respuesta inmune es robusta 28 días después de la segunda dosis. Si bien la vacunación no es obligatoria, ayudará a frenar brotes de contagio”, afirmó el especialista.
El doctor expuso que todavía sigue la idea de los menores no se enferman de covid, pero que cuando algunos con comorbilidades se infectan, son propensos a desarrollar síndromes inflamatorios luego de sufrir el virus.
“Nos dimos cuenta de que, a diferencia de los adultos, los niños adquieren con más facilidad costumbres como el uso correcto de mascarilla. El problema es el desmadre ocurrido en discotecas, por ejemplo. A nosotros en un aula de clases nos restringen el aforo, pero en esos mismos 30 o 40 metros cuadrados hay 40 personas bailando sin mascarilla. Gran parte del aumento de los contagios ha sido por el descuido sobre todo en una población que adhirió poco a la vacunación, el rango entre los 18 y 35 años, que son quienes se mueven más incrementando la circulación del virus”, apuntó Retamal.
“Las brechas podrían ser irrecuperables»
Para el psicólogo Cristian Celedón es magíster en Políticas Públicas y Equidad por la Universidad de Glasgow (Reino Unido) y actualmente asesor especialista en educación de la Universidad de Chile, lo primero a considerar, afirmó, es que la presencialidad es gravitante para asegurar el aprendizaje en los estudiantes, sobre todo, al considerar que estuvieron fuera de la sala de clases durante dos años.
“Por eso instituciones como Unesco y Unicef son tan insistentes en promover este retorno, porque en caso de prolongar las clases remotas, podría ser que las brechas fueran casi irrecuperables. El Mineduc habla de que cada diez meses que el estudiante está sin presencialidad, puede perder casi el 80% del aprendizaje y en contextos vulnerables llegaría al 90%”, advirtió.
Celedón explicó que el año pasado, los colegios particulares en Antofagasta comenzaron el retorno con algunas actividades presenciales. Sin embargo, indicó que los establecimientos públicos continuaron con clases remotas por distintas circunstancias y por ello los sostenedores (municipios o corporaciones) tienen que hacer un esfuerzo para retomar la presencialidad. Y a pesar de que sea difícil conseguirla en un 100% sí tienen que trabajar algunas actividades para que los alumnos vuelvan a vincularse con su entorno escolar.
“Algunos procesos formativos son altamente aplicables y prácticos. En ese sentido, es muy difícil reemplazar esos aprendizajes por un contexto remoto. Eso no quiere decir que la educación online no sea adecuada, porque trae muchas oportunidades y un abanico de opciones para trabajar con los estudiantes. El tema es que no todo puede desarrollarse de forma online y ciertos procesos son difíciles en forma remota y no solo la educación técnico profesional, también en la educación prescolar y básica, que requieren del desarrollo de habilidades socioemocionales relevantes. La presencialidad es crítica”, enfatizó el asesor educacional.
“No tiene sentido tener las escuelas cerradas»
Un aspecto importante, añadió, pasar por comprender que el establecimiento educativo no es solo un lugar para aprender, es un espacio donde los estudiantes sociabilizan y la familia se vincula, los alumnos desarrollan habilidades y competencias que no solo se relacionan con los aprendizajes curriculares, estos factores también son fundamentales para el bienestar psicológico, emocional y social.
“Todos estos elementos deben tomarse en cuenta para entender que la escuela no es solo un lugar donde se aprenden contenidos, se desarrollan habilidades que servirán para toda la vida. Se entendía que por la pandemia había que tomar medidas de seguridad, pero ya en este punto hay que pensar en que gran parte de los estudiantes ya están vacunados. La evidencia ha sido bastante contundente en que el espacio educativo no es un lugar importante de contagios. Tomando en consideración todos estos elementos tener cerradas las escuelas no tiene ningún sentido, porque son más fuertes los costos que los beneficios y más aún en nuestro país, donde los establecimientos cumplen una función que va más allá de lo curricular”, manifestó Celedón.
Por último, el especialista en educación mencionó que esta oportunidad de retorno debe aprovecharse para generar procesos de innovación y aplicación de nuevas cosas. Según su análisis, el retorno no puede significar volver a lo que hacían los establecimientos el 2019 y todo lo que aprendieron los profesores -que están bastante cansados- tiene que aplicarse para un sistema mucho más moderno. “Lo contrario sería un desperdicio muy grande de todo lo que aprendieron los docentes y las comunidades”, comentó.
Estoy seguro que las clases presenciales cumplen un rol importante en el desarrollo de vida y social de todo alumno…la discordancia es que la pandemia no a terminado y los colegios no todos están preparados estructuralmente y sanitaria para sobrellevar los protocolos de distanciamiento como lo aparentan las autoridades. Por otro lado, quien garantiza que no van a producirse rebrotes, los expertos sanitarios?, los científicos?, el estado?. En este contexto, van a probar cómo conejillos de India a los alumnos en los colegios y los contagios en sus hogares, porque según expertos la estando vacunado se minimiza el efecto del contagiado, la vacuna no es antídoto y virus aún permanece entre nosotros.
Pero los iluminados políticos y sus secuaces vendidos, opinan que es mejor probar que no hacerlo🤔