Sin duda podemos decir que las recientes lluvias cordilleranas provocaron una de las emergencias climáticas más grandes de los últimos 10 años en Antofagasta.
Las intensas precipitaciones y aluviones que azotaron la zona interior de la región dejaron un saldo de graves daños en la infraestructura de conducción de agua potable que recorre casi 400 kms, los que pudieron ser aún más catastróficos de no mediar las millonarias inversiones que hemos realizado en Aguas de Antofagasta en los últimos cinco años para robustecer nuestro sistema productivo cordillerano.
Pero al mismo tiempo, a partir de esta emergencia, creemos que es necesario recordar que los daños que provocó este frente de mal tiempo a nuestra infraestructura dejaron de manifiesto el rol clave que cumple la desalación en nuestra región, para dar certeza de abastecimiento a pesar de las emergencias climáticas. Sin esta tecnología para la producción de agua potable, comunas como Tocopilla y Mejillones -que actualmente cubren el 100% de su requerimiento con agua desalada- igualmente se hubiesen visto afectadas por cortes de suministro, como ocurrió en Sierra Gorda y parte de la capital regional.
La contingencia provocó múltiples puntos de desacople en las aducciones, tuberías de gran dimensión, que tienen por objetivo transportar el agua captada en la cordillera, para luego recorrer -en algunos casos- más de 200 kilómetros hasta llegar a estanques y plantas de tratamiento para su posterior potabilización y distribución a la comunidad.
Ahí radica el tremendo esfuerzo que debimos desarrollar con nuestros equipos en terreno, quienes estuvieron por más de 70 horas continuas, con cerca de 100 trabajadores en turnos de día y noche, apoyados por 6 retro excavadoras, 3 excavadoras y 11 camiones tolva para lograr reparar los daños de las aducciones, limpiar dichos ductos del caudal de barro que ingresó en ellos y poder retornar con el suministro en el menor tiempo posible, lidiando además con las adversas condiciones climáticas imperantes. Sin duda una tarea titánica, para nuestro equipo humano y contratistas.
Sin duda nuestra operación se desarrolla bajo desafiantes condiciones geográficas y climáticas, con uno de los sistemas de distribución de agua potable más complejos de Chile, por las largas distancias que recorren las tuberías y las características naturales de sequedad y oscilación térmica de la zona. Somos la segunda región más grande de Chile, con más de 126 mil kilómetros cuadrados de superficie, por eso todo el trabajo de producción y distribución de agua potable se vuelve más complejo que en el resto del país.
En ese adverso contexto, el trabajo en equipo desarrollado por nuestro personal técnico y contratistas, sumado a la valiosa coordinación con autoridades, servicios públicos, Bomberos, Fuerzas Armadas, Carabineros y la comunidad organizada, permitió avanzar en paralelo en la reposición de los ductos dañados, al mismo tiempo de mantener a la comunidad con más de 50 puntos de reparto alternativos de agua en la capital regional, mientras duró la emergencia.
Quisiera finalizar diciendo que seguiremos trabajando por mejorar nuestro servicio, disminuir los impactos que generamos en la comunidad y aportando al desarrollo de nuestra región.
