En enero fue primera moción aprobada «en general» durante el trabajo de comisiones, y este sábado se convirtió en una de las últimas propuestas visadas por el pleno de la Convención Constitucional.
De esta manera, la norma que establece la protección de los cielos nacionales como una de las nuevas obligaciones del Estado, impulsada por el astrónomo de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, con apoyo de especialistas del norte reunidos en el Grupo de Expertos Autoconvocados, y el patrocinio de la convencional Cristina Dorador, quedó finalmente en el borrador de la nueva Constitución.
Con el número 30, en su inciso primero, el artículo expresa que «es deber del Estado contribuir y cooperar internacionalmente en la investigación del espacio con fines pacíficos y científicos», agregando en su apartado segundo que «el Estado impulsará medidas para conservar la atmósfera y el cielo nocturno, según las necesidades territoriales».
Relevancia histórica
El autor de la moción, y director del Centro de Astronomía, CITEVA, de la UA, Eduardo Unda-Sanzana, destacó la relevancia que tiene para la ciencia el avance de la propuesta, que será parte del texto íntegro que será sometido a plebiscito el próximo 4 de septiembre.
«Los cielos de Chile permiten a la humanidad completa avanzar en el conocimiento de sus orígenes y su destino, mediante observaciones que no serían posibles sin telescopios extraordinarios operando en condiciones igualmente extraordinarias. Es esta excepcionalidad la que justifica que estemos aprovechando la oportunidad histórica de convertirnos en el primer país del mundo que ofrezca rango constitucional a la protección del cielo nocturno», dijo el especialista, quien además integra el comité asesor que apoya la labor de los ministerios de Ciencia y Medio Ambiente para la protección de los cielos frente a la contaminación lumínica.
El investigador manifestó que, si bien la propuesta original sufrió cambios y adaptaciones antes de tomar su forma final, su espíritu se mantuvo hasta la votación en el pleno de este sábado.
«Es así que, finalmente, el artículo 30 concentró tanto la protección de la atmósfera y el cielo nocturno, como las obligaciones de Chile respecto a la exploración del espacio, que eran parte de la propuesta aprobada en enero. Otro de sus méritos es que, en general, introdujo la atmósfera dentro de las preocupaciones constitucionales, pues este aspecto medioambiental no se encontraba presente en los temas a discutir por parte de la Comisión de Medio Ambiente cuando fue creada el año pasado», afirmó.
Unda-Sanzana agregó que, con la aprobación de la norma y su llegada al borrador constitucional, «se está dando una señal potente de la importancia que damos a mantener estas condiciones excepcionales en el futuro y seguir siendo la principal ventana a través de la cual los seres humanos podamos observar el espacio».
Del mismo modo, el director de CITEVA dio gran importancia al hecho que la propuesta haya nacido en Antofagasta, en el marco del Grupo de Expertos Autoconvocados (iniciado en la UA y que luego incorporó a expertos de otras universidades del norte), asunto que, a su juicio, «demuestra el liderazgo de la región en esta temática».
Contaminación
La astrónoma Penélope Longa Peña, secretaria de vinculación del Centro de Astronomía de la UA, también celebró la aprobación del artículo que protege los cielos frente a la actividad industrial y humana.
«Que el Estado sea parte activa, no sólo de la protección y conservación, sino que también en la investigación, es un avance importantísimo de cara al extractivismo. Es crucial proteger nuestro desierto, su cielo, sus rocas, sus meteoritos y biodiversidad, que nuestra ciencia aún no ha comenzado a caracterizar», manifestó.
En tanto, la convencional Cristina Dorador, explicó que la aprobación de una norma elaborada en regiones, como lo es la presentada por el astrónomo de la UA, demuestra cómo la Convención Constitucional incluyó dentro de sus instancias las opiniones e ideas de personas en distintos ámbitos, algunas de las cuales llegaron al texto final.
Dorador manifestó que con la aprobación del artículo 30 en el pleno de este fin de semana, «podemos decir con mucho orgullo que Chile es el primer país en el mundo que protege sus cielos a nivel constitucional».
La convencional, quien además es académica de la Universidad de Antofagasta, destacó como otro hito relevante que se trata de «la primera protección que existe de una particularidad del Desierto de Atacama (sus cielos), lo que también viene a ser parte de una idea que levantamos al inicio de este proceso constitucional, como era reinvindicar nuestro desierto».