La madrugada del 16 de mayo pasado, desconocidos rayaron uno de los murallones de ingreso a las Ruinas de Huanchaca con un grosero mensaje contra los constituyentes. El ataque no era en vano, puesto a que esa misma tarde se entregaría el borrador de la propuesta constitucional dentro del viejo patrimonio industrial, con la participación de gran parte de los convencionales.
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A simple viste la solución parecía evidente. Borrar el grafiti de la roca, contándose con tiempo ya que la ceremonia (con la llegada de los constituyentes) sería a las 17:00 horas. Pero un gran detalle detuvo la acción.
En 1974 las ruinas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), haciendo que cualquier intervención hacia los vestigios de la exfundición contaran previamente con el beneplácito del consejo.
Consultados sobre el tiempo que toman estas decisiones, Alexandra Joo de la oficina técnica regional del CMN explica que “depende del tipo de reparación que se vaya a realizar. El muro del es en piedra, por lo que no se debe pintar, sino que lo que corresponde es buscar la asesoría de un experto en conservación / restauración que entregue las recomendaciones para un óptimo resultado en procura de la mantención del bien. Dicha intervención debe realizarse por parte del administrador, en este caso la Fundación Ruinas de Huanchaca, previa autorización y lineamientos del CMN. Esa propuesta técnica por parte de la Fundación aún no se ha recibido”.
Hasta el momento que esta nota es escrita (9 de junio) el epíteto contra los constituyentes sigue ornamentando uno de los patrimonios más emblemáticos de la ciudad.
Otros casos
Pero lo de Ruinas de Huanchaca no es el único caso, incluso la vieja usina tiene otros grafitis en sus murallones laterales que llevan incluso años, solo que el del 16 de mayo resultó ser el más vistoso dado al contexto.
La tardanza en la reparación u intervención de monumentos se ha visto anteriormente en Antofagasta. Ejemplo de esto es la retreta de la Plaza Colón (monumento histórico desde 1995), la cual tras un trabajo de restauración fue reinaugurada en septiembre de 2016.
Al mes, un ataque nocturno la dejó su base cubierta de rayados de todo tipo (pintura, grafiti, lapicera y aceite). El entonces director de SECOPLAN de la Municipalidad de Antofagasta, Dante Novoa, manifestó en la ocasión que “nos molesta profundamente que tengamos que observar este tipo de hechos. Este elemento fue entregado hace muy poco al uso público. Se invirtieron cerca de 300 millones de pesos y la verdad es que fue un proceso muy delicado. Desde lo técnico trabajamos con una empresa altamente especializada y cualquier intervención que se hace debe ser autorizada por el Consejo de Monumentos Nacionales”.
Pero fue recién en el primer semestre del 2017, cuando por fin las autoridades pudieron limpiar y volver a pintar la estructura.
Un caso más reciente pero prontamente intervenido fue con el muelle histórico Melburne Clarke, del cual fue declarado monumento en 1978. Este exembarcadero salitrero comenzó a sufrir el robo de algunos de sus tablones de cubierta, lo cual fue advertido por El Mercurio de Antofagasta a fines de mayo de este año. En este caso y ante el peligro de que se masificase el robo, el madero fue restituido en pocos días.
Premura
Desde el CMN, han explicado que desde los últimos cuatro años, las respuestas se han acelerado, puesto a que cuentan con un equipo establecido en la región de Antofagasta. No obstante, las peticiones a analizar son bastantes.
La tardanza con los casos según explican desde el CMN “se enmarcan en la sobrecarga de casos a analizar, pero en este caso (Ruinas de Huanchaca), desde que se hizo la denuncia el 16 de mayo de 2022 a obtener el acuerdo en sesión del 25 de mayo solo transcurrieron 7 días hábiles, incluyendo el análisis de la Comisión de Arqueología, el 18 de mayo”.
Por último, agregaron que “a mayor abundamiento, debemos destacar que desde que está instalada la Oficina Técnica Regional del CMN en Antofagasta, septiembre 2019, los plazos de respuesta a ingresos de intervenciones en zona típica y/o monumento histórico están en torno a 60 días; sin embargo, dado que se carece de arqueóloga/o, esta especialidad debe ser subsidiada desde el nivel central lo que pudiese, eventualmente, dilatar los plazos”.
