La segunda cuenta pública de Michelle Bachelet fue, a todas luces, mucho más mesurada que la anterior, esto acorde a lo que ha sido el reciente cambio de gabinete, que echó por el suelo el tono petulante y altanero de la retórica de la retroexcavadora.
El nuevo estilo de la presidenta se plasma en el tono de esta segunda cuenta pública, donde, en vez de declaraciones de intenciones, se enfatizó en las obras a concretar y en lo ya realizado. Ciertamente, las segundas cuentas públicas son siempre pragmáticas, mientras que la primera y la última tienden a ser declaraciones rimbombantes para afianzar el Poder, o asegurarlo con miras a las próximas elecciones, de todas formas, no deja de ser reconfortante ver la mesura y el mea culpa realizado por la mandataria al inicio de su discurso.
Más allá de lo que ha destacado la prensa el día de hoy, gratuidad progresiva para el sesenta porciento de los estudiantes de universidades tradicionales a partir del próximo año, voto efectivo en el extranjero, reducción del trabajo precario en la administración del Estado, nuevo Código Penal, un nuevo Ministerio Público, entre otros; conviene hacer el ejercicio de analizar los anuncios que repercuten especialmente en nuestra región, como lo son las rebajas en algunos servicios, el proyecto de desarrollo minero, y la descentralización.
Debemos señalar que nuestra región fue nombrada doce veces en la cuenta pública, refiriéndose a Antofagasta, Tocopilla, Calama y Mejillones respectivamente, lo que demuestra que al menos en lo protocolar seguimos siendo una región posicionada, lo que por lástima no se refleja en la agenda que está en curso.
Parece ser que el reclamo por el alza de la luz realizado por algunos alcaldes de la zona tuvo un eco en el discurso de ayer, pues la Presidenta anunció que aquellas ciudades que produzcan energía serán beneficiadas con un descuento que se hará efectivo para las familias y pequeñas empresas que pertenezcan a esas comunas, nombrando a Tocopilla y Mejillones como una de las tantas beneficiadas, lamentablemente, el descuento es sólo comunal y, por ende, las ciudades con mayor densidad poblacional en la región no se verán beneficiadas.
En cuanto a la Minería, se anunció que se continuará con la capitalización de Codelco, y que será ésta la estrategia para mantener el liderazgo de la empresa cuprífera estatal. En tanto se seguirá perfeccionando el plan de concesiones mineras, para fomentar la entrada de nuevos competidores al Mercado, se seguirá potenciando el clúster minero, y se proseguirá con la capacitación a la pequeña Minería. En fin, nada nuevo bajo el sol para la mayor industria regional y nacional, no hay grandes anuncios ni para bien ni para mal, siguiendo la tónica de los últimos gobiernos.
Finalmente, en lo que atañe directamente a las regiones, debemos señalar, que la presidenta Bachelet ratifica su compromiso con la elección democrática de los intendentes, junto con un paquete de atribuciones extras, y una próxima ley sobre financiamiento y responsabilidad fiscal regional, iniciativa que tomaría forma en el mes de junio del presente año. Todo esto traerá consecuencias tremendas para la proyección de nuestra región, y por lo demás, un tremendo muñequeo político, senadores verán con malos ojos tener un caldo de cultivo para futuros competidores, el Poder Central perderá presencia y el tablero podría cambiar por completo, esta es, quizás, una de las reformas más radicales de nuestro sistema político, y que quizás ha sido la menos dimensionada, de todas formas, habrá que ver como es encaminada pues, probablemente, veamos finalmente un proyecto muy cercenado, ya que, si algo sabemos del Poder, es que tiende a la concentración, la distribución es algo ajeno, aún a nuestra cultura política.
En resumen, poco queda para comentar sobre el porvenir de nuestra región después de esta cuenta pública, las expectativas de desarrollo regional siguen encaminadas por la monotonía y la escases de grandes proyectos, la contaminación no sólo no logró permear a la Moneda, sino que pasó desapercibida frente a otros problemas ambientales nacionales, la crisis habitacional y el aumento de campamentos tampoco tuvo espacio en el discurso presidencial, y por ende, los grandes problemas regionales quedan nuevamente al arbitrio del Gobierno Regional, que está ad portas de sufrir el mal del pato cojo. Esperemos que el posible cambio del gabinete regional nos traiga gratas sorpresas, o como región no nos quedará más que esperar un próximo gobierno.
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