Café del Desierto: de la calle a la consagración como el café con más proyección de Antofagasta

Hace casi siete años, Pablo Pomareda comenzó con el concepto de Café del Desierto, un emprendimiento que se ha convertido en uno de los negocios más consolidados en Antofagasta y que cuenta actualmente con tres sucursales en los centros comerciales más importantes de la ciudad, teniendo siempre como parte de su espíritu el amor por lo que hacen y una identidad muy nortina.

• ¿Cómo fueron los inicios de Café del Desierto?

“Yo soy actor e ingeniero comercial, es una mezcla súper extraña que apunta a dos lados, una es la optimización de recursos y otra es mostrar cultura, cuando partí tuve siempre las ganas de hacer algo cultural, entonces ahí se me ocurrió hacer un carrito que fuera una réplica de un mesón de pulpería de pampa salitrera y que tuviera la información turística y cultural de la región. Quería instalarme en la Plaza Colón, pero al ser un sitio patrimonial, nadie podía poner un negocio ahí, entonces partí a la municipalidad, nadie me pescó, me mandaron para la casa, pero posteriormente pude mostrarles el proyecto y creyeron en mí porque era lo que necesitábamos como ciudad”.

“En un principio fue toda mucha desconfianza, nadie confiaba en nosotros, nadie creía que íbamos a hacer algo, todo fue demostrar, demostrar y demostrar”, señala Pablo.

Casi de inmediato, el naciente Café del Desierto llamó la atención de los antofagastinos, puesto que se convirtió en uno de los pocos negocios de la ciudad en incorporar la modalidad del “café pendiente”, un acto en el que un cliente podía dejar un café pagado, el cual podría ser cobrado posteriormente por una persona que no tuviera los medios económicos para comprar una bebida. La acción social siguió en el café en sus primeros años, regalando todos los días casi once desayunos a las personas que pasaban por la plaza y no tenían que comer.

Posteriormente y con el ánimo de probar suerte, Pablo llegó hasta Mall Plaza Antofagasta, en donde casualmente le brindaron el espacio para mostrar su emprendimiento, comenzando con su carro y con el tiempo instalándose con un módulo en uno de los pasillos centrales del centro comercial, convirtiéndose así en un formato único en su tipo, el cual ya lleva cuatro años de funcionamiento.

• ¿Cómo fue pasar de vender en la calle a abrir locales en un mall?

“Yo no me di mucho cuento, solamente hice lo mismo que hacía en la calle, vendía y hacia todo lo mejor posible, mantenía limpio y eso marcó la diferencia. Yo hoy en día no siento ninguna diferencia, me siento la misma persona, uso la misma ropa, manejo el mismo auto. Tampoco hay un distanciamiento entre mis trabajadores y yo, somos igual de amigos”.

A pesar de poseer locales en los grandes centros comerciales de la ciudad, hasta hace un tiempo, Pablo seguía dedicado al comercio en la calle, esto a través de un foodtruck que instalaba en diversos sectores, lo que le llevó a representar a los emprendedores del rubro, siendo actualmente el director de la Asociación de Foodtruck de Antofagasta.

• ¿Cómo definirías a Café del Desierto?

“Esto más que una cafetería, es un espacio de buena onda y amor, el café es el simbolismo de irte recargado, pero no solo de energía, acá tu vienes y te vas recargado de buena onda, los chicos te atienden bacán y entregan amor”.

De igual forma, Café del Desierto se ha transformado en una vitrina para que otros emprendedores muestren sus trabajos, los cuales Pablo destaca por ser hechos con especial afecto, “Nuestros productos están preparados con amor, el pan está hecho por una proveedora que le poner amor al pan, los pasteles están hechos por una proveedora que le pone cariño a los pasteles y el café está tostado en Antofagasta por un emprendedor que también lo hace con mucha dedicación”, señala.

• ¿Cuáles son las líneas de servicio que lleva adelante Café del Desierto?

“El servicio principal es el enfocado a los clientes que vienen a tomarse un café a nuestras cafeterías, pero también tenemos una línea dedicada a la venta de coffee breaks a las empresas, hemos hecho eventos hasta para cinco mil personas, yo creo que pocos negocios han hecho eventos para esa cantidad de gente y ahora estamos con la venta de franquicias, tenemos tres personas interesadas en llevar la marca a otros rincones de Chile”.

Durante el mes de junio, Café del Desierto participó por primera vez en Exponor, feria de  innovación y tecnologías dedicada a la industria minera, en donde se concretaron una gran cantidad de negocios entre empresas del rubro, lo que también trajo nuevas oportunidades para el café.

“Ahora se nos agregó la línea de servicios a mineras, lo que consiste en abrir cafeterías en faenas mineras, porque el café mejora la productividad y baja la accidentabilidad porque te enfoca, es un energizante natural, te ayuda a la concentración. Nos encontramos actualmente en conversaciones con una empresa y esperamos poder concretar la primera apertura en una mina”, comenta Pablo Pomareda.

En el futuro próximo, Café del Desierto traspasará las fronteras de la comuna para instalarse con un nuevo local en pleno corazón de San Pedro de Atacama, específicamente en la intersección de calle Caracoles con Calama.