El exvicepresidente de la Convención Constitucional, Gaspar Domínguez, está organizando un viaje a la zona sur del país que partirá en Chillán y finalizará en Chiloé, como parte de la campaña del apruebo. El médico es consciente de que queda poco tiempo para informar y aclarar dudas sobre el texto, ya que en el despliegue territorial ha percibido dos cosas, que existe un gran interés de la comunidad en conocer el documento, pero también mucho desconocimiento sobre qué ocurrirá tras el plebiscito de salida.
Una vez que finalice la campaña y tras los resultados del plebiscito, el exconvencional retornará a su casa para retomar su actividad profesional en el Hospital de Palena. Pero cuenta que antes de ello cumple con trabajo en terreno, explicando que tienen que promover la lectura de la Constitución, un análisis crítico de la propuesta y que la ciudadanía debe escuchar a los líderes de opinión. Sin embargo, a estos últimos envió una solicitud explícita, que “declaren con responsabilidad, con verdad, para que la gente decida libremente si quiere aprobar o no el texto constitucional”.
Domínguez expuso que el país está en un periodo de incertidumbre política debido a una crisis social que empezó hace tres años y que no ha finalizado. En ese contexto, aseguró que el apruebo abre un camino de posibilidades para seguir avanzando en resolver este problema, que el rechazo traería a foja cero todo este proceso y detalló los alcances de la regionalización que trae la propuesta de Constitución.
- Una de las últimas interrogantes es qué tan compleja será la posibilidad de reformar el texto constitucional en caso de aprobarse. ¿Cómo será ese camino?
En caso de que gane el apruebo en la elección del cuatro de septiembre, vienen dos desafíos que son los más grandes y el primero es lograr implementar la nueva Constitución con los múltiples desafíos que abre. Esta implementación permitirá con discusiones democráticas que el texto se adecue a las necesidades de cada momento. Veo muy factible, si existe la voluntad política y la capacidad del Congreso de tomar los acuerdos, que el texto vaya perfeccionándose en la medida que se implementa.
- ¿Queda la posibilidad de que los partidos tengan la moneda de cambio en la decisión de eventuales reformas?
Las reglas que tiene el texto incorporan que éste pueda modificarse por iniciativa del Congreso o también por iniciativa popular. En el caso de que se apruebe la nueva Constitución esas son las reglas y quedará aplicarlas, no hay ningún problema con que así sea. El texto está hecho para ser modificado democráticamente, está diseñado para eso y si hay acuerdos democráticos, si se modifica me parece que está bien, es bueno para favorecer la implementación. Lo que sí creo con relación a los partidos políticos, que ésta es una profunda e irrepetible oportunidad que tendrán de actuar conectados con la ciudadanía para recuperar parte de la confianza que la sociedad ha perdido en ellos y que los tiene con un porcentaje de confianza del 5%.
- ¿Qué le parece la decisión del oficialismo de firmar un acuerdo de mejora de la nueva Constitución, que según explicaron, dará certezas?
Leí el documento del acuerdo y la mayoría de los elementos contenidos eran detalles generales de cara a la implementación. Hay mucho trabajo que hacer en poco tiempo y es deseable y bueno que los partidos políticos tengan conversaciones sobre cómo implementar la nueva Constitución.
- ¿Cuál será el rol y qué atribuciones tendrá la Cámara de las Regiones?
El Senado que conocemos será reemplazado por la Cámara de las Regiones, lo que tendrá algunas diferencias. La primera es que la cantidad de representantes de cada región será la misma, porque hoy tenemos regiones con dos senadores y otras como la Metropolitana con cinco. Lo segundo es que los representantes de esta cámara necesitarán una residencia acreditada por cuatro años en el lugar que buscan representar. Además, la Cámara de las Regiones tendrá una vinculación con el Gobierno Regional para permitir la representación de las necesidades de los territorios. Estos son los principales cambios para avanzar en descentralización al estar más conectados con la actividad local.
- ¿Quién será el contrapeso de la Cámara de Diputados?
El contrapeso del poder legislativo son los otros poderes del Estado y dentro de ese poder está la Cámara de las Regiones y también la ciudadanía, que en esta nueva Constitución puede escribir proyectos de ley, vetar o derogar proyectos publicados por el Congreso y proponer reformas constitucionales. La ciudadanía es un nuevo actor que no existía y la Cámara de Diputadas y Diputados tendrá una conformación paritaria, con representación política distinta. Se modifica la estructura general, no solo se cambia una pieza, sino el tablero.
- ¿En qué se traducen las modificaciones de regionalización que propone el texto?
Lo primero a saber es que la transformación será progresiva. Después de que gane el apruebo, en un periodo de tres meses máximo, el presidente de la República debe convocar a un consejo de todos los gobernadores y en esa conversación comenzarán a discutir la implementación del estado regional. Será una discusión democrática, donde los cambios materiales se verán con el tiempo. Por ejemplo, las regiones podrán cobrar impuestos, crear empresas públicas, pero las condiciones para estas cosas dependerán de una ley.
- ¿Cree que la nueva Constitución fomentará o desincentivará la inversión minera?
Modifica las reglas de tal manera que permitamos poder continuar con la empresa minera a futuro, por la forma en que se entiende hoy el negocio minero, como una fuente de trabajo necesaria, pero que no pone las suficientes regulaciones ambientales. Por eso creo que la nueva Constitución es futurista, porque considera un desarrollo que permite la sostenibilidad en el tiempo, pero con una transición ecológica justa y considerando los derechos de los trabajadores.
Estoy seguro de que es un beneficio la consideración de que los minerales son finitos y que es necesaria la justicia intergeneracional. Por eso creo que es mejor, es una inversión.
- ¿Las regiones mineras deben quedarse con parte del tributo de la industria por sus externalidades negativas?
Eso está escrito literalmente en la Constitución, que las regiones tendrán la posibilidad de generar impuestos regionales y que parte de la tributación regional debe ser para paliar los efectos nocivos que produce la industria en el medio ambiente. En las regiones del norte probablemente vinculado a la minería y en otras regiones a la empresa forestal. Básicamente, que las industrias tributen en la región para que reciba beneficios que compensen los efectos negativos de su presencia.
- Antofagasta será beneficiada con ese sistema, pero ¿qué pasa con zonas que no tienen minería o grandes industrias que aseguren tributos, cómo se ayudará a esas regiones?
Existirá un fondo de compensación regional, están los principios de solidaridad y de un avance coordinado entre distintas entidades territoriales, justamente, para no producir la situación de comunas pobres y otras ricas. El desafío es que esto se implemente progresivamente con discusiones democráticas y que permita avanzar a un Chile más descentralizado.
- ¿Comparte el pronóstico de Tellier quien dijo que “si gana el rechazo vamos a caer en un periodo oscuro”?
Chile hoy está en un periodo de incertidumbre política muy compleja, en una crisis social que empezó hace tres años y no ha finalizado. Creo que el apruebo abre un camino de posibilidades para seguir avanzando en resolver este problema y el rechazo nos trae a foja cero.
- ¿En el despliegue de campaña cómo ha percibido el ambiente con la comunidad?
Percibo que hay mucho interés en conocer la propuesta de texto constitucional y ese interés está acompañado de desconocimiento. Muchas personas no tienen claro qué pasará si gana el apruebo o el rechazo. Hemos explicado que el apruebo trae la implementación de la nueva Constitución y el rechazo es quedarse con la que tenemos. También existe mucha confusión sobre segundas o terceras vías y algunas personas piensan que si gana el rechazo ocurriría una cosa y si gana el apruebo otra. Hemos realizado mucha educación cívica y lo más bonito es que la gente está muy interesada, porque salen, se quedan en la puerta o en una ventana conversando varios minutos para resolver dudas, con el texto en la mano. Cuando hacemos reuniones, la gente acude con su texto y lo rayan, lo conoce, lo siente propio, es un acto de educación cívica social que no habíamos vivido en varias décadas en Chile y es motivo de orgullo.
- Hay interés y desconocimiento. ¿Cómo trabajar eso en el poco tiempo que resta?
Promoviendo la lectura de la Constitución, el análisis crítico, escuchar a los líderes de opinión y también hacer una solicitud explícita a todos ellos a que declaren con responsabilidad, con verdad, para que la gente decida libremente si quiere aprobar o no el texto constitucional.
- ¿Qué lecciones debería aprender de este proceso la clase política y la sociedad?
La necesidad de que estén conectados con la ciudadanía, porque cuando no ocurre es igual que una olla a presión, estalla y se producen procesos que pudieran evitarse. La enseñanza para todos como sociedad es que debemos generar una institucionalidad política que realmente represente las bases sociales, para sentir mejor los problemas de la ciudadanía.
