Una presión en el pecho que desaparecerá pronto y evitar los productos del mar por el resto de su vida son las consecuencias de la intoxicación que tuvo en riesgo vital a la seremi de Economía María Teresa Véliz. En el restorán Casino Municipal de Mejillones, la trabajadora social consumió un plato de Dorado con salsa de mariscos y cuando regresaba hacia Antofagasta sus manos se hincharon, tuvo dolor de cabeza, la piel adquirió un color rojizo y no podía respirar bien producto de un shock anafiláctico. “Jamás había vivido algo así y a las otras dos personas no les ocurrió lo mismo. Mis hijas estaban afuera (en el hospital) llorando y no entendían por qué estaba en riesgo vital si en la mañana salí bien de la casa”, relató Véliz.
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La intoxicación ocurrió el 9 de marzo, jornada que estuvo planificada con varias actividades que terminarían tarde. Por eso la secretaria regional aprovechó el horario del almuerzo para asistir al velorio del esposo la seremi de Agricultura en Mejillones. Pasada las 13 horas llevaron una corona y acompañaron a Celia González, aunque no podían quedarse al funeral. “Como varios de nosotros (el gabinete) fuimos e incluso Salud estaba trabajando allá, cerca de las 14 horas almorzamos en el Casino Municipal y regresamos a Antofagasta”, señaló la secretaria regional, enfatizando que no es alérgica a ninguno de los productos que consumió en el restorán y que la situación fue gatillada por alimento en malas condiciones.
“Estuve a punto de morir, así de grave fue. La comida me intoxicó y generó un shock anafiláctico, mi presión bajó a 70/30. Tuvieron que hacerme reanimación cardiaca, me desmayé más de seis veces y quedé hospitalizada en riesgo vital. En términos generales soy sana y eso permitió que mi recuperación fuese más rápida”, explicó la seremi.
La autoridad expuso que debido al ritmo de trabajo muchas veces no cuenta con tiempo para almorzar, así que encarga comida cerca de su oficina. En Mejillones se decidió por el Dorado, ya que no es un plato con posibilidades de comer frecuentemente, “era una opción y ese restorán es conocido por la venta de platos del mar”, puntualizó.
“Cuando veníamos a Antofagasta, en el vehículo, comencé a sentirme muy mal. El primer síntoma fue en las manos, las tenía rojas e hinchadas, después sentí una fuerte presión en el pecho, dolor de cabeza, tenía la cara, los ojos y todo el cuerpo rojo. Llamé por teléfono a la seremi de Salud y le pregunté qué había almorzado, intuí que podía ser algo de eso porque no era la única con esos síntomas y Jéssica (Bravo) me dice ‘estás intoxicada, anda urgente al hospital’. Al llegar entré por riesgo vital”, manifestó.
Según su relato llegó en el momento justo al recinto de salud, porque al ingresar su condición empeoró, la garganta comenzó a cerrarse y experimentó graves problemas para respirar, por lo que fue categorizada con riesgo vital y recibió atención de urgencia. Mientras le inyectaban medicamentos registró seis desmayos y como ya no podía respirar se desesperó.
“Jamás había vivido algo así y a las otras dos personas no les ocurrió lo mismo. Mis hijas estaban afuera llorando y no entendían por qué estaba en riesgo vital si en la mañana salí bien de la casa. En un momento pensé que moriría porque no podía respirar y sentía todo mi cuerpo extraño, no sabía lo que me estaba pasando”, indicó. La madrugada del día siguiente lograron estabilizarla y una de las principales dificultades fue la pérdida de presión arterial. La seremi destacó la atención recibida del hospital y reconoció que los profesionales que la trataron salvaron su vida.
La fiscalización que hizo Salud fue decidora, agregó Véliz, precisando que la inspección no se realizó porque fuese una autoridad, sino porque había tres personas afectadas y eso levantó la alerta que dio lugar a la fiscalización. “Las condiciones en las que se encontraba el establecimiento dejan mucho que desear, porque el Casino Municipal de Mejillones siempre lo veíamos como un ícono, un lugar donde podías comer tranquilamente. En algún momento tuve los dedos azules, la presión muy baja, experimenté taquicardia, fue algo horrible”, recordó.
Hay una gran responsabilidad en los recintos que expenden alimentos respecto del cumplimiento de la normativa sanitaria, advirtió la trabajadora social. La información que maneja es que la fiscalizadora de la Seremi de Salud encontró el Dorado en una bolsa de basura, “ése fue el pescado que comí, estaba a la intemperie a temperatura ambiente, así que cerraron el recinto hasta que mejoren las condiciones”.
El lunes retornó a trabajar y estuvo en San Pedro de Atacama, el martes en María Elena, el miércoles asistió al gabinete regional en Tocopilla con un gobierno en terreno con atención a la comunidad. Ayer realizaron charlas para asociaciones gremiales sobre la ley de alivio tributario y Fogape junto a las instituciones involucradas en esta ayuda.
“Todavía tengo la sensación del pecho apretado, como que estuviera resfriada, es lo único que tengo como secuela directa. Sin embargo, el médico me dijo que no puedo volver a comer mariscos ni pescados, porque otro shock anafiláctico me afectará de manera más agresiva cada vez que exponga mi cuerpo a una situación de esa naturaleza. Siempre me ha gustado el pescado y los mariscos, pero ya no puedo, tengo que cuidarme. Esto fue por comer algo en descomposición que además me generó una reacción alérgica”, lamentó la seremi.