Uno de los mayores temores en los partidos de Chile Vamos es llegar divididos a la elección municipal que, en octubre, definirá al próximo alcalde de Antofagasta. Y aunque todavía quedan algunas semanas para lograr acuerdos, la idea de evitar la dispersión de votos hasta el momento parece lejana en la oposición. Uno de los factores tiene que ver con quienes desean aspirar al cargo. Sacha Razmilic ya confirmó su intención de ser candidato y cuenta con el apoyo de su partido, Evópoli. El concejal Luis Aguilera manifestó que también buscará la alcaldía e incluso renunció a Renovación Nacional para asegurar que su nombre llegue a la papeleta. Pero a ellos se suma la intención de la UDI de convencer al exedil Gonzalo Santolaya y la incógnita por las decisiones que tomará el Partido Republicano, que no es parte de la coalición y podría levantar una campaña propia.
Las conversaciones en la región están en pleno desarrollo para Chile Vamos y Razmilic, Aguilera y Santolaya son los rostros más fuertes sobre la mesa.
“El escenario de la derecha al municipio es mucho más complejo que el de la centro-izquierda, pues oscila entre candidaturas independientes como las de Luis Aguilera e Irina Salgado, un candidato que ya ha sido ungido por los poderes fácticos y explícitos de la comuna y la candidatura caprichosa de Gonzalo Santolaya, como la he denominado”, indicó Francis Espinoza, doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Y en esa ecuación, agregó, también hay que ponderar la presencia del Partido Republicano, con el triunfo en la elección de constitucionales (106 mil votos), éxito que no pudieron repetir con el proyecto de nueva Constitución en el que encarnaron la mayoría de los consejeros y que terminó con un 40% a favor y 60% en contra y que podría presentar una candidatura sorpresa y fragmentar aún más a la derecha local.
“Los tres candidatos poseen una meritocracia interesante en distintos cargos del aparataje público. Las votaciones anteriores son también dignas de análisis, Luis Aguilera (2.71%, 2021), Gonzalo Santolaya (6.18%, 2016) y Sacha Razmilic (9.276, 2021), aun cuando obedece a otro contexto de voto voluntario”, advirtió la académica de la Universidad Católica del Norte.
La profesional definió a Aguilera como el candidato con experticia tecnócrata, pero ya sin el respaldo de un partido político fuerte como es RN. “Siempre pensé que candidaturas como éstas sin un liderazgo reconocido en la comuna, en términos de fidelización, no pueden ganarle a la maquinaria electoral desde la independencia política”, subrayó. Además, expuso que la nueva estrategia electoral de la derecha apunta a que la gente sin partido resta más que suma en la elección final, que es la presidenciable. En este sentido, dijo que más allá de su estrategia de ‘enemigo único’ en contra del actual alcalde, Luis Aguilera no ha logrado definir su estilo político para expandirlo de la denuncia fundada muchas veces en evidencia importante, y otras veces vista como una tarea fiscalizadora que debe cumplir.
“Los vientos a favor para Gonzalo Santolaya hubiesen estado caminando si no fuera porque el escenario, las condiciones estructurales y el tiempo ya cambiaron. Además, esa eterna estrategia de hacerse el rogado genera molestia en su sector y fuera de él, porque una candidatura que no tiene voluntad de poder no sirve en política”, expresó la académica.
El caso de Sacha Razmilic es aún más complejo, manifestó Espinoza, porque debe revertir la imagen del “eterno candidato perdedor”, algo que consiguió Jaime Araya, así que podría pensarse que esta profecía autocumplida podría revertirse o no de algún modo. “Particularmente veo más energía política en su sector y en los poderes fácticos que lo acompañan. Debe sortear dos obstáculos más, transversalizarse democráticamente y no ser sólo el ‘candidato cuico’, y transformar su ‘liderazgo introvertido’ en algo más de ‘hard power’, como lo ha ido logrando de a poco José Miguel Castro. Por supuesto, no hay que perder el buen gusto en política que ha caracterizado a Razmilic”, afirmó Francis Espinoza.
Relativizar el manejo de cifras
Analizando el escenario municipal de la derecha, Cristian Zamorano, doctor en Ciencias Políticas, sostuvo que los puntos fuertes de Luis Aguilera son sus dos mandatos en el Concejo Municipal, la imagen de su rol fiscalizador con la alcaldía, un conocimiento técnico y jurídico administrativo, lo que se vio en la fiscalización hacia la gestión Karen Rojo. Al mismo tiempo, añadió, es joven y puede llegar a ese sector del electorado”.
“En lo débil veo el hecho de que no obtendrá el voto de la derecha, no sé si realmente pertenece a ese perfil de candidatos. La UDI está enojado con él porque cuando tuvo que votar por Santolaya (para elegir a alcalde tras la destitución de Karen Rojo), apoyó a un concejal de otro sector. Todo el segmento de la derecha que apoyaría a Karen Rojo no estará con Luis Aguilera. En un tercer punto, la senadora Paulina Núñez, de quien era cercano, nunca logró transmitirle votos. Tendrá que empezar desde cero y su piso será lo que supo formar en su actividad de concejal y no sabemos cuántos votos significa eso. Tendrá que invertir mucho para ser competitivo”, adelantó Zamorano.
Sobre Razmilic, el analista mencionó que entre sus fortalezas está el hecho de que comenzó su campaña con anticipación, comparado con otros en la derecha. Aquello dio tiempo para convencer en Santiago a los partidos que conforman Chile Vamos y, dentro de la coalición, no tiene un contrincante que le impida ser candidato, porque a todas luces afirmó Zamorano, su nombre representará a Chile Vamos y a partir de ahí tendrá apoyo logístico y económico.
Pero como aspectos débiles enumeró que “no convence a todo el sector de la derecha y creo que, si no gana esta elección, “C’est fini” (se acabó) como candidato. Debe visualizar los errores del pasado, aprender de lo ocurrido y tengo mis dudas de que eso sea así, porque de otra forma no estaría en esta situación con su conglomerado, sobrevalorando los votos que obtuvo en la última elección”. El especialista en política precisó que hay que relativizar el manejo de cifras, ya que la tarea será enorme para cualquier candidato en la derecha. Esto, porque recordó que el 2017, en la elección de diputados, Razmilic obtuvo 1.100 votos en la región y 874 votos en la ciudad de Antofagasta. Cuatro años después, en la otra legislativa, aumentó su votación a nivel regional, pero en la comuna sacó 7.976.
“Obviamente multiplicó por diez, pero sigue siendo baja en Antofagasta considerando que estuvo cuatro años en Sercotec y tuvo una plataforma para llegar a la región. Ese aumento no tiene nada de extraordinario, sino que es lógico. En un paralelismo con otro candidato de derecha que fue criticado por su sector, Roberto Soto (exUDI), cuando fue candidato a concejal el 2016 consiguió 889 votos y cuando se presentó a alcalde el 2021, llegó a 8.873 sufragios. También multiplicó por diez su votación y eso no lo posiciona hoy en su coalición. Puede apuntarse a la dispersión de votos por la elección parlamentaria, pero en el caso de Soto hay que recordar que fue el candidato de la derecha, con la etiqueta de la UDI, tras el estallido social y en plena elección de constituyentes, proceso en el que la izquierda se quedó casi con el 80% de los escaños”, recalcó Zamorano, recomendando que lo que necesita Razmilic es asesoría, porque aún queda tiempo para revertir.
Santolaya es un excelente candidato para la derecha, destacó el analista, porque ha sido concejal y su sector se reconoce en él desde punto de vista identitario. “En un mundo revuelto a nivel de identidad política, es un ancla identitaria para la derecha. Tiene fama de ser una persona leal con su partido, es un tipo formado y competente, técnicamente hablando. El punto débil está en el hecho de que, aunque la derecha se reconozca en él, aquello no implica la victoria, porque tal vez no pueda ir más allá de su sector. El segundo elemento es la motivación del candidato, ¿puede hacerse una campaña si no hay un 100% de motivación? Sería imprescindible conocer su opinión, porque su nombre suena sin que él se manifieste. Al menos públicamente no sabemos nada de esto”, concluyó Cristian Zamorano.
