Nos estamos enfermando. Sí, aparte de la enfermedades y males derivados del concentrado de cobre, el agua, la radiación solar, el humo del vertedero, la mala calidad de los alimentos, etc. nos estamos enfermando de algo aún peor. La dolencia es tal que solo se oyen lamentos y quejas por doquier. Cada día parece ser el comienzo de un nuevo síntoma de esta terrible enfermedad que algunos están llamando Antofagastosis.
Los síntomas son evidentes y diversos. Al comienzo de la epidemia, los primeros indicios de esta plaga que algunos expertos han declarado de carácter bíblico incluso, pudieron ser vistos en algunas autoridades mostrando síntomas de amnesia, delirio y episodios de esquizofrenia.
Se sospecha incluso que algunos de ellos fueron los portadores de este mal que se diseminó usando medios y redes sociales. Una vez que la enfermedad se dispersó, la gente dejo de sonreír y comenzó a sufrir los primeros síntomas de euforia o depresión al ver la foto de un atardecer o bien al formar una fila en el super o quedar atrapado en un taco. La peor parte llega cuando comienzan a manifestar un estado de paranoia contra todo lo que les parezca distinto o ajeno a este territorio culpándolo de sus males y desgracias.
Luego una rabia feroz se manifiesta en algunos individuos en fase terminal con episodios de vandalismo en obras públicas, atentados a instituciones tan nobles como bomberos o llegando incluso a quemar unos inocentes juegos infantiles. Frente a este sombrío panorama, una gran parte de la población intenta escapar del contagio y se recluyen sagradamente en el Mall cual santuario protector con la inútil creencia de que sea el único sector considerado seguro y libre de esta epidemia.
Sin embargo, una vez allí, se pueden ver deambulando con los ojos vacíos y una sonrisa bobalicona acarreando bolsas en interminables caminatas, seguramente bajo el influjo de alguna secuela muy parecida al famoso mal de Diógenes.
Es tan preocupante la situación que incluso cuando se les pregunta a las autoridades sobre las causas y un posible tratamiento a esto, ellos mismos comienzan a hablar de manera extraña, evitando la mirada, hablando en tercera persona o bien caen en el más profundo mutismo dependiendo del grado de avance de la enfermedad. Algunas incluso han intentado disimular su evidente contagio realizando variadas actividades mediáticas con el fin de evitar preguntas sobre las causas de esta situación pero ya resulta inútil disfrazar este hecho.
¿Qué hacer? se preguntan hoy varios y al parecer no hay muchas respuestas para solucionar esta crisis en la ciudad. Algunas familias ya están escapando por el temor a contagiarse, vendiendo todo e iniciando una nueva vida en otros lugares. Otros creen que esto es pasajero y la enfermedad remitirá sola una vez que descienda el número de habitantes en algunos años más producto de las otras enfermedades asociadas al listado expuesto al comienzo. La mayoría solo ven un final apocalíptico y a la ciudad convertida en una ruina abandonada y desierta llena de palacetes y autos del año con el cartel de «SE VENDE» por doquier mientras los patos yecos blanquean la otrora perla del norte.
Por ahora, solo queda prevenir el contagio y tener la esperanza de que ocurra un milagro. Las recomendaciones que se entregan para evitar la enfermedad o disminuir sus efectos son:
- Evitar conversaciones tóxicas (sobretodo con gente ya infectada)
- Reírse a menudo y reflexionar en cantidades similares
- Hacer mucho ejercicio mental informándose más allá del titular
- Procurar una buena cantidad de horas en familia suministrando altas dosis de valores para todos los integrantes
- Soñar despierto.
Tienes mucha razón, y bueno, no nos queda nada más «organizar ese descontento», siendo consciente de lo que significa esto último en nuestra ciudad (la apatía y el desarraigo) donde pasado el tiempo hemos dejado a las «autoridades» transformar a nuestra ciudad en la capital del más salvaje neoliberalismo (y todo lo que esto conlleva)… y nosotros? los mortales de a pié? haremos nuestra parte?…viva la semana santa! y «tiro la primera piedra»…