En octubre del 2022, durante su primera visita a la región, el Presidente Gabriel Boric tuvo entre los principales temas de su agenda la descarbonización de la matriz energética, contexto en el que apuntó hacia el hidrógeno verde como una solución debido al potencial de Antofagasta para su generación y exportación. Incluso, inauguró una planta piloto móvil de este combustible en el sector de La Portada. En agosto del año siguiente, el Mandatario nuevamente visitó la región para reunirse con el consejo de ministros que integra el Comité de Desarrollo de la Industria del Hidrógeno Verde. En el encuentro se discutieron iniciativas para acelerar el trabajo en este sentido y actualmente ya hay 24 proyectos en camino y uno ya ingresó a evaluación para instalarse en Mejillones, área en la que además se construirá una fábrica de baterías de litio por un costo de 233 millones de dólares.
Sin embargo, el desarrollo de esta industria podría quedar en suspenso, porque la bahía de Mejillones, zona que ofrece las mejores condiciones de la región para recibirla, se encuentra en plena actualización de su plan regulador. La imagen objetivo presentada al Concejo Comunal, en términos simples, establece una gran parte de la bahía como zona inofensiva. Esto significa que las empresas que se encuentren en el área podrán continuar sus operaciones, mas no podrán crecer en sus terrenos y, por lo tanto, tampoco se permitirá la llegada de nuevas industrias.
La votación de la propuesta sería en noviembre, semanas después de la elección municipal y un mes antes de que asuman las nuevas autoridades. Al consultar sobre el tema con los concejales y el alcalde, las opiniones están divididas y van desde detener cualquier expansión del barrio industrial y pasar a un enfoque turístico de Mejillones, hasta analizar con detalle el impacto de la decisión en un comuna que continúa creciendo, que tiene proporcionalmente el campamento más grande de Chile y que necesitará de más fuentes laborales en el futuro.
La expectativa país en el hidrógeno verde como combustible del futuro es tal que el vicepresidente ejecutivo Corfo, José Miguel Benavente, en entrevista con TL en junio del 2022, manifestó que ven más posibilidad de encadenamientos asociados en esta industria que en el litio. A eso agregó que las ventajas de Antofagasta son las derivadas de la generación, el costo de la energía eólica o solar, lo que entrega una ventaja a nivel mundial, no solo en el sector minero, también en la exportación a través de los puertos. En la misma dirección declaró Johan Dreyer, presidente de H2 Antofagasta, quien sostuvo que Mejillones con toda su red de infraestructura ofrece condiciones ventajosas para el desarrollo en este siglo, “básicamente podemos embotellar el sol y exportarlo”.
El plan regulador
El plan regulador de Mejillones está en proceso de actualización y fuentes que conocen esta tarea señalaron que, si bien se trata de una responsabilidad de los municipios, cuando estos no tienen recursos pueden solicitar financiamiento del Ministerio de Vivienda, como es el caso de la comuna portuaria, a través de un convenio. La planificación actual está marcada por una preocupación hacia el medio ambiente, por lo que el desarrollo de estos instrumentos busca una mayor sostenibilidad.
Sin embargo, las fuentes consultadas explicaron que las dificultades aparecen cuando se toman decisiones basadas percepciones o comentarios y no en la evidencia y hechos concretos. Hay consenso en que nadie quiere vivir al lado de actividades molestas o peligrosas, pero puntualizaron que el problema está en entender por qué algo es molesto o peligroso. Por ejemplo, una actividad puede ser considerada molesta si genera tráfico de camiones, un ingreso superior a las cuatro máquinas hora en un punto específico. La autoridad sanitaria califica ese hecho como molesto.
Las actividades peligrosas, asociadas a infraestructura energética o temas productivos, muchas veces se malentienden como sinónimo de actividad contaminante, lo que no es efectivo, aseguraron los consultados. La legislación y las calificaciones sobre si es molesto, peligroso o inofensivo las efectúa la autoridad sanitaria y la Ley General de Urbanismo y Construcciones dice que las actividades contaminantes son totalmente distintas de las peligrosas. Estas últimas, tienen que ver con el manejo de sustancias que tienen riesgo en su manipulación.
La propuesta de la consultora Urbe tenía tres alternativas, las que consideraron la incorporación de actividad industrial o infraestructura energética de tres tipos, inofensivas, molestas y peligrosas. Pero, después de una etapa de socialización de los documentos, se pasó a una alternativa integrada que suprime todos los usos de actividad peligrosa y se restringen los usos de actividades molestas. En la práctica esto implica que queda casi todo el territorio de la bahía de Mejillones queda zonificado como infraestructura inofensiva.
Los consultados expresaron que es necesario relevar lo que podría pasar si se restringen las actividades en la bahía, respecto de la agenda de la región y del país para combatir el cambio climático. Y un ejemplo es el hidrógeno verde, que en resumen es la producción de un combustible, el hidrógeno, el que se denomina verde porque la fuente de energía para el proceso de electrólisis en la separación de la molécula de agua para generar hidrógeno es solar o eólica, energías no contaminante. Pero como el hidrógeno verde es difícil de manipular porque es muy explosivo, lo que hacen las empresas es trasladarlo en forma de un sucedáneo, se transforma en amoníaco que luego se vuelve a convertir en hidrógeno para utilizarlo como combustible.
Agenda de descarbonización
En este contexto no debe olvidarse la agenda país de descarbonización al 2040. Desde el año pasado el gobierno trabaja en acortar ese objetivo para concretarlo en el 2030, lo que quiere decir que en seis años más Chile debería estar descarbonizado. Para cumplir con esa meta se necesita la posibilidad de desarrollar y reemplazar la energía que se produce con fuentes sucias, escenario en el que el hidrógeno verde es fundamental para resolver la demanda que no puede ser absorbida por la electrificación directa. Por ello advierten que si se llega a aprobar el plan regulador que plantea la imagen objetivo que se está discutiendo a nivel comunal, no podría ejecutarse ningún proyecto de hidrógeno verde dentro de la bahía de Mejillones.
“El mes pasado se lanzó el plan de acción en La Moneda y la pregunta es qué está pasando, porque el gobierno central tiene una mirada, el gobernador coincide con ella, sin embargo, al bajar a las reparticiones ministeriales sectoriales y el municipio, al parecer esa visión no se comparte. Ahí tenemos un tema importante para resolver, porque el impacto será en el desarrollo local, el empleo, la misma agenda ambiental para descarbonizar y tener una energía e industria limpia. Y la manera de hacer esto no es tomar decisiones fundadas en percepciones”, dijo un entrevistado.
Con la propuesta actual, la zona quedaría congelada y eso implica que quienes ya están ahí pueden quedarse, pero no podrán crecer. Si una generadora cierra su central térmica, pero quiere comenzar a producir hidrógeno verde, no podrá hacerlo. O cualquier otra empresa que esté desarrollando una actividad molesta y está en la zona inofensiva, tampoco podrá crecer, porque el uso de suelo no se lo permitirá. Por lo tanto, menos aún podría llegar una industria nueva, aunque lo paradójico, es que, al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental ingresó un proyecto de hidrógeno verde para la bahía de Mejillones. Esa iniciativa que está en etapa de ingeniería y tramitaciones, en caso de aprobarse el plan regulador, finalmente no tendrá la posibilidad de concretarse.
Otra iniciativa también en Mejillones es una que busca la producción de baterías de litio para electromovilidad, lo que al menos debería ser considerado como una actividad molesta.
Una desconexión
Para los consultados existe una desconexión entre la propuesta que está sobre la mesa del municipio y las cosas que están sucediendo en la bahía de Mejillones. Hay consenso de que nadie quiere industrias contaminantes o negativas para la salud e indicaron que eso hay que atenderlo e incorporarlo. Sin embargo, la actual imagen objetivo borraría lo que las imágenes preliminares planteaban y que sí incorporaron la actividad molesta y peligrosa.
Todo esto ha generado preocupación y proponen que es importante que la autoridad regional y algunas nacionales pusieran más atención a los procesos locales de planificación, porque está en juego el aterrizaje de políticas que vitales para mejorar el territorio y la sostenibilidad ambiental.
Desaladora
Un punto que no ha sido considerado es el de una eventual desaladora. Se trata de instalaciones que trabajan con un proceso de osmosis inversa y son grandes consumidores de energía. Como tienen que asegurar el suministro no pueden dejar de funcionar. Ante eso utilizan equipos de respaldo, lo que implica almacenar energía con generadores que operan con petróleo. Habitualmente la autoridad, por la cantidad de combustible almacenado, califica ese tipo de instalaciones como molestas. De manera que, si no hay cabida para un uso molesto, ese tipo de infraestructura no sería posible instalar.
Pero también advierten que la desaladora como uso de suelo se califica como infraestructura sanitaria y en la propuesta de imagen objetivo no está considerada la incorporación de esta clase de infraestructura. De hecho, las fuentes preguntadas afirmaron que hay un plan del Ministerio de Obras Públicas para facilitar la implementación de plantas desaladoras vía modelo concesiones en toda la costa de Chile. Así que por una parte el MOP apoya estos proyectos, pero en Mejillones no podrían desarrollarse porque el plan regulador no lo permitirá.
“Necesitamos estas discusiones para articular los objetivos a nivel nacional o regional, con los intereses y la calidad de vida de las personas a nivel local y eso se puede, pero con procesos más abiertos, participativos e informados para conocer el impacto de las decisiones”, indicaron los consultados.
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