Garantizar disponibilidad de agua potable para los clientes actuales y proyectar la demanda futura, en medio de la incertidumbre que genera la crisis climática global y las dificultades que impone el desértico territorio donde opera, es el desafío que enfrenta Aguas Antofagasta Grupo EPM, que proyecta millonarias inversiones para este y los próximos años, con el objetivo de robustecer su sistema de producción y distribución de agua potable, así como su infraestructura de recolección y tratamiento de aguas servidas.
Si bien Aguas Antofagasta tiene la misión de proveer agua potable en medio del desierto más árido del mundo, se ha transformado en una paradoja a nivel nacional, al contar con el sistema operacional más seguro del país con dos fuentes de abastecimiento. Por un lado, cuentan con agua proveniente de napas subterráneas y afluentes de cordillera y por otro la desalinización de agua de mar, que completa 20 años de operaciones, transformando a esta sanitaria en pionera en Latinoamérica en el uso de esta tecnología para producir agua potable de forma sostenible.
“Actualmente el 60% de los requerimientos de la región los cubrimos con agua potable vía desalación, para las comunas costeras, en tanto el restante 40% se abastece con agua cordillerana, para las comunas del interior”, explica Paula Carrasco, Directora de Asuntos Corporativos de Aguas Antofagasta Grupo EPM.
Según explica la ejecutiva, el objetivo de las inversiones para este año y los venideros es aumentar la confiabilidad del sistema de producción y distribución de agua potable. “Estamos dando gran relevancia a los proyectos de infraestructura de desalación, para cubrir el abastecimiento actual y abordar la demanda futura. Para eso estamos avanzando desde el año pasado en la ampliación de la Planta Desaladora Norte de Antofagasta, que nos permitirá cubrir el 100% de los requerimientos de la capital regional con agua potable proveniente del mar. Se trata de la mayor inversión en la historia de esta sanitaria, con 130 millones de dólares destinados a dar certeza hídrica, que nos permitirá acompañar el desarrollo regional y proyectar nuevas oportunidades de crecimiento productivo para Antofagasta”, explicó.
Inversiones 2023
En paralelo con las obras de desalación, Aguas Antofagasta enfoca sus inversiones a robustecer el sistema productivo y de distribución de agua, con el fin de asegurar la continuidad del servicio ante potenciales contingencias.
Entre los proyectos destacados para este año están el recambio o refuerzo de las redes de agua potable. Para esto la sanitaria proyecta más de $2.500 millones en mantenimiento y reposición de ductos en las diferentes localidades que atienden en la región.
El sistema de recolección y tratamiento de aguas servidas también se verá fortalecido con una inyección de recursos de cercano a los $2.000 millones.
Otro proyecto que destaca en es la pronta finalización de los trabajos de construcción del nuevo estanque El Ancla, para mejorar la disponibilidad de reservas de agua en caso de emergencias en la capital regional.
Entre los proyectos relevantes de este periodo también está el de lectura remota en todo Sierra Gorda y Baquedano con medidores digitales. A ello se suman obras de seguridad en ciudad, además de infraestructura en la alta cordillera y en aducciones que transportan el agua de una ciudad a otra.
Este año incluirá obras de mejoramiento en el emblemático Jardín Botánico, ubicado en el edificio corporativo de la compañía, el que reúne distintas colecciones temáticas de flora provenientes de diversas partes del mundo y que anualmente recibe a cientos de visitantes de toda la región. A ello se suman iniciativas de reúso de agua tratada, entre otros proyectos de mejora del servicio.
En tanto para el bienio 2024-2025 se sumarán nuevas iniciativas por más de $111 mil millones, tendientes a garantizar un servicio de calidad, con continuidad, cobertura y disponibilidad para acompañar el crecimiento de los territorios donde están presentes.
