Normalmente usamos los medios de comunicación para alertar sobre algún problema urbano o para generar opinión del gremio sobre situaciones que nos pueden afectar, y no solamente a los constructores, inmobiliarios, proveedores o profesionales del área, sino muchas veces a los propios trabajadores del rubro de la construcción y sus familias.
Sin embargo en esta oportunidad creo necesario exponer sobre algo que no se debate con la intensidad que debiera, que no saldrá en las tandas publicitarias de los noticiarios de mayor rating y que, por lo general, aparecerá en la sección de las noticias que no es farándula ni deportiva y que se entienden por económicas.
Quizás algunos lo han escuchado de algún conocido; el Banco Central prepara una nueva baja de tasas en los créditos hipotecarios. Las campañas publicitarias de los bancos comienzan entonces con los ofertones. “Ven a comprar, estos precios no se repetirán”, “toma ahora este u otro tipo de crédito”, pero lo que nadie nos dice que no solamente es el momento para comprar una nueva propiedad, sino que también para refinanciar el crédito que ya se tenga, revisando la tasa, comparando cuanto estoy pagando y cuanto es lo que podría ganar al refinanciar.
Los bancos son muy parecidos a las bencineras, por eso cuando el Banco Central sube las tasas, éstos a su vez también las suben y rapidito, y cuando bajan lo hacen un poco más lento, pues primero realizan un comité para analizar el caso y ver que tasa ofrecerán.
Entonces ahora más que preocuparnos debemos ocuparnos en revisar nuestros créditos, y si conviene acercarse al banco a pedir refinanciamiento, recordando que es nuestro bolsillo el que está afectado y en este caso sería también el que se alivia, ya que en un refinanciamiento de crédito hipotecario los costos son menores, por ejemplo no se paga el impuesto al mutuo por lo que los gastos operacionales bajan, rebajando la deuda y disminuyendo la cuota mensual, lo que en el largo plazo significa pagar menos intereses.
Por ello es este el momento de darle un respiro al bolsillo, no debemos dejarlo pasar. Acercarse al banco y pedir que lo evalúen no implica nada que perder sino mucho que ganar.
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