Durante las últimas semanas hemos tenido sismos perceptibles en nuestra región, ¿alguna novedad?, ninguna pues estamos en el país más sísmico del mundo y además el norte de Chile se ha caracterizado por vivir terremotos, como el recién pasado 1 de abril 2014 en Iquique a las 20:48 hrs. y que demostró que todo el entrenamiento efectuado con la comunidad en simulacros masivos junto a sistemas sonoro alertamiento temprano como sirenas instaladas en el borde costero de Iquique y Antofagasta funcionaba tras que el organismo técnico como Onemi entregará una Alerta que permitía realizar una evacuación masiva a las zonas de seguridad establecidas en todas las comunas del borde costero.
Lo que hoy nos llama profundamente la atención es la no continuidad de protocolos o seguimiento para saber si los sistemas funcionan y la comunidad se mantiene entrenada. Es así como las pruebas sonoras de sirenas que se realizaban los últimos viernes de cada mes en las cuatro comunas de Antofagasta, Tocopilla, Mejillones y Taltal, se dejaron de efectuar. Al mismo tiempo, el último simulacro masivo que incluyó a toda la comunidad de estas comunas de borde costero se efectuó el 08 de agosto del 2013, ya que durante el 2014 el simulacro que se realizó, fue solo a nivel de unidades educativas, que como ya sabemos son las comunidades más entrenadas para situaciones de emergencia a través de su Plan Integral de Seguridad Escolar.
Hace unas semanas atrás el Alcalde de Tocopilla, Fernando San Román hacia un llamado sobre la no operatividad de las sirenas instaladas en su comuna; efectivamente hay que señalar que en la mayoría de los casos están han quedado en dicho estado luego de acciones delictivas que han robado baterías y otros equipos que permiten la comunicación de dicho sistema. Entendiendo cómo funcionan los procedimientos en el ámbito público para poder volver a sustituir dichos equipos, hay tiempos que pueden ser vitales; considerando siempre al sistema de Alertamiento Temprano de Sirenas ante riesgo de Tsunami, como algo redundante, pues ya sabemos que al tener un sismo en que no podemos mantenernos en pie, una vez terminado este y de forma inmediata debemos evacuar a una zona de seguridad, y tener nuestro plan de familia preparada.
El estar preparados es una tarea de todos, de la comunidad, las autoridades e instituciones públicas y privadas. Por lo tanto, no sólo se requiere ver las opciones de una solución al no funcionamiento de las sirenas, sino también el probar estos sistemas con pruebas sonoras como nos habíamos acostumbrado y realizar simulacros masivos; eso nos hará siempre estar mejor preparados, si todo deportista sabe que cuánto más entrena mejor rendimiento obtiene. Más aún en regiones como las nuestra que por razones laborales tenemos gran número de población flotante que ni siquiera conoce las zonas de seguridad y donde se ubican pues habitualmente no reside en esta ciudad. O donde hay brechas como el uso de automóviles que en simulacros ha quedado demostrado que las personas los siguen usando.
Una cultura preventiva no se genera desde un escritorio con manuales, sino desde una acción proactiva, en terreno con la comunidad, ensayando los planes de seguridad y emergencia para cada riesgo priorizado según comuna, realizando simulaciones y simulacros que permitan encontrar las brechas y la oportunidad de mejora. Además, incluyendo otros riesgos más allá del terremoto y del tsunami. ¿Qué pasaría en Antofagasta hoy con un aluvión? Cuando hay más de 24 campamentos instalados en quebradas aluvionales naturales?.
La proactividad siempre parte por casa, es decir por la región, si nos ponemos a esperar las directrices de un organismo centralizados nos estamos olvidando de los más importante de la protección civil, que es resguardar la vida de las personas, sus bienes y el medio ambiente. Así estaremos mejor preparados ante una situación de emergencia.
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