Menos de cuatro mil personas votaron en la primaria municipal del año 2016, cuando la centro izquierda agrupada en el pacto “Nueva Mayoría” utilizó esta herramienta para definir su carta a la alcaldía de Antofagasta. La socialista Andrea Merino, con 1.634 votos, resultó nominada para competir en unas elecciones que contaron con candidatos independientes afines al sector, dispersión que selló su quinto lugar entre las ocho alternativas. Al tratarse de un proceso con sufragio voluntario, analistas políticos no esperan un nivel de participación muy diferente de lo visto hace ocho años durante este fin de semana, explicando que esta instancia rara vez logra atraer un interés que vaya más allá de los partidos y quienes apoyan a los candidatos inscritos.
Este domingo, el pacto oficialista “Contigo Chile Mejor” nuevamente vuelve a las primarias en las que pueden votar todos quienes sean independientes o militen en los conglomerados que integran el pacto. El grupo que busca representar a la izquierda en la alcaldía está compuesto por Pablo Iriarte (PC), Fernando San Román (IND), Camilo Kong (CS), Gonzalo Dantagnan (DC), Ignacio Pozo (IND) y Wilson Díaz (PS).
La presidenta regional del PS, Delia Estay, declaró a mediados de mayo que esperan la mayor participación posible, aunque también reconoció que “tradicionalmente quienes acuden a las primarias son personas cercanas al conglomerado”. Y en ese sentido, la presidenta regional de la DC, en esa misma fecha agregó que en las urnas proyectan una cifra que llegue hasta los cinco mil electores.
La doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Francis Espinoza, indicó que la centro-izquierda en Antofagasta tiene experiencia en la convocatoria a primarias, es decir, posee el know how para exponer a las candidaturas a procesos democráticos menores, voluntarios y de democracia representativa. Sin embargo, recordó, la historia con estos liderazgos exitosos en procesos de biopolítica no logra finalmente el sillón edilicio.
“Auguro poco interés y participación en las primarias más allá de la obligatoriedad de la militancia de los partidos políticos y adherentes a candidaturas específicas más que tener ‘corazones’ en la izquierda”, adelantó la académica de la UCN.
UNA VOTACIÓN MUY POLÍTICA
La profesional destacó que los procesos de votación con participación abierta de la ciudadanía siempre son parte de la legitimidad de democracias sanas, por ello, expuso que este fenómeno electoral en específico da legitimidad a quien gane. Sin embargo, otra situación y momento es la convocatoria de quienes ganen para generar motivación por sus liderazgos y por el proceso final de elección.
Espinoza no observa el resultado de las primarias como un termómetro de las elecciones finales, porque estas votaciones son muy ideológicas en el sentido del acercamiento al paradigma de centro izquierda y son muy políticas, porque éstas involucran directamente a militantes de partidos políticos y simpatizantes de candidaturas.
“Creo que el ‘factor Jonathan Velásquez’ es mucho más significativo en el fenómeno de mover la aguja hacia un sector-candidatura determinada. La presencia de candidaturas independientes también impactará los resultados y generará una mayor fragmentación del electorado. La elección está muy abierta y las primarias son un buen ejemplo de una ‘semiótica política’ de nuestra cultura democrática, puede ser un saludo a la bandera, pero también calentar motores para las ‘votaciones octubristas’, pero no generarán inclinación de voto en electores/as indecisos/as o con voto más pragmático”, señaló Francis Espinoza.
“ES UNA CARRERA INTERNA”
Cristian Zamorano, doctor en Ciencias Políticas, expresó que esta clase de elección no busca la legitimidad ciudadana, sino simplemente saber quién representará a la izquierda y, lo que importa, es que uno de los nombres saque más votos que el resto. Después del 9 de junio empieza una carrera que tendrá otro tenor, advirtió.
Sobre la capacidad de convocar que tienen las primarias, Zamorano puntualizó que es lo más llamativo. “Lo que vimos fue un trabajo en terreno que puede ser decisivo y la capacidad de convocar a sus propios simpatizantes, pero no hubo una adhesión espontánea ni tampoco masiva en las calles en los cierres de campaña. Es una carrera interna, por lo tanto, cada uno convocó a sus militantes, pero no fueron más allá. Es una elección especial, se gana haciendo trabajo en terreno, convocando a los tuyos, tratando de agrandar un poco el círculo de simpatizantes, pero sobre todo afianzar lo que tienes porque lo importante es ganar”, resumió.
Al ser una carrera cerrada, sostuvo el analista, solo interesó a los concernientes, a los comentaristas y a quienes siguen la vida política de la región. Por ello no sobresalió más allá, aunque mencionó que ese fenómeno sucede ocurre en todo el país.
“En las elecciones nunca hay perdedores, sencillamente hay gente que realiza interpretaciones. Es posible que el resultado de la convocatoria sea bajo, lo que dejará claro que tampoco hay una gran adhesión a este gobierno, el tercio de votantes está marcado. También creo que es plausible que la izquierda pueda ganar en la elección municipal y de cargos regionales, sin embargo, no ocurrirá lo mismo con la presidencial y la legislativa, donde es probable que se reivindique la derecha”, subrayó Zamorano.
