Esta semana se retiraron los restos óseos de un posible detenido desaparecido que fue hallado en la faena minera Marimaca, ubicada a 22 kilómetros de la ciudad de Mejillones. Dichas osamentas serán analizadas por el Servicio Médico Legal (SML) en Santiago.
“En la inspección que realizamos hace un par de semanas descubrimos que efectivamente había un cadáver, tal como lo indicó la denunciante Ruth Castillo Ardiles. Por lo que se realizaron las gestiones para que el Servicio Médico Legal realizara esta exhumación y, posteriormente, se pueda determinar la data de las osamentas y si se trata de un detenido desaparecido”, informó el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las jurisdicciones de Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó y La Serena, Vicente Hormazábal Abarzúa.
Según los antecedentes entregados por Castillo Ardiles, pirquineros encontraron en el sector, en 1973, un cuerpo que presentaba diversas lesiones y cortes, por lo que optaron por dejarlo a cubierto, para protegerlo de perros y animales de rapiña, pero no denunciaron el hallazgo. Con los años, el lugar pasó a ser conocido como el sepulcro del “cortadito”.
“La denunciante trabajó en esta mina hace más de 15 años, y ahí conoció esta historia, contada por pirquineros de la época, que indicaban que posterior al golpe de Estado de 1973 se encontró un cuerpo en este lugar, muy cortado, lesionado y por eso lo llamaban “el cortadito”, y lo habrían cuidado para que jaurías de perros no lo dañaran. Según lo que hemos visto en la diligencia estaba cubierto con maderas, cartones y piedras, muy superficial. No más de 20 centímetros”, agregó el ministro Hormazábal.
Tras la exhumación, que se extendió durante toda la jornada, los restos recuperados fueron trasladados al SML en la capital, con el fin de realizar las pericias forenses que permitan establecer la antigüedad e, idealmente, la identidad de la víctima.
La diligencia se enmarca en la investigación (causa rol 6-2022) que sustancia el ministro Hormazábal Abarzúa y que se inició a partir de la denuncia de hallazgo de osamentas que realizó Castillo Ardiles, quien relató que había encontrado las osamentas en 2009.