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martes, 1 abril, 2025
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Minería y Construcción lideran contrataciones de este tipo

Antofagasta tiene más de 90 mil trabajadores conmutados: anualmente $1.273 millones de dólares se «fugan» a otras regiones

Investigadores del Instituto de Economía Aplicada Regional (Idear) de la Universidad Católica del Norte presentaron cifras en el seminario “Mercado de trabajo y desarrollo regional en Antofagasta”. En la actividad detallaron el fenómeno de la conmutación (trabajadores que laboran en una zona diferente de la que residen) y su impacto socioeconómico. “¿Qué pasaría si implementáramos una alta regulación a la conmutación? A nivel nacional observamos un crecimiento en el PIB y en el bienestar, que engloba todas las condiciones económicas de un sistema, mientras que el PIB es solo dinero”, aseguró el Dr. Dusan Paredes, académico de la Facultad de Economía de la UCN.

Más de 90 mil trabajadores conmutados tiene la región de Antofagasta, es decir, personas laboran en esta zona, pero que tienen su residencia en otra parte del país. Se trata de una cifra que presentaba en aumento sostenido durante los últimos años, aunque retrocedió con la pandemia. Sin embargo, tras la emergencia sanitaria, el fenómeno reportó nuevos incrementos y este 2024 llegó al 21%, lo que significa que uno de cada cinco trabajadores en Antofagasta no reside en la Segunda Región. El académico de la Facultad de Economía de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dr. Dusan Paredes, manifestó que una conmutación excesiva genera una falla de mercado y que no hay ningún argumento económico para que esa falla no sea corregida.

El tema fue tratado en el seminario “Mercado de trabajo y desarrollo regional en Antofagasta”, actividad del Instituto de Economía Aplicada Regional (Idear) de la UCN en el Hotel Antofagasta. Manuel Pérez, académico del Departamento de Economía de la UCN, director del Idear y del Observatorio Laboral de la Región, expuso sobre el comportamiento de la conmutación.

En su presentación precisó que, en el 2019, el 17% de los trabajadores de la región era conmutante. El 2020 durante la pandemia esa cifra bajó a un 13%, aunque el 2021 comenzó nuevamente a incrementarse. Así, ese año creció al 14%, el 2022 volvió a ubicarse en un 17%, el 2023 aumentó al 18% y los dos primeros trimestres de este año alcanzó el 20%.

El investigador indicó que durante el periodo de recuperación de la pandemia la tendencia de crecimiento se ha acelerado, hasta alcanzar la cifra de 91.200 conmutantes, lo que equivale al número más alto de conmutados interregionales en la región durante la serie histórica. Por sectores, la minería y la construcción son los que poseen una mayor contratación de este tipo, representando cerca del 84.8%.

Entre los factores podrían explicar este proceso enumeró que la región aporta 1.273 millones de dólares anuales en concepto de pago a los trabajadores que no residen en ella, lo que implica el segundo nivel más alto de pérdida de renta a nivel anual registrado en toda la serie disponible. Otro elemento es que Antofagasta necesita atraer trabajadores con un perfil de cualificación diferente del que posee, es decir, falta capital humano. Junto a ello también aparece el sistema de turnos, la subcontratación y la duración de los contratos.

Un aspecto que subrayó Pérez fue que la distancia recorrida de los trabajadores que laboran en la región aumenta a medida que lo hace el tipo de turno. Esto implica que los turnos más amplios que el 7×7 llevan a que las distancias recorridas aumenten por encima de los 1.000 km.

Además, señaló que una parte importante de los conmutantes interregionales son subcontratados (55.4%) y que una parte no menor del fenómeno está explicado por los trabajadores directamente contratados por las empresas (43.5%).

En sus conclusiones, el director del Idear manifestó que esta situación desemboca en una menor capacidad de generación de ingresos y la pérdida de estos que pudiera afectar a los residentes de la zona y que identificar a quiénes residían en la región y ahora conmutan permitiría profundizar en el análisis de la calidad de vida regional como otro factor explicativo.

Consecuencias de la conmutación

Miguel Atienza, director de la Facultad de Economía e investigador del Idear, dijo que la presión demográfica genera inicialmente congestión, como mayores precios de la vivienda, pero que aquello ha sido históricamente el motor del sector de la construcción, las obras y servicios públicos, el crecimiento y modernización de las ciudades, como indican las investigaciones.

En esa línea, su presentación consignó que la conmutación de larga distancia limita el crecimiento a largo plazo de la población regional y detalló que en el 2002 había 16.500 trabajadores conmutantes en Antofagasta. En el 2017 fueron 75.000 y este 2024 superan los 90.000.

El académico recordó que entre las causas de la conmutación están los cambios en la organización de la minería favorecidos por el marco institucional, como la subcontratación, la extensión del sistemas de turnos, la regulación del transporte aéreo y una mano de obra local insuficiente. Aunque en las condiciones y la calidad de vida mencionó que en los motivos para no vivir en la región aparecen la falta de atractivo, el costo de vida y la familia, junto a una naturalización por parte de los trabajadores.

Regular la conmutación incrementaría el bienestar

El profesor titular de la Facultad de Economía de la UCN y profesor adjunto de la Michigan State University, Dr. Dusan Paredes, en el seminario expuso los resultados de un proyecto Fondecyt que evidencia cómo la conmutación afecta el crecimiento económico, la recaudación tributaria y la oferta de bienes públicos. Esto consideró 4 años de trabajo y la actividad fue la primera instancia en la que mostraron sus resultados.

La regulación permitió un crecimiento de la productividad en ciudades mineras, 15% y 20% en el 2022, remarcó Paredes. “La regulación nos hace crecer más y para la gente que está en la esfera política que siempre necesita tener un insumo simple y rápido, con confianza lo puede decir, la conmutación es ineficientemente alta. Un regulador, en todos los miles de escenario que simulamos, elegiría menos conmutación”, advirtió.

El académico aclaró que, siendo justos, la regulación actual, aún con sus restricciones permitió un crecimiento en productividad entre un 15% y un 20% en las comunas mineras, después del súper ciclo entre el 2016 y el 2022. Eso es una muy buena noticia, agregó, ya que un economista no está contento cuando sube el salario, porque sube para luego caer. Un economista se pone contento cuando sube la productividad, porque cuando lo hace, el salario no vuelve a descender.

“Observamos que la productividad tuvo un crecimiento bajo la regulación actual. Dónde está el problema, en el mercado de suelo, que ha perdido su eficiencia un 19% luego del súper ciclo. Esta eficiencia quiere decir cuán fácil es desarrollar actividad inmobiliaria en una ciudad específica. Determinamos que hay un retroceso abismal en las ciudades del norte de Chile, en particular las mineras”, apuntó.

Esto genera que la curva de oferta sea altamente inelástica y afirmó que si lográramos que esa cantidad de gente que conmuta tomara la decisión de vivir en Antofagasta estaríamos en un gran problema mientras no resolvamos este aspecto. “La conmutación, en el fondo, es una alternativa a la migración que hoy tiene un problema”, subrayó.

En el modelo que trabajaron simularon todos los potenciales escenarios, con mayor y menor regulación de la conmutación.

“La buena noticia es que el país a nivel nacional crecería en más de 2.900 millones dólares en producción. Es decir, se están destruyendo 2.900 millones de dólares por una falla de mercado, no es óptima la cantidad de conmutación que tenemos. Para tener una dimensión, es 11 veces el presupuesto del Gobierno Regional y 25 veces el presupuesto de la Municipalidad de Antofagasta. ¿Qué pasaría si implementáramos una alta regulación a la conmutación? Lo primero, es que la cantidad de conmutantes se reduce y a nivel nacional observamos un crecimiento en el PIB y en el bienestar, que engloba todas las condiciones económicas de un sistema, mientras que el PIB es solo dinero”, declaró Paredes.

Una regulación en este sentido aumentaría el bienestar, insistió el investigador. Como ejemplo, sostuvo que la reforma educacional de Michelle Bachelet apuntaba a un crecimiento de 0.08 en bienestar, mientras que la regulación en las simulaciones logra un 0.03 solo con cambiar una regla.

“Es una cantidad significativa y es cosa de preguntar a la Secretaría de Gobierno cuánto es el costo político de negociar hoy una reforma tributaria o cuánto cuesta negociar hoy una reforma al sistema de pensiones. Es evidente que este mecanismo (regular la conmutación) podría ser más barato. Alguien podría decir que al sector minero le aumentarán los costos, pero eso ya está considerado, esa es la gracia del modelo. En una analogía simple, cuando salió Uber y todas las manifestaciones de quienes manejaban taxis, por qué permitimos destruir esos puestos de trabajo. Porque como sociedad confiamos en que ganaremos más con la nueva tecnología que con lo que teníamos antes, es decir, el bienestar crecerá. Acá es exactamente lo mismo, si nos reclaman porque regular la conmutación hace que los costos suban, sí, los costos subirán. El problema es que no contemplaban los costos negativos que no pasaban por el mercado”, enfatizó.

Sin embargo, el académico dijo que en estas decisiones también hay que asumir costos, como qué pasará con el PIB de Antofagasta si una parte considerable de su fuerza laboral ya no está y es que, inevitablemente bajará. Pero la baja no es tan drástica, añadió, las zonas mineras aumentarías sus salarios, pero con viviendas más caras y estos efectos serían positivos solo si se mejora la eficiencia del mercado del suelo.

“Si cambiamos el nivel de eficiencia del mercado del suelo, todas las estimaciones sugieren que Antofagasta puede crecer significativamente en la cantidad de población. En una regulación alta, prácticamente baja en un 30% la cantidad de conmutantes y aumenta la cifra que reside, porque algunas personas deciden quedarse, pero perdemos fuerza laboral. Lo interesante es que tendrá impactos positivos en el salario, porque con menos oferta de trabajo, la demanda se mantiene con su elasticidad y los salarios suben. Pero el aumento del precio de vivienda se come el efecto salario”, apuntó.

La buena noticia de estas estimaciones, manifestó Paredes, es que tenemos una nueva forma de pelear por lo mismo, la mala noticia es que si no ordenamos los problemas internamente la solución será peor que el problema.

“Si regulamos la conmutación no es necesario o excluyente solo utilizar un instrumento de equidad. Chile se caracteriza por poner atención al crecimiento, no a los problemas de desigualdad, eso históricamente lo sabemos. Entonces si peleamos por este tema exclusivamente por desigualdad, lo que hará el gobierno central es “acá tengo 80 desigualdades más relevantes en este momento, por qué tengo que tomar esta y colocarla arriba”. Bueno, ahora tenemos una respuesta, tiene que hacerlo porque le cuesta más caro que todas las demás desigualdades”, finalizó el académico de la Facultad de Economía de la UCN.

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