Otro examen universitario rindió el equipo más lindo del mundo, esta vez en la comodidad de su casa, pero nuevamente con poco éxito. Los pupilos del profesor Gustavo Huerta se prepararon durante toda la semana, estudiando diversos movimientos y a la vez, diversas tácticas para afrontar esta nueva y difícil prueba.
El equipo venía de rendir dos tests anteriores donde las dudas fueron predominantes a la hora de sacar buenos resultados. Se reprobó con Iquique y se aprobó a regañadientes en la visita al potrero calerano. Sin embargo, y a pesar de la incertidumbre de la parcialidad albiceleste (hoy albiazul) sobre el rendimiento que podría mostrar el CDA, se esperaba que este examen tuviera nota sobresaliente.
Para esta ocasión, volvía el alumno más aventajado de la clase. El que hoy porta la jineta como presidente de curso y que resalta por sobre los demás por su capacidad goleadora. A Javier Elizondo se le extrañó ante La Calera, y en el Calvo y Bascuñán la gente lo recibió con vítores y aplausos.
Si vamos sumando detalles, la aula del Regional estaba impecable, el verde gramado parecía de esas pizarras de antaño recién compradas, reluciente y brillante, como de primer día de clases. Y muchos visitantes mirarían este encuentro, dado a que habría otra prueba con otros alumnos, por la reunión doble con los vecinos del este y los del norte. Nada podía salir mal, eso a priori. Eso sí, se miraba de reojo al veedor del examen. No hay buenos recuerdos de Claudio Aranda por aquí.
El primer tiempo es mejor saltárselo. El alumno se quedó dormido sobre la prueba, y la gente que asistió ya bostezaba y si no había entretiempo, lo más probable es que durmieran la siesta también en la tribuna. En serio no hay nada que contar de la primera parte. A grandes rasgos podemos decir que Luis Valenzuela, figura CDF en La Calera, parece que no volvió de allá. Esteban “Chino” González estuvo irreconocible y no lograba hilar una buena. Erick Pulgar perdidísimo en la contención. Y Juan Lorca quizás se quedó haciéndole compañía al Larry en la V región.
Lo único para comentar del partido, fue un penal visto por todos, donde un universitario “metió la mano” en zona prohibida, lo cual fue visto por el asistente, quien levantó de inmediato su banderín para cobrar el lanzamiento penal, sin embargo, el “criterioso” de Aranda le hizo bajar el brazo y dejar todo tal cual. Increíble. Y sería todo no más.
Luego de mojarnos la cara y hacer un par de bromas en el intermedio para poder salir del estado de somnolencia que dejaron los primeros 45 minutos, vino una segunda parte que en realidad no cambiaría mucho. El profesor intentó despertar a su clase, haciendo ingresar a los que también se presume dotados de talento. Ni Kevin Harbottle, ni menos el fondero Eric Pino, pudieron hacer algo más. El partido cayó lisa y llanamente en una pichanga de patio, de esas con arcos hechos de mochilas amontonadas, y el fútbol siguió de recreo tal como en el primer lapso.
Cuando los bostezos se multiplicaban tanto como el nerviosismo del respetable, apareció el “Arcángel del gol” Gabriel Vargas, quien tuviera un excelente paso por la U, para despertar a los espectadores con un gol “de otro partido” que dejaba en desventaja al Puma, pero esto no logró despertar a los jugadores. El ingreso del “Burro” González, llamado a ser uno de los irreverentes de este grupo en el campo de juego, tampoco fue de mucha utilidad y fue presa fácil del letargo que ya se había apoderado hace largos minutos de sus compañeros.
El partido se transformó en un juego de frontón contra la pared amarilla y las esperanzas ya se empezaban a esfumar junto con la caída de la tarde.
Los rezos antes del examen, la persignación al saltar a la cancha y los ruegos de la multitud antofagastina dieron resultados cuando San Javier Aníbal hizo su aparición, y en la primera pelota que recibió en su pupitre donde es letal, recién a los 87 minutos, pudo hacer el milagro sin siquiera mirar su objetivo, y de chilena poner los guarismos en igualdad cuando la resignación ya se había sentado en la primera fila del salón.
Un examen a todas luces reprobado, donde el resultado es un premio inmerecido y donde, por lejos, se rindió el peor partido del año como locales en el Calvo y Bascuñán. La respuesta a la inquietud de cada semana sobre con cuál CDA nos encontraremos, es cada vez más conocida y lamentablemente no es la mejor.
El equipo no convence, los apoderados que asisten domingo a domingo al Regional ya piden la salida del profesor y temen que a la hora del promedio, tengamos que repetir de curso.
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