Un equipo internacional de astrofísicos, liderado por el astrónomo de la Universidad Católica del Norte (UCN), Dr. José Fernández-Trincado, identificó una nueva población de estrellas gigantes rojas con anomalías químicas en nuestra galaxia.
La Vía Láctea está poblada por una gran cantidad conglomerados estelares o cúmulos globulares, muchos de los cuales permanecen inexplorados. La investigación identificó 42 estrellas dispersas en el disco, halo y bulbo galáctico con patrones químicos totalmente diferentes al resto del campo estelar.
Esta nueva familia de gigantes rojas posee propiedades atmosféricas muy idénticas a las estrellas comunes de la Vía Láctea en cuanto a las temperaturas superficiales, gravedad superficial y contenido de hierro. Sin embargo, muestran atmósferas muy enriquecidas en nitrógeno y aluminio, cuyos niveles altos no están presentes en las gigantes rojas típicas de la galaxia.
El astrónomo Dr. José Fernández-Trincado explica que sus características indican que estas estrellas no nacieron con el disco galáctico, sino que se originaron en otros ambientes similares a las formadas en conglomerados estelares. «Lo que encontramos básicamente fue una aguja en un pajar. Estas estrellas nos dan indicio de que —en el pasado temprano de la formación de la galaxia— hubo eventos violentos que destruyeron cúmulos globulares y donde estas estrellas fueron desprendidas, fueron escombros o los primeros bloques de esa destrucción. Hemos encontrado los rastros de que la galaxia temprana o primordial era una «caníbal»; se alimentaba del material estelar de esos otros sistemas en que estaban ligados gravitacionalmente», describe el astrónomo.
Estas nuevas observaciones en el infrarrojo cercano permitieron penetrar las densas columnas de gas y polvo interestelar para capturar en gran detalle las atmósferas de las gigantes rojas. Los investigadores analizaron los datos del espectrógrafo avanzado del Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment (APOGEE-2), un mapeo del cielo que complementa los datos del Sloan Foundation Telescope en el Observatorio Apache Point (Estados Unidos) y del telescopio Irénée du Pont en el Observatorio Las Campanas (Chile); creando una vista de toda la Vía Láctea gracias a la combinación de ambos hemisferios del planeta.
«Estas estrellas son potenciales candidatos de ser los restos de antiguos cúmulos globulares difuntos en el régimen de alta metalicidad (niveles de metalicidad típico de todas las estrellas que forman el disco de la galaxia), las que fueron completamente destruidas por la Vía Láctea —cuando esta era aún joven— hace aproximadamente 10 mil millones de años», destaca Fernández-Trincado.
Las características estelares obtenidas en esta investigación, en la que además participó el astrónomo Dr. Christian Moni Bidin de la UCN, entregan las pistas para formular los escenarios del ensamblaje inicial de nuestra galaxia.
Este estudio, publicado con el título «APOGEE-2 Discovery of a Large Population of Relatively High-metallicity Globular Cluster Debris» en la revista científica The Astrophysical Journal Letters, fue liderado por el astrofísico Dr. José G. Fernández-Trincado y contó con la con la colaboración internacional de los astrónomos Timothy Beers, Anna Queiroz, Cristina Chiappini, Dante Minniti, Beatriz Barbuy, Steven Majewski, Mario Ortigoza-Urdaneta, Christian Moni Bidin, Annie Robin, Edmundo Moreno, Leonardo Chaves-Velasquez, Sandro Villanova, Richard Lane, Kaike Pan y Dmitry Bizyaev.