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jueves, 30 enero, 2025
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Agenda Ejecutiva

Ave rapaz es la encargada de cuidar la infraestructura del Muelle de Minera Centinela

Ágata, un ejemplar adulta de peuco, ahuyenta a las aves que se posan en tendidos eléctricos, techos y galerías de las instalaciones costeras de Minera Centinela y que pueden generar daños importantes en la salud de las personas, equipos y estructuras, estableciendo un hábito territorial que aleja a las otras especies sin causarles daño.

Son las 9:30 de la mañana y Ágata, una ejemplar de peuco, un ave rapaz de mediano tamaño, ya está lista para una nueva jornada protegiendo la infraestructura del Muelle de Minera Centinela, vecino a la localidad de Michilla.

La misión de Ágata es disuadir la presencia de gaviotas, gaviotines monja y cormoranes, especies que, al posarse en cables, techos de la galería de embarque y otras estructuras metálicas generan daños significativos y una alta corrosión por la acumulación de fecas.

Aves posando en cables de Minera Centinela

Para lograrlo, esta ave de 7 años, se mantiene en las instalaciones durante seis horas al día, estableciendo un hábito territorial que aleja a las aves sin causarles ningún daño. Junto a su adiestrador, observa atentamente el entorno aledaño al sector de embarque. Cada cierto tiempo realiza un elegante vuelo y en cuestión de minutos, la zona queda despejada.

La especie es parte del equipo de trabajo de Ruta Rapaz, una empresa que cumple con la normativa del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para la tenencia de aves entrenadas, especializada en ecoturismo y control biológico, evitando daños a la salud de las personas y la pérdida de recursos en distintos rubros agrícolas e industriales. 

Amigable con el medio

Esta iniciativa está en una etapa piloto de dos meses, liderada por las gerencias de Proyectos y Medio Ambiente de Minera Centinela, no solo protegiendo la infraestructura y la seguridad de los trabajadores, sino que también se alinea con un enfoque amigable y sustentable con el entorno. 

“Con este plan buscamos generar un hábito para que las aves eviten posicionarse en estas áreas, estimando que deberían alejarse naturalmente, reconociendo el territorio de Ágata como inaccesible”, explicó el gerente de Proyectos de la compañía, Cristián Vargas.

El uso de este tipo de aves como una alternativa de disuasión es algo que ya ha sido probado en otros terminales, por ello, una vez validado el piloto, se mantendría la presencia de Ágata durante los próximos 15 meses para aprovechar de someter las instalaciones a un proceso de reparación.

Andrés Hernández, gerente general de Ruta Rapaz, explicó que “es un método muy efectivo y nuestra empresa tiene experiencia en distintos puertos de la región, y logrando muy buenos resultados para nuestros clientes”.

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