Este miércoles 27 de abril Carabineros de Chile conmemorará su 95 aniversario. Fundado en 1927 por el presidente y militar Carlos Ibáñez del Campo, dicha institución significó la profesionalización de las entonces guardias civiles para establecer “orden y patria”.
Pero 48 años antes en Antofagasta, aquella labor la comenzó a cumplir desde mediados de 1879 el “Bulnes”, batallón conformado durante la Guerra del Pacífico ese mismo año por viejas guarias civiles y gendarmes.
Para ese entonces, el “nuevo Chile” -como era llamado Antofagasta-, fue ocupada como campamento militar donde se les daba instrucción y preparación a las tropas y batallones bisoños recién conformados.
Entre esos estaba el Bulnes, que fue destinado a ocupar como campamento las bodegas de acopio de salitres y mercadería ubicada frente al puerto, específicamente en lo que hoy es la intersección de avenida Balmaceda con calle Sucre.
Conformación
Los mismos Carabineros reconocen este batallón como un “protozoo” de lo que después llegaría a ser su institución. En la página web del Museo de Carabineros de Chile consta que cuando se inicia la guerra “comenzaron a alistarse batallones y regimientos en todo el país. En Santiago, se convino formar uno con la Guardia Municipal, al mando del Comandante Manuel Chacón Garay. Los policías completaron su organización entre el 7 y el 14 de abril, fecha en que se declaró fundado el Batallón Bulnes, al que además se le conoció como: Batallón de Policía, Batallón Municipal Bulnes, Guardia Municipal, Batallón de Policía Bulnes”.
Asimismo explica que este grupo lo integraban 500 soldados “escogidos entre los efectivos de la Guardia Municipal, con su armamento y equipo correspondientes. Como Comandante se nombró al Teniente Coronel José Echeverría Lazo. Éste recibió su nombre como un homenaje al Presidente Manuel Bulnes, vencedor de la Batalla de Yungay. Destacaban 25 músicos del Orfeón Municipal. Su marcha distintiva fue el Himno de Yungay (…) Lo identificaba un estandarte azul turquí, en cuyo centro estaba bordada una estrella con hilos de plata y a su alrededor una inscripción decía Batallón Bulnes”. En la actualidad, este estandarte se conserva en el Museo de Carabineros.
Antes de recalar en Antofagasta, el Bulnes fue despedido en el muelle de Valparaíso, punto de partida de todas las divisiones y regimientos que llegaron a pelear al norte. Al respecto el investigador militar Mauricio Pelayo González explica este acontecimiento.
“En abril, esperando el llamado a partir al teatro de la guerra, nuestros soldados practicaban tiro al blanco en Playa Ancha. Parten el 20 de Mayo hacia Antofagasta, no sin antes las palabras de aliento en el puerto, el propio Intendente Altamirano les dijera: ¡Habitantes de Valparaíso! Tuve el honor de iniciar el pensamiento de mandar al campo de batalla nuestra vieja Guardia a expensas de la ciudad, y creo firmemente que no tendré que arrepentirme. Cierto estoy de que Valparaíso cosechará laureles en el campo de batalla, al mismo tiempo que mantendrá su reputación de primera ciudad en la costa del Pacífico, por sus hábitos de cultura y su firme y sereno patriotismo”, cuenta Pelayo.
Antofagasta
Cuando el Bulnes recaló en la ciudad, Chile disputaba la guerra con Perú en el mar. El control del Pacífico era fundamental para el transporte de las tropas y, para mediados de 1879, el monitor peruano Huáscar tenía entre las cuerdas a la Armada de Chile.
Como fue mencionado, este grupo fue destinado a los barracones de acopio frente al puerto. El investigador local y presidente de la agrupación histórica Los Viejos Estandartes, Rodrigo Castillo Cameron, cuenta cuál fueron sus primeras tareas.
“En junio de 1879 este batallón llega a la ciudad de Antofagasta para convertirse en algo así como la policía que custodiaría mientras se desarrollaba la guerra. La llegada se produce casi terminando el otoño y comenzando el invierno, por lo tanto se les entrega un sitio que estaba en aquella esquina, lugar que se usaba como bodegas de acopio de mercaderías, acomodan tablones y lo utilizan como campamento para capear las frías noches antofagastinas. Otros batallones utilizaban los patios traseros de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles, también se utilizaron algunos edificios que se encontraban en el centro de la ciudad tales como unos de los primeros teatros y el cuartel que había sido usado por la compañía de rifleros de la policía boliviana en calle Bolívar”.
Por su parte Pelayo dice que “normalmente en territorio en que se encontraba, ejercía las labores de policía, lo que no dejaba de lado que en las acciones de guerra participa activamente junto a las otras unidades en los campos de batalla”.
Marchando al frente de la batalla
Tras ser despedazado su comandante por un cañonazo, el Huáscar es capturado frente a las aguas de Mejillones el 8 de octubre. Con este hito, el alto mando chileno comienza la preparación de sus regimientos para iniciar el ataque terrestre al territorio enemigo.
Pese a su impecable desempeño como policías, el Bulnes también fue movilizado. Al tener sus integrantes algo más de experiencia con el uso de armas – por haber sido antes guardias civiles-, les tocó ser el “grupo de choque” de varias batallas, debutando en el primer desembarco anfibio de la guerra, la toma de Pisagua el 2 de noviembre de 1879.
Al respecto Mauricio Pelayo cuenta que “ya en territorio enemigo, se encuentra en las acciones de Pisagua, San Francisco (noviembre de 1879), Los Ángeles, Tacna, Arica (marzo, mayo y junio de 1880), Chorrillos y Miraflores (enero 1881), además de varias expediciones, haciéndolo ser una de las unidades presentes en más acciones de guerra”.
Para las cruentas jornadas de Chorrillos y Miraflores (13 15 de enero de 1881) el Bulnes tuvo la misión de despejar casa por casa a la resistencia peruana. Según consta en la página web del Museo de Carabineros “al mando de su Comandante, Teniente Coronel José Echeverría, se encontraba en la 2ª Brigada de Infantería de la 3a División, cuyo mando estaba a cargo del Coronel Pedro Lagos. Una vez que se logró la ruptura del frente se avanzó hacia el norte, combatiendo en los campos y haciendas ubicadas alrededor de Chorrillos. Aquí ingresaron los policiales del Batallón Bulnes, junto al Regimiento Santiago y parte del Batallón Valdivia. El Bulnes luchó por las calles desalojando a los enemigos hasta llegar a la estación de ferrocarriles, por donde se recibían los refuerzos enviados desde Lima, para apoyar a las tropas que aún quedaban. En este lugar se da la última etapa de la batalla y es expulsada la resistencia peruana, cerca de las 5 de la tarde”.
Finalmente, el investigador Mauricio Pelayo agrega que “a fines de mayo (de 1881) los servicios del Bulnes son requeridos en Santiago, volviendo a la patria y a sus labores policiales de siempre con el orgullo de haber cumplido su labor como siempre por el bien del país”.
El batallón es desmovilizado en 1883. Hoy, en el lugar donde se acantonó en Antofagasta se yergue un edificio-estacionamiento, el edificio Bulnes. El nombre no es una mera casualidad. Una anónima placa por calle Sucre, casi esquiva a la vista del peatón reza“Aquí tuvo su hogar el batallón de policía ‘Bulnes’, llegado a la ciudad en junio de 1879 para garantizar a todos sus habitantes la seguridad de vivir. En medio de la guerra fueron los soldados de la paz”.