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martes, 26 noviembre, 2024
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Columna de opinión

Cambio climático y salud: es hora de actuar

"El tiempo se acaba y es hora de tomar decisiones en beneficio de nuestras generaciones futuras": Francisco Rojas Vilches, académico Facultad de Medicina y Odontología UA

El cambio Climático es un desafío global con impactos significativos para todos los seres vivos. El clima está experimentando transformaciones negativas en diversos aspectos de la vida humana. Sus repercusiones incluyen la exposición de comunidades vulnerables a condiciones climáticas extremas, el aumento de eventos relacionados con desastres naturales y la propagación de enfermedades facilitada por esas alteraciones.

Representa una amenaza al acceso a los alimentos, al suministro de agua potable y a la disponibilidad de aire limpio, contribuyendo a la exacerbación de desigualdades territoriales, tanto a nivel global como local. En Chile, la Estrategia Nacional de Salud para los Objetivos Sanitarios al 2030 por parte de la autoridad sanitaria reconoce al Cambio Climático como un problema de salud pública.

En este contexto, existe un nuevo paradigma que aborda la problemática desde perspectivas ambientales, económicas y sociales bajo un concepto que integra salud y medio ambiente llamado «Una Salud» o «One Health». En concreto, es la interdependencia de tres componentes esenciales: Salud Humana, Salud Animal y Salud Ambiental.

Su relevancia se magnifica en el Antropoceno, un período histórico iniciado en la segunda mitad del siglo XX, marcado por un impacto humano sin precedentes en el ecosistema. Este enfoque cobra importancia como respuesta a las evidencias del cambio global.

Es particularmente crucial en la toma de decisiones en Salud Pública, que se reconozca que el ser humano no puede separarse de la naturaleza. Es un ente biológico en un sistema complejo y está intrínsecamente vinculado al entorno físico y biológico, conectándose con la naturaleza como un co-habitante, según destaca Ricardo Rossi ecólogo y académico de la Universidad de Magallanes.

Biodiversidad

El aire, el agua y los alimentos que consumimos son productos del planeta. La degradación de la biodiversidad y los ecosistemas está directamente relacionada con desafíos de salud global, que abarca desde enfermedades infecciosas hasta malnutrición y enfermedades no transmisibles, como el cáncer.

Aunque la biodiversidad no forme tradicionalmente parte del ámbito de la salud, es crucial que aquellos que somos parte de la disciplina de Salud Pública, particularmente desde las universidades, colaboremos con otros sectores, especialmente en la preservación y gestión sostenible de los recursos naturales, para asegurar que la salud humana sea una prioridad en las políticas medioambientales.

En Antofagasta tenemos un ejemplo claro y recurrente;  como por ejemplo, el problema de la quema descontrolada de basura en la periferia urbana que no solo constituye un riesgo ambiental, sino también un problema de salud para los habitantes.

En la misma medida, debemos reconocer el valor de los árboles y plantas en la ciudad. Es necesario aumentar el número y acceso a áreas verdes, fomentando especies autóctonas, resguardando el recurso hídrico y preservando su conservación dentro de las zonas urbanas.

Estas áreas no solo son cruciales para realizar actividades físicas, sino que también contribuyen positivamente a la salud mental al proporcionar un contacto directo con la naturaleza y ayudan a reducir los factores estresantes diarios, fenómeno que se evidenció tras las restricciones en los períodos de cuarentena durante la pandemia.

El tiempo se acaba y es hora de tomar decisiones en beneficio de nuestras generaciones futuras.

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