A tres años del estallido social, la mayoría de los parlamentarios de la región de Antofagasta coinciden en que ciertas demandas de la ciudadanía levantadas durante octubre de 2019 continúan vigentes. En esta línea, algunos de los representantes consideran que responder a estos malestares es el “gran desafío”, o incluso una “oportunidad” para el gobierno del Presidente Gabriel Boric.
La diputada Catalina Pérez (RD) recordó que “la revuelta social visibilizó la cruda realidad de nuestro país, y nos unió en torno a una lucha contra las injusticias y el abuso que viven las grandes mayoría”.
“A tres años del estallido y después de una pandemia el país no ha avanzado en cambios significativos que mejoren la forma en la que vive nuestra gente, por eso el malestar y el descontento siguen presentes y la democracia tiene el desafío de hacerse cargo de esas demandas legítimas. Chile debe cambiar y para eso es clave poner fin a las barreras de la actual Constitución y responder a las urgencias sociales y económicas para que todas y todos puedan vivir bien, partiendo de un piso de dignidad», enfatizó.
Además, sostuvo que “garantizar la seguridad y el orden público son prioridades para este Gobierno. Se han tomado medidas preventivas y se ha trabajado un plan en coordinación con los diversos actores para que quienes se quieran manifestar lo puedan hacer sin afectar los derechos de otras y otros vecinos y vecinas».
Mientras que, el diputado Sebastián Videla (IND-PL), dijo que “la ciudadanía aún espera cambios significativos en muchas áreas de nuestro país. Como diputado estoy acá para luchar por los cambios que necesita el norte y esperemos que pronto se vayan ejecutando”.
Agregó que “respecto a las manifestaciones que se desarrollan, no solamente en esta fecha, sino que también en otras, siempre soy partidario de que se realicen en el marco del respeto. Podemos tener diferencias, pero tenemos que avanzar en un país más justo, en un país que hoy quiere cambios significativos y profundos, que vayan en beneficio de la ciudadanía y no de unos pocos”.
Por su parte, el senador Pedro Araya Guerrero (IND) comentó que “en estos 3 años, creo que se ha avanzado en algunos aspectos, como por ejemplo, ir corrigiendo ciertas desigualdades que hay en nuestra sociedad, pero aún no hemos sido capaces de construir un modelo de pensiones que efectivamente entregue jubilaciones dignas para todos. Asimismo, sabemos que una de las grandes demandas era una nueva constitución. Lamentablemente, el proceso constitucional que se llevó a cabo no fue de los mejores y terminó con un categórico rechazo por parte de la ciudadanía”.
El legislador también cree que “muchas de las causas que dieron origen al estallido social aún se mantienen vigentes”, por lo que considera que un gran desafío para este gobierno es “avanzar en aquellas transformaciones sociales que los chilenos demandaron en las calles”.
En esta misma línea, la senadora Paulina Núñez (RN) aseguró que “el Presidente Boric tiene una tremenda oportunidad, siendo uno incluso de los que se movilizó con mucha fuerza en aquella oportunidad, que es poder responder a través de acuerdos, lo más transversales y mayoritarios posible, a estos dolores que tenemos en nuestro país”.
Lo que sí, para Núñez es cuestionable que a tres años del 18 de octubre de 2019 aún no se haya avanzado en una reforma previsional, un nuevo sistema de pensiones, un sistema que permita tener una mejor salud en nuestro país “y no solamente una buena para aquellos que puedan pagarla”; así como una mejor calidad en la educación, en que el Estado se concentre en “formar a niños, niñas y adolescentes y a todos aquellos que recurran a las aulas para estudiar y no en cuestiones más propias del adoctrinamiento”.
Más crítico fue el también parlamentario de RN, José Miguel Castro, quien dijo que “poco y nada se puede celebrar del día que se impuso el miedo y la violencia, donde las estaciones del metro ardían, días donde empezaron los saqueos. Esto hay que desagregar de las demandas sociales que fueron planteadas por la ciudadanía en gran medida en las marchas pacíficas; pero el 18 de octubre no hay nada que celebrar.
