Reconocemos el rol importante que tiene la televisión pública para nuestro país y nuestra democracia. En la sociedad chilena, Televisión Nacional de Chile cumple la finalidad no solo de informar, entretener, acompañar y muchas veces educar, además, es un elemento de conexión en nuestra extensa y diversa geografía.
TVN llegó al retorno de la democracia totalmente desfinanciado y con una credibilidad informativa por el suelo. Esto llevó a las autoridades del momento, a principios de los noventas, a establecer un modelo de negocio más parecido a su competencia, construido sobre la base de la venta de publicidad, y con una gobernanza que reflejaba el Chile binominalizado de ese entonces.
Pero más allá de la opinión que cada quien pueda tener sobre la pertinencia de esa estructura, lo que se ha podido constatar en las largas discusiones que se han realizado durante las últimas décadas en el Congreso sobre TVN, es que nuestra sociedad necesita un canal público que no dependa de los vaivenes del mercado para cumplir su misión. Incluso, esto quedó plasmado en un proceso de diálogos participativos realizado en el periodo del expresidente Piñera y que fue insumo para el proyecto que hoy se debate en la Cámara de Diputadas y Diputados.
La urgencia por salir a obtener recursos de la cada vez más escasa torta publicitaria, obliga a TVN priorizar una parrilla muy similar a los de sus pares privados, sin perjuicio de intentar cumplir su rol público. Hoy salvo la señal cultural-familiar, NTV, que cuenta con recursos públicos desde su creación, ningún otro producto como, por ejemplo, la señal internacional y los centros regionales, recibe apoyo financiero desde el Estado, que es su dueño. Esto es una anomalía y se aleja de la realidad de los demás medios públicos alrededor del mundo.
El desafío fundamental es cambiar la estructura de financiamiento y entregar más herramientas para que TVN pueda enfrentar los desafíos de la industria y la sociedad. Esto significa, también, reforzar y resguardar la Misión Pública del canal, que se manifiesta día a día, a través de sus centros regionales, su señal internacional, el archivo histórico y NTV. Para esto el financiamiento debe ser permanente y menos voluble a la política contingente, y en esa línea la idea de un fondo patrimonial o endowment es una buena señal, pues propone un fondo que se conformaría a partir de un aporte público inicial y sería administrado de manera independiente a TVN, con el objeto de dar un ingreso constante en el tiempo. Esto permitirá, por ejemplo, que los actuales centros regionales puedan contar con más recursos para su desempeño y para permitir mayor conectividad.
En tanto, la señal abierta y 24H mantienen las reglas de juego y continuarán manteniendo el sistema de financiamiento publicitario actual, y con contabilidad separadas.
El canal de todas y todos los chilenos ha realizado un esfuerzo enorme en conectividad. El año 2023 el equipo técnico digitalizó las 238 concesiones de TVN y además, permitió entregar señal a más de 119 localidades que se encontraban aisladas de la televisión abierta, entre ellas, Paposo, que está en nuestra región.
Nuestro Congreso Nacional puede cambiar y mejorar la situación actual de Televisión Nacional de Chile, y esperamos que nuestros parlamentarios apoyen esta propuesta. Estamos ante una gran oportunidad para dar pasos fundamentales en el fortalecimiento de la Televisión Pública. No debemos perderla.