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jueves, 31 octubre, 2024
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El último alcalde que ganó siendo militante fue Pedro Araya Ortiz

Cumplirán 20 años sin ganar la alcaldía de Antofagasta: expertos analizan el peso de los partidos políticos en elecciones unipersonales

El sistema electoral permite que las candidaturas independientes tengan oportunidades en los comicios de alcaldes y gobernadores, a diferencia de lo que ocurre con las listas parlamentarias, de cores y concejales. La comuna de Antofagasta tiene 292.250 personas habilitadas para votar, mientras que el partido con más militantes tiene solo 2.281 inscritos. Francis Espinoza explicó que que en teoría, las democracias representativas no se debieran sustentar fuera de los partidos. Sin embargo, dijo que en una “posdemocracia y pospolítica, los liderazgos individualistas constituyen una nueva versión de una democracia contemporánea”.

Los últimos cuatro alcaldes electos por votación popular en la comuna de Antofagasta registraron un solo elemento en común: llegaron al edificio de la avenida Séptimo de Línea presentando candidaturas independientes. El fallecido Daniel Adaro, Marcela Hernando, Karen Rojo y Jonathan Velásquez lograron victorias electorales sin militar en un partido político. Esta tendencia estará aprueba en los comicios del 2024, proceso que tanto en el oficialismo como en la oposición comienza incipientemente con las primeras conversaciones entre los partidos, que buscan la fórmula de candidaturas únicas para evitar la dispersión de votos. Sin embargo, analistas políticos advierten que el peso de éstos para inclinar una elección cada vez es menor y que en el contexto de las transformaciones sociales, los liderazgos individuales más allá de la militancia marcan las grandes diferencias.

Los especialistas cuestionaron la real influencia que pueden alcanzar los conglomerados al comparar las cifras de población y de quienes figuran en sus registros. El Instituto Nacional de Estadística estima que en la comuna de Antofagasta hay 361.873 habitantes, mientras que los datos del Servicio Electoral indican que el padrón comunal es de 292.250 habilitados para sufragar y en la última elección municipal votaron 105.231 personas. Al 30 de septiembre, la región de Antofagasta contaba con 16.225 militantes en algún partido político y el conglomerado con más inscritos es el Partido de la Gente (2.281). Al PDG le siguen del Partido Socialista (1.337), los radicales (1.148), la UDI (1.106), el Partido Comunista (1.036) y RN (1.380). Más atrás aparecen una serie de partidos que cuentan 900 o menos inscritos en sus filas.

¿Cuánto pesa realmente el apoyo que los partidos entregan a un candidato para ganar la municipal de Antofagasta? Francis Espinoza, doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, señaló que en teoría, las democracias representativas no se debieran sustentar fuera de los partidos. Sin embargo, explicó que en una “posdemocracia y pospolítica, los liderazgos individualistas constituyen una nueva versión de una democracia contemporánea. A esto se debe sumar que esta ciudad-región tiene tendencia a un voto más pragmático. Por ende, el voto como moneda de cambio sustenta liderazgos individualistas más allá de la política partidista”.

Tras los descensos sostenidos de participación electoral por voto voluntario, desde el plebiscito de salida de la propuesta constitucional que redactó la convención retornó el sufragio obligatorio. Este factor de momento es una incógnita para los comités electorales, ya que en la elección de consejeros se impuso el Partido Republicano y ese resultado circunstancial, no permitió analizar con claridad cómo se comporta la masa de votantes que se reincorpora al sistema.

Cómo incidirá este elemento en los partidos dependerá “del grado de lealtad política de militantes y simpatizantes. La lógica tradicional también apuntaría a un rol fundamental de los partidos políticos. Sin embargo, en un contexto de pospolítica, en el cual la deslegitimación de la política tradicional, la política partidista cada vez va perdiendo más peso. Nuevamente, en una ciudad con voto pragmático con una historia reciente de liderazgos individualistas, a menos que las partidos políticos se articulen muy bien prácticamente en candidaturas únicas, no jugarán necesariamente un rol significativo en las próximas elecciones”, analizó la académica de la UCN.

«Las cifras de militantes no pesan nada»

Sobre el rol de los conglomerados, el doctor en Ciencias Políticas, Cristian Zamorano, dijo que primero hay que ver un marco general y es que la democracia en Chile se apoya en el sistema de los partidos. Ese rol preponderante, añadió, aparece aún más en la elecciones por listas, ya que es muy difícil para un independiente resultar electo en el proceso para elegir parlamentarios, cores y concejales. Pero advirtió que eso no significa que sea un sinónimo de que los partidos son populares y eso queda manifiesto en las elecciones unipersonales, donde lo que garantiza un cupo es la maquinaria, el trabajo de terreno y de los militantes.

“En Antofagasta, el partido más con mayor militancia es el PDG, con cerca de tres mil personas, en un padrón electoral que en la comuna supera los 250 mil habilitados para sufragar. En la comparación de esas cifras los militantes no pesan nada y la pregunta para los partidos es por qué fuera del sistema diseñado para que tengan un rol preponderante, cuando se trata de una carrera en igualdad, pierden en Antofagasta, con Karen Rojo dos veces, anteriormente con Daniel Adaro y Jonathan Velásquez. Los partidos están en crisis en cuanto a su representatividad y se reflejó en el estallido social y que luego pudieran encausar a través del proceso constitucional es una acrobacia que lograron”, destacó.

En este sentido, Zamorano expuso que en la elección municipal los partidos son menos importantes, aunque sí necesarios desde el punto vista del financiamiento, porque las campañas también se ganan con dinero, aunque Jonathan Velásquez demostró lo contrario, porque ahora las redes sociales abarataron los costos. Sin embargo, agregó, cuando vemos una campaña como la senatorial de Paulina Núñez, con bingos y tortas, hay que tener dinero para ello y ahí los partidos sirven con su financiamiento y su gente para hacer territorio. “Aunque como una marca, lo que se hacía en el pasado cuando colocaban cualquier nombre y ganaban, ‘c’est fini’ (se acabó). Sin embargo, hay que subrayar algo, ser independiente no asegura una buena gestión”, puntualizó.

El voto obligatorio representa una incógnita, porque desde la óptica que aplican los partidos, ellos se observan como importantísimos, indicó el doctor. “Pero lo que no visualizan es que hay un gran cañón entre la influencia con la que se auto perciben y la llegada a ese pueblo que no votaba y que es más de la mitad del padrón electoral. En las elecciones parlamentarias esto no se nota, porque el sistema está diseñado para que los partidos sobrevivan, pero en los comicios para un plebiscito o una elección municipal, recrudece el desfase que existe entre la influencia que piensan tener y la realidad. Y es por eso que entra el populismo, las ideas reaccionarias, porque los partidos tradicionales perdieron el contacto con la masa. Creo que ser independiente hoy llega mucho más y el rol de los partidos es mínimo en un contexto de voto obligatorio y elección unipersonal”, enfatizó Zamorano.

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