Un viaje de 22 horas sin comer fue lo que rebalsó el vaso en las categorías inferiores de Club de Deportes Antofagasta Femenino. Tanto las futbolistas como los apoderados han sacado la voz y denunciado una serie de supuestas irregularidades en la institución puma que se arrastran desde 2022.
Fernanda Tapia Vallejo, jugadora de la Sub-19 de CDA, fue una de las primeras en hacer público el reclamo a través de sus redes sociales, donde da cuenta de una cadena de hechos que denotan precariedades, sobre todo respecto al reciente viaje a Coquimbo.
“Lo que consideramos que fue lo peor sucedió el pasado fin de semana. Viajamos el día viernes a las 23:30 horas a Coquimbo, nos dieron una colación y cena, luego en la mañana un desayuno alrededor de las 10:00 horas, jugamos a las 3 de la tarde y alrededor de las 6 de la tarde fuimos a comprar nuestros almuerzos al “Mc Donalds”. Estuvimos hasta las 8 aproximadamente esperando la comida y el profesor nos informa que no se le depositó lo correspondiente y que por eso no había almuerzo, y que, en Copiapó habría cena (…) Llegamos a Copiapó a las 00:30 horas aproximadamente, el bus paró alrededor de una hora y seguimos rumbo a Antofagasta. No se nos entregó cena porque CDA no lo había coordinado. Llegamos en la mañana a las 8:00 horas aproximadamente, sin comida por parte del CDA desde el desayuno del día anterior. MÁS DE 22 HORAS SIN COMIDA (sic)”, se desprende de su relato.
Primeros problemas
Pero hay más. Según plantea a nuestro medio Katherine Albanez, madre de una de las futbolistas, el primer problema de esta primera generación puma de Sub-16 y Sub-19 femenino tiene relación con unos rayones realizados por desconocidos en la cancha número 3 del Estadio Regional. “En ese momento la directora, Angie Vegas, tuvo un súper mal actuar con ellas porque empezó a revisar las mochilas de todas las jugadores sin autorización previa de ellas, siendo menores de edad, y les pidió a cada una mil pesos para comprar la pintura para la pared, sabiendo que hay niñas con situaciones económicas complejas y no tenían cómo volver a casa después”, cuenta.
Luego vino el conflicto entre Deportes Antofagasta y la municipalidad, episodio que también terminó con las series juveniles de la institución puma fuera del Coloso de Angamos. Al respecto, Albanez dice que empezaron a practicar en la cancha de Las Almejas, a pesar de que está inhabilitada, dado que “sus sueños siempre han sido ser futbolistas de primera categoría”.
Posteriormente comenzaron a entrenar en El Trocadero, desde las 18:00 hasta las 21:00 horas aproximadamente. “Hacer entrenamiento físico y táctico en una cancha de cemento dañó las rodillas de muchas niñas”, afirma la apoderada, agregando que “entrenaban entre olor a marihuana, cigarros y gente tomando. Incluso, en una ocasión, mientras estaban entrenando llegó la PDI y la Armada porque había un muerto; entonces han vivido cosas bien horribles”.
Falta de indumentaria y cuerpo médico
“De hecho, las niñas ni siquiera tienen ropa. Nosotros como apoderados tuvimos que mandarles a hacer un buzo. La indumentaria que tenían era de la adulta. Entonces los profesores tenían que levantarse a las 7 de la mañana y los equipos estaban húmedos, y las niñas tenían que jugar así, con equipos gigantes”, explica.
No obstante, acusa que Claudio Castillo, de Claus 7 (patrocinador del club), les habría señalado que de usar la indumentaria sin el logo de la empresa, las jóvenes deportistas serán expulsadas inmediatamente de la institución puma.
Por todo esto los apoderados trataron de publicar una carta, aunque según este mismo testimonio, se les habría advertido que en caso de que la misiva fuera firmada bajo el nombre de las categorías inferiores “las iban a sacar a todas”.
Otro de los problemas, menciona Albanez, es que ni las futbolistas ni los profesores tienen donde quedarse en las ciudades que juegan de visitantes. Es más, ha señalado que en un momento los entrenadores no estaban siendo pagado, pero que ayudaban en la formación “por amor al arte”.
De hecho, afirma, las divisiones inferiores femeninas no tienen cuerpo médico y viajan con el profesor, más una persona que les ayuda en la parte técnica. En caso de que se lesione una futbolista, dice, han recibido ayuda de los profesionales del equipo rival. “CDA nos ha dado cinco pelotas, nada más”, expresa.
Reuniones con el club
Por todo lo anterior el sábado pasado se coordinaron para conversar con los directivos en el Calvo y Bascuñán. “Llegamos y nos encontramos con la sorpresa que el director dejó entrar a cinco niñas y a un apoderado, lo encontramos súper injusto, que ellos no estaban en la condición de exigirnos a nosotros siendo que las habían dejado abandonadas tanto tiempo. Dijo que no se podía por aforo pero se negó a conversar al aire libre”, cierra.
Posterior al cierre de esta nota estaba programada una reunión en el estadio entre la directiva del club y algunas futbolistas, precisamente para tratar de resolver esta problemática que ha afectado a esta rama del fútbol formativo.