Calles transitadas, construcciones, estadios de fútbol, pubs y locales nocturnos son fuentes habituales de ruido en las grandes ciudades y, por eso mismo, focos de conflicto cuando comparten territorio con barrios residenciales.
Así ocurre en la ciudad de Antofagasta, donde los últimos meses se han conocido distintos registros de personas que denuncian fuentes de ruido intenso y constante en sus vecindarios, especialmente en el sector costero, las cuales impiden el adecuado descanso de las familias.
Pero, qué efectos tiene el ruido… Especialistas de la Universidad de Antofagasta explicaron que la exposición persistente a contaminación acústica puede tener consecuencias serias en la salud de las personas, tanto a nivel psicológico, como físico, las cuales empeoran si estas condiciones se prolongan en el tiempo.
La psicóloga Carolyn Saravia, académica de la Carrera de Psicología de la UA, explicó que estar expuestos a ruido constante provoca molestias, angustia, sensación de desagrado, irritabilidad, ansiedad, agresividad, pérdida de concentración, disminución de la efectividad en el trabajo, abulia y trastornos del sueño, todo lo cual inevitablemente llevará a un estado de alerta, ansiedad y estrés.
De igual manera, al estar afectados psicológicamente por los ruidos, veremos reducido nuestro bienestar y, por consiguiente, habrá deterioro de las relaciones sociales y el rendimiento cognitivo, a lo que se suma el riesgo de sufrir condiciones médicas y/o psicológicas como insomnio, depresiones, desórdenes psíquicos, obesidad, accidentes, etc., aclara la especialista.
Saravia añade que la falta de descanso asociada al ruido, o el ruido mismo, también puede agravar patologías mentales preexistentes o generar nuevas.
“Las patologías o trastornos mentales son de diferentes tipos, por ejemplo, están los trastornos del neurodesarrollo (trastorno espectro autista, trastorno por déficit atencional, entre otros), esquizofrenia, trastorno bipolar, trastornos depresivos, trastornos de ansiedad (ansiedad generalizada, crisis de pánico, fobias, trastorno de ansiedad social), trastornos obsesivos compulsivos, trastornos relacionados con traumas y factores de estrés, trastornos de síntomas somáticos, alimentarios, del sueño, de personalidad, y muchos más. Todos estos pueden aumentar en una persona al no tener descanso. Esto quiere decir que nuestro estado mental puede verse afectado por la falta de descanso o por ruidos, ya que estos últimos alterarán nuestro equilibrio emocional, psicológico y mental, aumentando los síntomas de la patología o incluso llevando a una persona a iniciar una”, subrayó.
Grupos de riesgo
Si bien todos podemos ser afectados psicológicamente por los ruidos, la académica de la Universidad de Antofagasta manifestó que los estudios muestran que los más pequeños y las personas de la tercera edad son más vulnerables a sufrir sus consecuencias.
Sin embargo, agregó que existe otro grupo que es aún más propenso a padecer malestar con los sonidos o ruidos. Se trata de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que a su vez presentan hiperacusia.
“El trastorno espectro autista (TEA) es una afección neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta a una persona en cómo se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende. Ahora, las personas TEA suelen tener hipersensibilidad auditiva. Por este motivo los ruidos les afectan más que a cualquier otra, y reaccionan desde la angustia, miedo, llantos, desesperación, huida, ansiedad o taparse los oídos”, señaló.
Fisiólogo
El doctor en Fisiología y académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Antofagasta, David Andrade, explicó que dentro de las principales consecuencias de los ruidos, están justamente los problemas para dormir, porque se altera el ritmo circadiano, que es el ciclo que regula la respuesta del organismo a los periodos de luz y oscuridad.
“Hay personas que son más susceptibles a los ruidos y se despiertan o tienen micro despertares que les impiden descansar bien durante la noche. Esto es mucho más prevalente en áreas altamente urbanizadas, así como también departamentos y casas que dan hacia avenidas muy grandes”, afirmó.
Respecto a sus consecuencias, Andrade señaló que durante el sueño, en la etapa REM, se produce la consolidación de la memoria, por lo que no tener suficiente descanso puede conducir a problemas de aprendizaje en los estudiantes.
Por otro lado, y lo que puede ser aún más grave, el especialista mencionó que la falta de descanso es un factor de riesgo para distintas patologías vasculares o metabólicas.
“Las personas necesitan un buen descanso para recuperarse y las personas que tienen estas patologías, ya descansan un poco mal, entonces sumar un factor de ruido, que haga que el descanso se altere aún más, puede provocar mayores problemas, por ejemplo, saltos de presión arterial, generando efectos cardiovasculares a largo plazo”, apuntó.
Andrade dijo que con el crecimiento de las ciudades, los problemas relacionados con el ruido irán en aumento, motivo por el cual sugirió invertir en soluciones como el uso de termopaneles que aíslen los hogares del exterior, sumando a ello una adecuada fiscalización al cumplimiento de las normas.