Este domingo 27 de mayo se vivió una nueva edición del Día del Patrimonio, instancia donde los ciudadanos pueden visitar lugares que se han convertido en ícono para Antofagasta.
Uno de ellos es el recinto de FCAB, donde la fiesta emovilizó a miles de antofagastinos que recorrieron las instalaciones tanto en Antofagasta y Calama, celebración que estuvo en el marco de los 130 años que cumple la compañía.
Los asistentes pudieron disfrutar de un gran circuito de cuatro horas lleno de colorido y ambientación, que evocaba tiempos pasados en la historia del ferrocarril y su estrecha relación con la ciudad.
Antofagasta
En Bolívar 255, corazón del casco histórico de Antofagasta, las puertas se abrieron para recibir la masiva afluencia de visitantes que llegaron atraídos por las diferentes actividades que iniciaron a las 10 de la mañana y en las que destacaron espectáculos de danza folclórica, bandas de bronce, itinerancia circense, montajes teatrales, shows infantiles. Igualmente concitó amplio interés la exhibición de piezas que han marcado la historia del ferrocarril en 130 años como aparatos de maniobras, muebles, enseres, planos originales y fotos que hacen parte del museo particular de la compañía.
A esto se sumaron visitas a la Locomotora a Vapor n°34 y Locomotora de línea en servicio actual; coche papal y coche dormitorio de pasajeros; recorridos guiados por el emblemático edificio declarado monumento nacional en 1981. También contempló el acceso a un domo interactivo con la maqueta de estaciones ferroviarias y el simulador de trenes; autos antiguos y carros del Cuerpo de Bomberos de la ciudad.
Finalmente, literatura con la presencia del destacado escritor Hernán Rivera Letelier, espacios para fotografiarse, retratos y caricaturas, para dibujar, pintacaritas y recorridos en el denominado tren infantil.
«Estamos felices de cumplir 130 siendo una empresa emblemática en la región, que transporta sueños, cultura y todo lo valioso del norte. Por primera vez abrimos tres de nuestros recintos patrimoniales para esta fecha como son Mejillones, Calama y Antofagasta, recibiendo numerosas muestras de afecto y gran concurrencia de los vecinos de las comunidades donde operamos. Además destacan los trabajadores voluntarios que dan vida a esta fiesta, la cual va más allá de mostrar equipos e instalaciones. Las personas dan testimonio de una organización que deja huella en la región”, indicó Mauricio Ortiz, gerente general de FCAB.
Recuerdo ferroviarios
Vivir el Día del Patrimonio en el Ferrocarril de Antofagasta es encontrarse con la historia e identidad de la ciudad y muchas anécdotas familiares, de trabajo y amigos.
Así lo resaltó Roberto Vargas quién llegó con su familia especialmente a visitar el Ferrocarril. “Es una instancia bonita y emotiva. Mi papá ha trabajado toda la vida en el ferrocarril y poder subirme a las locomotoras, caminar por este edificio, me trae grandes recuerdos de mi infancia que aprovecho de compartir con mi hijo”.
Mismo sentir de Orlando Parada, otro ciudadano a gusto con la celebración: “Me parece espectacular la oportunidad de conocer de cerca vagones, trenes y objetos que veíamos de lejos pero este ahora podemos disfrutarlo con los niños y que aprendan también parte importante del pasado de la ciudad”.
Cecilia Arce igualmente vibró con esta fiesta llena de alegría y sentido patrimonial. “Es una experiencia que vale la pena repetir, pensada en los niños y en los adultos con tantas actividades entretenidas y que aportan al mismo tiempo al conocimiento del patrimonio local”.
Calama
La Estación del Ferrocarril en Calama es una de las pocas construcciones originales de finales del siglo XIX que se conservan en el casco histórico de la capital loína. Quienes la visitaron pudieron comprender el inicio y desarrollo de la actual ciudad, ligada desde hace 130 años a la actividad ferroviaria.
Este lugar, ubicado en calle Matta esquina Atacama, fue parte infaltable del circuito organizado por la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, donde el público pudo disfrutar recorridos guiados por los propios hijos de ex ferroviarios, apreciar aparatos antiguos utilizados en la operación la empresa, visitar uno los coches reservados y el andén que funcionó hasta el 2014.
Las actividades estuvieron amenizadas por un grupo de ciudadanos vestidos a la usanza de 1900 y un entretenido show familiar.