El hecho ocurrió en el sector poniente de Calama y afectó a cuatro mujeres quedando dos de ellas con lesiones de gravedad. Todo sucedió cuando este grupo de mujeres se encontraban a las 10.30 horas de la mañana en las cercanías del Centro de Salud Familiar (Cesfam) Norponiente, momento en el cual aparecieron cerca de 20 canes atacando a una de ellas.
El resto de las mujeres comenzó a tirarle piedras con la intención de que los perros se alejaran del lugar y dejaran a la víctima tranquila. Sin embargo, estuvieron muy lejos de conseguir su propósito, ya que la situación en vez de calmarse, empeoraría en forma considerable, según consigna El Mercurio de Calama. Una a una habrían intentado hacer que los perros se alejaran de esa esquina y a medida que iban interviniendo, los perros las comenzaron a morder en distintas partes del cuerpo, el cuello y el rostro.
Las personas heridas recibieron atención de emergencia casi inmediata por parte del personal del consultorio pero todas presentaban lesiones de consideración que debían ser revisadas al menos por el equipo médico de urgencia del hospital Carlos Cisternas de Calama, para determinar su estado y gravedad. Al ser revisadas, los facultativos determinaron que dos de ellas presentaban lesiones de gravedad, pues una adolescente de 17 años fue atacada en el rostro, brazos y piernas, mientras que la otra víctima, de 32 años de edad, presentaba una compleja lesión en el cuello, que sólo por milagro no terminó alcanzando la arteria carótida. La menor de edad debió pasar a pabellón.
Otra de las afectadas tiene 67 años de edad y quedó también en observación, por la complejidad de sus lesiones, pero también debido a que sufre una diabetes que eventualmente podría sufrir dificultades en la cicatrización, a raíz de que los procesos infecciosos suelen atacar con cierta facilidad a las personas que padecen esta enfermedad.
La que resultó sólo con heridas menores en su cara, brazos y piernas fue una mujer de 27 años de edad, la que debido a su condición estable, fue dada de alta posterior a que fue revisada por los médicos de urgencia del hospital calameño.
Esta compleja situación pone nuevamente en entredicho la gran cantidad de perros vagos existentes en la comuna, los que de vez en cuando atacan. Sin embargo, lo acontecido ayer sólo podría compararse con aquella jauría que terminó con la vida de una guagua en la localidad de Sierra Gorda, acontecido hace cuatro años, específicamente el 18 de octubre de 2012.
Foto: Diario El América