El clima al interior del gobierno regional es de incomodidad. Y motivos tienen para aquello. Hoy son objeto de duras críticas por parte de diversas autoridades sumado a los ojos de la prensa quienes solo encuentran silencio al buscar alguna declaraciones por la suspensión de la PSU en 11 establecimientos de Antofagasta.
Un ejemplo de aquello es el Seremi de Educación Hugo Keith quien ha aparecido en algunos medios de comunicación local tratando temas como la segunda consulta ciudadana de discriminación y otras campañas de gobierno, pero ha estado totalmente ausente de la contingencia.
Entre quienes han criticado todo esto se encuentra la propia alcaldesa Karen Rojo quien calificó como «una vergüenza» la inacción del gobierno regional frente a los hechos que se han vivido en los recintos donde no se pudo realizar la PSU. Sin embargo, detrás del silencio los dardos apunta a alguien con nombre y apellido.
Lo que oculta el silencio
En la Intendencia saben que todo esto ha tenido un costo para la imagen del gobierno regional pero detrás del silencio existe un soterrado descontento con la representante del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (DEMRE) en Antofagasta, Auristela Fleming.
En los pasillos del gobierno regional reconocen -en privado- que les ha sido extremadamente difícil contactarse con ella cuando requerían de un balance desarrollo de la PSU en la zona, literalmente no les contestaba el teléfono.
Además, según comentan las mismas fuentes, la apuntan a ella como responsable de haber entregado un balance equivocado a nivel central respecto a lo que estaba ocurriendo en la región con las manifestaciones que marcaron la interrupción de la PSU el día lunes.
Esto se reflejó en que la última información oficial dada a la prensa al final de la primera jornada de PSU por parte del gobierno regional (quienes dejaron explícitamente claro que la fuente era el DEMRE) contemplaba que el día siguiente solo algunos colegios en Calama y Tocopilla suspenderían la prueba. Situación que en el gobierno regional sabían que era errada pues tenían claro que al menos en cuatro establecimientos de la comuna de Antofagasta tampoco estaban las condiciones para rendirla, y así ocurrió.
Hoy, ya con este episodio en pausa hasta nueva fecha de rendición, en la Intendencia siguen buscando la forma para controlar la agenda, situación que -al igual que el gobierno central- ha sido extremadamente complejo por el estallido social, y este episodio de la PSU terminó por hacerlos pagar todos los costos pese a que -también reclaman en privado- la organización de la prueba corresponde a la Universidad de Chile.