Diversos han sido los esfuerzos de los últimos gobiernos quienes desde el 2008 han impulsado diversas políticas de médicos especialistas y retención de profesionales en el sistema público con el fin de satisfacer una demanda que va en aumento. Frutos que hoy se ven reflejados pero no de forma pareja en todo Chile, siendo las regiones del norte las más desfavorecidas.
Según informa El Mercurio, se estima que las listas de espera en nuestro país acumularon a marzo de este año un total de 1,8 millones de consultas pendientes con un especialista. De ahí la necesidad urgente de incrementar aún más el personal médico en el servicio público.
De acuerdo al último informe de brechas de personal de salud elaborado por el Ministerio de salud, ya se observan que entre 2014 y 2018 aumentaron 35% los médicos generales y 25% los especialistas. Incremento que se ve reflejado en que a nivel nacional en hospitales y consultorios hoy existen 16 médicos (generales y especialistas) por cada 10 mil beneficiarios de Fonasa, más que los 13 que había hace cuatro años. Eso sí, esto todavía está lejos del promedio OCDE de 34 médicos por cada 10 mil habitantes.
El abandono del norte
Pese al evidente aumento en el número de médicos durante los últimos años, la forma en que estos están distribuidos a lo largo del país sigue siendo un problema, sobre todo en el norte. Por ejemplo, en la región de Antofagasta hay 7,36 médicos por cada 10 mil habitantes. Cifra que si bien es la más alta desde Coquimbo hasta Arica, sigue estando por debajo del sur de Chile.
Una de las peores relaciones del país se encuentra en la región de Atacama donde existen menos de cinco médicos (4,8) especialistas en la red pública por cada 10 mil habitantes. Compleja realidad que también se observa en Tarapacá donde los 185 profesionales se traducen en 5,25 por cada 10 mil habitantes.
El ranking lo lidera la Región Metropolitana que cuenta con 14,93 médicos por cada 10 mil habitantes, Magallanes con 13,88, Aysén con 10,7 y Valparaíso con 9,63.
