Encargado de la OIM: “La crisis de movilidad de los venezolanos es la segunda mayor en el mundo detrás de Siria”
Desde Colchane, Víctor Flores, coordinador de la Organización Internacional para las Migraciones para la macrozona norte, entregó detalles del flujo de personas que escapa de la situación alimentaria y económica de su país. “Si miramos los datos del Censo 2017, la cantidad de venezolanos no superaba los 90 mil, mientras que ahora las estimaciones del INE y el Ministerio del Interior indican que, a diciembre del 2020, llegamos a poco menos de 500 mil”, detalló.
Más de diez veces durante el último año ha viajado a Colchane Víctor Flores, quien es el coordinador de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para la macrozona norte del país. Parte de su trabajo es coordinar la tarea humanitaria de los equipos que también están desplegados en Arica, Iquique, Antofagasta y Coquimbo. Sin embargo, es en la comuna fronteriza donde se concentra uno de los puntos más críticos del flujo migratorio de venezolanos que diariamente ingresa a Chile. “El movimiento importante comenzó el 2015. Y para tener un contexto, la crisis de movilidad de los ciudadanos venezolanos es la segunda mayor en el mundo detrás de Siria”, explicó el exdirector del Hogar de Cristo en Antofagasta.
Flores sostuvo que distintos informes de la ONU han señalado la inseguridad alimentaria de Venezuela, las dificultades para el acceso a la salud y elementos de conflictividad social. Por ello, mientras este escenario se mantenga, seguirá generando una salida de venezolanos que tienen a Chile como el tercer país de destino en América Latina. En entrevista con Timeline.cl, el exseremi de Gobierno manifestó que casi un tercio de quienes están llegando al país son niños, niñas y adolescentes y que más del 60% que migra lo está realizando en grupos familiares.
En terreno, el encargado de la OIM dijo que pudieron conocer detalles de esta crisis, como que “el promedio de edad es de 30 años y un dato que estremece y que justifica la asistencia humanitaria que se está realizando, es que frente a la pregunta de cuántos días tenían para alimentarse con sus propios recursos, la respuesta del 60% fue que no tenían para el día siguiente”.
¿Cuándo comienzan a detectar que la situación de Venezuela era una crisis y cuáles son las cifras que manejan en el país?
El movimiento importante de venezolanos comenzó el 2015. Y para tener un contexto, la crisis de movilidad de los ciudadanos venezolanos es la segunda mayor en el mundo detrás de Siria. El 80% de los que abandonaron su país se distribuyeron en América Latina y el Caribe y la estimación es que ya son cerca de seis millones de personas. El primer país de destino es Colombia (dos millones), seguido de Perú (un millón y medio) y tercero Chile. Si miramos los datos del Censo 2017, la cantidad de venezolanos no superaba los 90 mil, mientras que ahora las estimaciones del INE y el Ministerio del Interior indican que, a diciembre del 2020, llegamos a poco menos de 500 mil.
Su principal lugar de destino, donde está más del 60%, es la Región Metropolitana. En el caso de Antofagasta, en el Censo del 2017 se registraron como residentes habituales menos de mil personas y los últimos sondeos oficiales ya se habla de unos diez mil.
Después de marzo del 2020, cuando se declara la pandemia y existiendo esta crisis de movilidad humana, los países cerraron sus fronteras y se sienten las consecuencias económicas del covid, lo que sin duda afectó más a Venezuela que atraviesa una situación compleja y también a los países donde habían llegado recientemente. A pesar del cierre de fronteras, siguen movilizándose y el primer semestre del 2020 aumentaron los ingresos por pasos no habilitados por Arica, mientras que el segundo semestre, hasta hoy, eso se trasladó a Tarapacá y particularmente Colchane. La estimación es que el 30% de quienes ingresan son niños, niñas y adolescentes.
Transporte o alimentación
¿Cuáles son los factores que permiten dimensionar la crisis de este flujo migratorio?
Con un instrumento de la OIM que monitorea los flujos, aplicamos una encuesta en marzo en Tarapacá en el circuito que hacen las personas que ingresan por pasos no habilitados. Consultamos a venezolanos en Colchane, Huara, Pozo Almonte e Iquique: más del 60% migra en grupos familiares, de esa cifra, la mitad lo hace con menores y no en todos los casos son sus hijos, pueden ser nietos o sobrinos que vienen a reunificarse. El promedio de edad es de 30 años y un dato que estremece y que justifica la asistencia humanitaria que se está realizando, es que frente a la pregunta de cuántos días tenían para alimentarse con sus propios recursos, la respuesta del 60% fue que no tenían para el día siguiente.
Nos declaran que el costo promedio desde el lugar de origen, ya sea Venezuela u otro país a Chile, es de 1.400 dólares, poco más de un millón de pesos. Y lo que sucede es que en algún momento tienen que decidir, o gastan para llegar a su destino y caen en manos de transportistas inescrupulosos que abultan los pasajes al ser informales, o se alimentan. Las personas que ingresan están en condiciones vulnerables y eso amerita la entrega de asistencia alimentaria como la que hacemos en Colchane. Todos los días disponemos de cien raciones de almuerzo, una vez que pasan por el procedimiento policial y antes que los trasladen a la estadía sanitaria en Iquique. Además entregamos información, lo que es clave, porque a veces quienes quieren lucrar informan una realidad que no es.
¿Qué tipo de información?
– Por ejemplo, que la distancia entre Colchane e Iquique es poca. También los cobros, porque les dicen que los dejarán en Iquique y lo hacen incluso antes de llegar a Huara, pero deben pagar 40 o 50 mil pesos por persona. El que quiere hacer estos negocios no informará que, si se denuncian o son parte del procedimiento policial, serán llevados a estadías sanitarias donde tendrán alimentación y obtendrán un certificado del cumplimiento de la cuarentena y podrán pagar un pasaje en transporte formal con los precios que corresponden.
Según los relatos que escuchan, ¿qué es lo más complejo que atraviesan para llegar a Chile?
Preguntamos sobre las dificultades del trayecto y son de distinta naturaleza. El primer conjunto tiene que ver con lo que buscamos suplir con la asistencia humanitaria, falta de alimentación, de lugares para dormir y transporte. En el segundo grupo lo más relevante es la falta de información oficial y no de partes interesadas que quieren lucrar. Y en el tercer conjunto, pero en otros países y no en Chile, que tiene una valoración positiva en este sentido, es el abuso por parte de la autoridad que les toca enfrentar.
Autoridad de la región
¿Cómo ha sido la reacción de las autoridades estatales, es acorde a lo que sucede con la crisis?
Este flujo es una situación inédita en la historia contemporánea de América Latina, hablamos de la segunda mayor crisis de movilidad en el mundo. Y esto es más complejo en contexto de covid, lo que ha puesto a prueba las capacidades institucionales del Estado y también de la sociedad civil. Para apoyar la respuesta en un escenario inédito surge el plan que ejecutamos en Chile con Acnur, Unicef y autoridades locales. En el caso de Tarapacá, que es el foco de tránsito, fuimos bien recibidos por las autoridades regionales, provinciales y locales, para contribuir en la respuesta que ellos estaban dando, ya que en algunos casos incluso tienen limitaciones legales y ahí nosotros ponemos recursos. En Tarapacá no solo entregamos asistencia humanitaria, con Carabineros que ha cumplido un rol clave, también proveemos alojamientos temporales y eso lo hemos concretado en coordinación con las autoridades, un trabajo que seguimos desarrollando con la Delegación Presidencial de esa región. También tenemos una buena recepción con las autoridades de Antofagasta, en reuniones con el equipo del delegado y del gobernador, informamos las acciones de asistencia humanitaria que podemos ejecutar para complementar lo que ellos hacen. Eso es lo que estamos haciendo en el terminal de buses desde hace dos semanas, donde entregamos 250 raciones diarias que se suman a la solidaridad de ollas comunes y personas naturales.
Sobre la recepción de la comunidad con este movimiento de personas, ¿ha visto más aceptación que rechazo?
El plan que ejecutamos contempla acciones de concientización para evitar discriminaciones realizando difusión, capacitaciones y charlas. Es complejo porque la situación migratoria es distinta, con las circunstancias ya mencionadas, pero lo que se observa en general es una respuesta solidaria. Nos ha tocado ver a personas organizadas y otros de manera individual, que acuden a proveer asistencia humanitaria. En algunos casos también hemos visto rechazo, el que muchas veces se funda en una preocupación y hay que empatizar con eso, pero entregando datos concretos que permitan a esas personas ir más allá de una idea preconcebida y así avanzar en una comprensión del flujo migratorio. Este esfuerzo tiene que ser en conjunto para que una situación que pudiera generar tensiones disminuya
¿Puede hacerse más por los migrantes que están de paso por Antofagasta o la situación ya está cubierta por las autoridades?
Valoramos la preocupación del municipio, de la Delegación Presidencial y la Gobernación Regional para fortalecer la respuesta sanitaria. Es interesante la aprobación de recursos del FNDR para iniciativas presentadas por la Delegación y propuestas del gobernador para robustecer esa respuesta. Creemos que hay espacios de oportunidad para seguir mejorando lo sanitario, como alojamientos temporales para que no estén en la calle esperando el resultado de los exámenes. En el transporte y la reunificación familiar también se puede avanzar, aunque ya se están dando pasos en esto y ayer (martes) hubo una actividad en el terminal de buses para complementar la respuesta sanitaria.
¿Qué proyección hay para este flujo desde Venezuela?
En contexto de covid, con mayor o menor volumen se han mantenido los ingresos por pasos no habilitados de venezolanos, aunque no son los únicos, pero es el grupo más importante. También observamos que hay momentos que sube, luego se estabiliza o baja, como fue el año pasado, cuando 400 venezolanos estuvieron en Huara. Las cifras oficiales muestran que tenemos un aumento de los ingresos en agosto y la primera quincena de septiembre si se compara a los meses anteriores. Es difícil señalar cuándo habrá un incremento por pasos no habilitados, ya que pueden incidir medidas que se tomen en otros países o un agravamiento de las condiciones en el país de origen. Lo que sí podemos señalar, es que todo indica que esto continuará independiente del volumen, porque la causa basal sigue existiendo. Distintos informes de la ONU han señalado la inseguridad alimentaria, el acceso a la salud en Venezuela y elementos de conflictividad social. Mientras eso se mantenga, seguirá generando la salida de personas.