Con el mejoramiento de los indicadores sanitarios y el rápido avance de la campaña de vacunación, cada vez son más los estudiantes de colegios, escuelas y liceos que están regresando a las aulas luego de un año y medio de clases online, lo que si bien es un avance anhelado por muchos expertos y comunidades educativas, puede originar ciertos “desajustes” en los niños y niñas, sobre todo en los más pequeños.
El Psicólogo y académico de la Universidad de Antofagasta, Dr. Milenko Del Valle, explica que los más expuestos son los niños y niñas que por primera vez se enfrentan a este sistema presencial, por ejemplo, aquellos que hoy están cursando primero y segundo básico y que iniciaron su proceso formativo en la seguridad de sus hogares.
“En este grupo se podrían ver efectos psicológicos, emocionales y conductuales, por ejemplo ansiedad escolar, temor a lo desconocido, inquietud y, probablemente, inseguridad, asociados a dejar un lugar conocido y de confort, como es la casa, para enfrentarse a un espacio educativo presencial con compañeros y compañeras”, señala el especialista.
Pero pese a que podría tratarse de un proceso al inicio complejo, Del Valle añade que afortunadamente el propio sistema educacional se puede encargar de disminuir este tipo de problemas, entendiendo que la interacción y el contacto con otros siempre es positiva, ya que puede generar redes de apoyo y protección, tanto emocionales como psicológicas.
Para el especialista, la experiencia de la presencialidad entonces hay que tomarla como una oportunidad para que niños y niñas vayan construyendo hábitos saludables para su desarrollo emocional e intelectual, aunque advierte que, para lograr ese efecto, el sistema educacional, colegios, jardines, liceos, deben estar preparados y coordinados de manera oportuna con las familias.
“Se requiere el apoyo permanente de parte de la familia y del colegio para que sean factores de protección, a través, por ejemplo, de una buena comunicación intrafamiliar y escolar, poner atención a los cambios conductuales y emocionales del niño, escucha activa y empática por parte de los padres y profesores y profesoras. Pero sobre todo, y como principio básico, se deben tener las condiciones sanitarias y cuidar la salud mental de los niños para un retorno progresivo y seguro a la presencialidad”, precisa.
Socialización
El Psicólogo plantea sin embargo una preocupación… La escuela es un espacio de socialización natural para los niños, pero debido a la pandemia muchos estudiantes iniciarán este proceso en forma tardía. ¿Cómo influirá eso en los menores?
“Yo creo que este es un fenómeno que podría traer una serie de consecuencias a mediano y largo plazo, todas aún por investigar. No obstante, hoy podemos asumir que variables relacionadas con la empatía, las emociones, las relaciones interpersonales, contacto físico y social, entre otras, se pueden ver afectadas, más aún en niños y niñas que se encuentran en pleno en proceso de desarrollo”, responde el especialista.
Al respecto, Del Valle plantea que se hace necesario incrementar los equipos multidisciplinarios en los centros educativos, con profesionales especialistas en el área de la psicología educacional y la psicopedagogía, para que atender a las distintas necesidades psicológicas, emocionales, conductuales y educativas de los niños y niñas. “Es un desafío que tenemos que asumir desde las distintas instituciones y áreas del conocimiento”, precisa.
Según un catastro del Ministerio de Educación, desde que se inició el segundo semestre escolar, la apertura de establecimientos a lo largo del país ha ido en aumento, llegando actualmente a más de 11.500 recintos educativos, de los cuales 6.949 son colegios, lo que equivale al 74% a nivel nacional.
El informe, actualizado a la tercera semana de agosto, indica que en la Región de Antofagasta, el 57% de los establecimientos ya tiene clases presenciales.
