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jueves, 31 octubre, 2024
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Esperanzas de un relato

"Comenzará un nuevo período, que abrirá la puerta a la renovación de una elite que en los últimos años, fue ciega con las demandas ciudadanas y desconectada de las sensibilidades contemporáneas de la nueva sociedad que se formó en Chile", Matías Díaz, magíster en Ciencias Políticas

El próximo viernes 11 de marzo, en el salón de honor del congreso nacional, en la región de Valparaíso, se efectuará un nuevo cambio de mando, uno de los actos republicanos más importantes de nuestro país y en la misma fecha utilizada desde 1990 tras la vuelta a la democracia con Patricio Aylwin, siendo Gabriel Boric, el sexto presidente desde la restauración del sistema político vigente.

El nuevo mandatario será el gobernante más joven en la historia democrática de Chile, después de que el pasado 19 de diciembre del 2021, obtuviera el  57%  de las preferencias en el balotaje, en un día  marcado por la alta participación, llegando al 55% del padrón electoral.

Con este hecho comienza a cerrarse el fin de un ciclo político, un hito que viene a marcar el ocaso final de la llamada transición, período compuesto por las tres últimas décadas, en donde una generación completa, tanto de izquierda como de derecha, se ha turnado en el poder, gobernado con las reglas impuestas por la constitución de 80.

Así, la ciudadanía coexistió entre instituciones heredas de la dictadura y las que se iban creando durante los gobiernos de la Concertación, las cuales se consagraron en la reforma constitucional de Ricardo Lagos en el 2000.

Esto dio paso a una incipiente sociedad, que a principios de los noventas se fue insertando en un mundo globalizado, en un Chile que firmó múltiples tratados de libre comercio con distintos países del mundo, buscando el progreso basado en la bancarización y las tarjetas de crédito, sosteniéndose en el consumo y la deuda. Por ello,  fueron adquiriendo su primer auto, su primera casa o enviando a su primer hijo a la universidad con préstamos que condicionarían su desarrollo diario.

Al mismo tiempo, nace la generación actual, la misma a la que pertenece Boric, menores de 35 años que salieron a votar masivamente en las últimas elecciones. Un segmento etario que creció con una alta tasa de escolaridad, desarrollo tecnológico, conectividad de internet y manejo de redes sociales.

Fueron testigos de la caída de las torres gemelas, la primavera árabe, el movimiento de los indignados, la crisis climática, las manifestaciones feministas y  a nivel local, protagonizaron las movilizaciones estudiantiles, tanto a nivel secundario como universitario. Tal vez, es aquí donde se podría encontrar el Ethos de la construcción ideológica del fin del ciclo político actual.

Lo anterior, ya que mientras crecían observaban como sus padres se endeudaban para lograr el sueño de la casa propia, veían a sus abuelos jubilar con pensiones indignas después de toda una vida de trabajo y contribución a la sociedad, tener un familiar padecer enfermedades imposibles de financiar debido a los altos costos de los medicamentos o tratamientos, tampoco  poder recibir desde la red de salud pública la misma calidad de servicio que en las clínicas privadas o en el mismo caso de ellos, optar a un crédito con aval del estado para poder obtener un título universitario que posteriormente, no garantizaba una inserción laboral de la carrera invertida.

Desde ahí se empieza a construir un relato irónico con el slogan que le dio la victoria al NO en el plebiscito del 88 y que logró el retorno de la democracia… la alegría nunca llegó. El crecimiento de la indignación por ese malestar social produjo que el 18 de octubre, hace más de 2 años, se desencadenara un estallido social que se sintió y produjo movilizaciones a lo largo de todo el país.

Esto ocurre justo en un momento de deslegitimación de nuestras instituciones políticas, espirituales y militares, además de la clase empresarial, una elite totalmente desconectada de la sociedad que arrastraba una serie de casos de corrupción e influencia de poder, como CAVAL, PENTA, SOQUIMIC o la colusión del confort.

Así, se cultivaron las condiciones de insatisfacción en una sociedad más informada y crítica, que condena cualquier forma de autoritarismo o de abuso de poder, que no iba a permitir seguir aguantando los niveles de desigualdad existentes, exigiendo como valor máximo social, la dignidad de todas y todos.

Este proceso dio paso a la convención constituyente, organismo que creará la nueva estructura institucional y reglas del juego para el nuevo ciclo político que se avecina. El próximo 11 de marzo, comenzara una nueva etapa con Gabriel Boric al frente, un joven de Convergencia Social, partido del Frente Amplio que actualmente, es la única coalición nacida en democracia y fuera de la lógica del antiguo binominal, cláusula de estabilidad política del periodo que termina.

Además, darán fin al segundo gobierno de derecha y el último de la transición política. Comenzará un nuevo período, que abrirá la puerta a la renovación de una elite que en los últimos años, fue ciega con las demandas ciudadanas y desconectada de las sensibilidades contemporáneas de la nueva sociedad que se formó en Chile.

Pero como todo cierre de una etapa en la vida, nunca es fácil y todavía hay un tramo que debe ser recorrido, el plebiscito de salida. El que de una vez por todas empezará a dar el cierre definitivo con la redacción de la nueva constitución. El desafío más importante para la nueva administración, el que terminará con el sistema neoliberal y dará paso a un estado de bienestar, la famosa social democracia.

El comienzo de una nueva era esta por comenzar, por esta razón cada paso es importante, y el mandatario electo lo sabe. Entiende que la nueva sociedad que creció y se desarrollo en el tiempo de la transición esta lista, es su turno de injerir en la toma de decisión del país. Que las mujeres serán protagonistas de aquí en adelante, será el primer gobierno feminista  y los símbolos  son importantes. El primero, un gabinete totalmente paritario y en nuestra región,  que esta mayoritariamente compuesta por hombres cuyo principal sector productivo esta altamente masculinizado, se eligió para el cargo de delegada presidencial a Karen Behrens. Son este tipo de señales las que dan esperanza que los paradigmas que estábamos acostumbrados están llegando a su fin .

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