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Enfermedades cardiovasculares o respiratorias e incluso cáncer al pulmón podrían estar causando en los habitantes de las comunas donde están instaladas las fuentes de emisión industrial, como las termoeléctricas, así se desprende de un estudio presentado por el doctor Pablo Ruíz académico del Instituto de Salud Poblacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
El investigador expuso este trabajo en la Universidad de Antofagasta invitado por el Doctorado en Ciencias, mención Sistemas Marinos Costeros y el Centro de Biotecnología y Bioingeniería. El estudio presentado fue publicado este año y abarcó comparaciones y mediciones de 4 grandes fuentes de emisión presentes en Chile, como son las termoeléctricas, fundiciones de cobre, faenas mineras y fábricas de papeles y celulosas.
Este estudio epidemiológico utilizó datos secundarios, es decir, aquellos que son de dominio público para comparar la incidencia de algunas enfermedades en comunas donde están presentes estas fuentes de emisión y aquellas en donde no están.
“Determinamos que en todas las comunas que tienen en su territorio plantas termoeléctricas que ocupan carbón o petróleo en su proceso o alguna fundición de cobre, presentan tasas más altas de mortalidad y hospitalizaciones, llegando el indicador incluso a ser de un 20 u 30% más que en las otras localidades”, explicó el investigador.
Antofagasta
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Si bien se trata de un estudio de carácter nacional, el doctor Pablo Ruíz Rudolph sostiene que existe una relación entre el nivel de producción y el aumento de las enfermedades señaladas. “Detectamos que cuanto más elevada es la generación, por ejemplo, de electricidad, más es la incidencia de problemas de salud en la población, y eso nos preocupa pues sabemos la gran capacidad instalada que existe en la Región de Antofagasta”.
Se debe precisar que los resultados de este trabajo son de dominio púbico, y que junto con difundirlos en los medios de comunicación, los investigadores pusieron las conclusiones a disposición de las autoridades. El estudio fue financiado por el FONIS (Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud) con 30 millones de pesos y utilizó datos secundarios, es decir, ya existentes, los investigadores no tuvieron que levantar esa información nuevamente.
“Esperamos que con la difusión de estos resultados, se abra la discusión ciudadana sobre este tema tan importante, por ejemplo, sobre las normas de protección ambiental o la matriz energética que debería tener ya definida el país”, concluyó el investigador de la Universidad de Chile.
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