Existe un compromiso “total y absoluto” por parte de la UDI para que el país tenga una nueva Constitución, asegura Pablo Toloza. El gremialista fue el único representante de derecha en Antofagasta que integró la Convención Constituyente y realizó una fuerte crítica a sus pares de la región, cuestionando que fueron una mayoría en el proceso y por eso eran los llamados a generar una Constitución que uniera al país, “pero crearon exactamente lo contrario”.
Sobre la propuesta constitucional votada hace una semana, expuso que se trató de un experimento al que no estaba dispuesto la ciudadanía, que con un 80% en el plebiscito de entrada, estableció que quería una nueva Constitución. “Y no se va a modificar la que tenemos, se realizará una nueva que pueda recoger lo bueno de la actual, que recoja la propuesta de la presidenta Bachelet y aquellas cosas positivas de la convención”, manifestó.
El exintendente de Antofagasta es parte de la comisión del consejo general de la UDI y junto a otros exconvencionales, están ayudando a la bancada de senadores y diputados con su experiencia sobre el proceso constituyentes y apuntando los errores que no deben repetirse. “Por ejemplo, el derecho a la vivienda es positivo reconocerlo, pero si a ese artículo le agregabas ‘vivienda digna, preferentemente propia’, cambiaba su sentido”, dijo al ser consultado respecto de cuáles aspectos deberían mantenerse para la próxima propuesta constitucional.
- ¿La derecha cumplirá con todo lo que había prometido en caso de que ganara el rechazo, por el ejemplo con el compromiso de reformas que el país necesita en salud o el sistema previsional?
Es un compromiso realizado durante la campaña y también durante el proceso constituyente y lo vamos a cumplir. Prueba de ello y al menos puedo hablar sobre mi partido, es que el lunes después del plebiscito, tanto Javier Macaya como María José Hoffmann concurrieron a La Moneda a la reunión con el presidente Boric. Luego estuvieron sentados en la mesa y hay un acuerdo de avanzar en aquellas reformas que la ciudadanía esperaba, como en salud, pensiones o educación. En eso hay un compromiso total y absoluto por parte de la UDI.
- ¿Cree en el Estado social democrático que planteó la propuesta de la convención? Durante décadas un sector de la derecha apoyó sin ningún cuestionamiento el Estado subsidiario.
Ambas cosas no son incompatibles. Uno de los problemas de esta convención fue poner en dicotomía uno y otro. Por lo menos, yo, creo en un Estado social democrático, pero también que la sociedad civil, las organizaciones intermedias, tienen que participar en la provisión de estos bienes sociales. Una de las cosas que se manifestó con el resultado del plebiscito es que la gente quiere libertad, quiere elegir la educación de sus hijos, elegir los sistemas previsionales, de salud y es obvio que cuando un grupo de chilenos no tiene acceso a ellos, el Estado tiene que actuar. Lo que se necesitaba era fortalecer esos servicios sociales por parte del Estado, pero dejar la libertad de que las personas eligieran. Más del 50% de la matrícula de los alumnos está en colegios subvencionados. Qué le costaba a la convención no solo señalar que el Estado invertirá en educación pública, pero que también tiene una obligación con las personas que libremente eligen el colegio para sus hijos. Esta convención que puso en una dicotomía solo Estado también es producto del resultado de la elección.
- ¿Qué cosas considera que deberían mantenerse del actual modelo?
Más que mantener hay que establecer ciertos elementos que se incorporaron en el texto constitucional y que a la ciudadanía le hacen sentido. Desde el punto de vista, diría filosófico, que no le hizo sentido a la ciudadanía, es que el artículo primero de la actual Constitución establece que las personas nacemos libres e iguales en dignidad de derechos, que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, que el Estado reconoce a los grupos intermedios. La propuesta constitucional en su artículo primero decía que Chile es un Estado social y democrático de derechos y, después, una serie de características, como plurinacional. A la persona recién se le reconoce en su artículo cuarto, la familia aparece en el diez y ni siquiera como el núcleo fundamental de la sociedad y los grupos intermedios no aparecen.
Si hubiesen puesto un artículo primero con “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, que en un inciso segundo reconozca todo tipo de familias como el núcleo fundamental de la sociedad y en el inciso tercer podías establecer que Chile es un Estado social y democrático de derechos y en el cuarto reconocer la importancia de los grupos intermedios. Ese artículo recoge la filosofía, reconoce la estructura de nuestra sociedad y acá quisieron cambiar al paradigma de nuestra sociedad, lo que en cierta forma la ciudadanía rechazó.
Lo que debemos mantener sí o sí es la libertad de las personas de escoger. También hay una serie de normas que deben ser perfeccionadas, a la ciudadanía no le hizo sentido tener dos justicias. Sí se avanzó en la creación de un consejo de justicia, pero tenía que conformarse de una forma distinta, con el Poder Judicial, con decanos de facultades de Derecho y al ser un tema técnico qué tenían que ver ahí los escaños reservados.
Estos son experimentos a los que no estaba dispuesta la ciudadanía, que con un 80% estableció que quería una nueva Constitución, y no se va a modificar la que tenemos, se realizará una nueva que pueda recoger lo bueno de la actual, que recoja la propuesta de la presidenta Bachelet y aquellas cosas positivas del documento de la convención. Por ejemplo, el derecho a la vivienda es positivo reconocerlo, pero si a ese artículo le agregabas “vivienda digna, preferentemente propia”, cambiaba su sentido. Porque en ninguna marcha hemos visto carteles pidiendo una casa arrendada, la gente busca el sueño de la vivienda propia y en ese sentido se equivocó la convención y el presidente Boric, cuando habló del cambio de paradigma de la vivienda.
Próximo proceso
- ¿La próxima convención debe partir de una hoja en blanco o requiere algunos límites?
Tenemos que aprender de la experiencia, no podemos tropezar con la misma piedra y creo que necesitará algunos límites. La hoja en blanco no es partir desde cero y eso no lo entendió la convención, significa que podías escribir, pero había marcos institucionales que quisieron eliminar. Mantendría que Chile es una República y eso está claro, es un país un país unitario que cree en la división de poderes, en la independencia del Poder Judicial. Estos son principios que están en la actual Constitución y deben seguir.
- Conociendo todo lo que ha pasado en los últimos años, ¿fue un error de la derecha en su momento no apoyar el proceso constitucional de Bachelet?
No se puede juzgar a la luz del presente hechos del pasado. En esa época estábamos en una situación totalmente distinta y, por lo tanto, pensar que pudo ser un error o no, es injusto con las personas que estuvieron en su momento y que tomaron esa decisión. No podemos juzgar la historia con una visión actual.
- ¿Los resultados del plebiscito podrían traducirse en un nuevo aire para su partido, que en la región solo tiene un cargo de elección popular?
Más que una preocupación de mi partido hay que analizar qué ocurrió en el plebiscito, algo multifactorial, el 60% refleja tres cosas. Primero, el hecho de cómo se desarrolló la convención, con una serie de cosas que minaron profundamente la visión que tenía la ciudadanía de ella. El tema de Rojas Vade, una persona que mintió con una enfermedad, declaraciones inaceptables de convencionales, personas que votaron en la ducha, quienes se pasearon con corpóreos, son cosas que no le hicieron sentido a nadie. Y esto no fue responsabilidad nuestra, sino de quienes creyeron que tenían carta abierta para hacer lo que quisieran y tiene que existir un mea culpa importante de los constituyentes. Cuál es el mea culpa de los constituyentes de Antofagasta, ¿creen tener alguna responsabilidad? Ellos tenían la mayoría y eran los llamados a generar una Constitución que uniera al país, pero crearon exactamente lo contrario.
Un segundo factor fue el contenido, la gente entiende que somos un solo país y con una justicia única. Qué costaba colocar en el artículo de la vivienda “preferentemente propia”, qué costaba en seguridad social añadir que los fondos son inembargables, dar certeza jurídica a la ciudadanía. Y, en tercer lugar, el plebiscito también fue para el presidente Boric y está claro que el gobierno no lo ha hecho bien, ya que se transformaron en jefes de campaña. Los seremis en lugar de hacer su trabajo estaban desplegados por la región entregando constituciones. Lo que tenían que hacer era informar, sobre la obligación de votar, del cambio de locales, pero solo hablaban bondades del proceso constituyente y dejaron de gobernar, lo que les pasó la cuenta.
En la primera pregunta sobre si cumpliríamos nuestra palabra inmediatamente dije que sí, como partido lo haremos y eso hará que cambie el escenario político, que la ciudadanía vuelva a creer en los políticos, en la UDI, y para eso tenemos que ser un partido confiable, que sepa que necesitamos que el país tiene que desarrollarse en forma sostenida y sostenible. Tenemos que mirar hacia el futuro sin claudicar en nuestros principios y si logramos sintonizar con los cambios es obvio que llegarán los resultados electorales.
- ¿Si los plazos o las reglas lo permiten postularía nuevamente a una convención?
Primero debemos ver a qué acuerdo se llega. Luego, se trata de una decisión que no es solo individual, es también del partido y de la ciudadanía. En este sentido, hay que analizar lo que ocurre en el día a día y por lo que siento en la calle, la gente me expresa que, al parecer, el trabajo fue bien realizado. Me habría gustado que el domingo cuatro de septiembre hubiésemos aprobado el proyecto constitucional con un 80% o 90% de los votos, porque significaba que habríamos logrado recoger, en un texto, las miradas de todos los sectores. Más que candidaturas próximas, lo importante y en eso trabajamos con la UDI, es buscar la mejor alternativa para un nuevo proceso. Lo dije el día de mi discurso final, que el lunes 5, si ganaba el rechazo, sería el primero en exigir a mi sector que tuviéramos una nueva y mejor Constitución, que nos una, que nos dé certeza jurídica con un desarrollo sostenible. Bajo esas premisas estamos trabajando, hablo directamente con el presidente Jaime Macaya, quien ha demostrado liderazgo junto a la secretaria general, María José Hoffmann, ya que a pesar de que pueden existir críticas, la palabra empeñada de la UDI se cumple y en eso agradezco ser parte de un grupo que analiza cómo continuar el proceso constituyente y sus reglas.