Expertos analizan escenario municipal tras caso injurias: Jonathan Velásquez sigue siendo el más fuerte pero su imagen quedó dañada

La sentencia por injurias graves contra una profesora tuvo al borde de la suspensión de su cargo al alcalde Jonathan Velásquez, ya que, si se confirmaba la decisión del Tribunal de Garantía, el edil quedaba impedido de presentarse a la reelección. Sin embargo, un acuerdo de último minuto con la afectada zanjó el litigio y el jefe comunal no tendría ningún problema en inscribirse como independiente para buscar otro periodo. Este escenario obliga un nuevo movimiento de piezas en ambos sectores políticos, que, tras la sentencia emitida en enero, daban prácticamente por seguro que el jefe comunal estaría fuera de competencia, un hecho por el que incluso hubo conversaciones para definir quién sucedería a Velásquez hasta la elección del 27 de octubre.

Analistas políticos coinciden en que el alcalde tiene la primera opción en los comicios al estar en el ejercicio del poder, sin embargo, advierten que su imagen ha sufrido daños y podría llegar muy desgastado en términos de gobernabilidad para asumir otro periodo. A ello se suma que tanto la izquierda como la derecha todavía están en conversaciones para definir un candidato único, esto, en medio de varios nombres que manifestaron su interés por aspirar a la alcaldía en cada sector. En la oposición el tema es aún más complejo, ya que cuenta con un candidato independiente que, de no ser apoyado por la coalición, perfectamente podría levantar una campaña que disperse el caudal de votos de su espectro político.

La académica de la Universidad Católica del Norte y doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Francis Espinoza, manifestó que el actual alcalde ha sido siempre la carta más fuerte para una próxima elección municipal, dado que tiene toda la plataforma edilicia para hacer campaña y la ha aprovechado muy bien. Además, indicó que el jefe comunal carece de histeria política y que el edil tenía la convicción férrea de que sería sobreseído en el caso de injurias graves en contra de la profesora Iris Núñez.

“De todas maneras, en política quien está en el poder, tiene más posibilidades de votación que la gente que está recién corriendo por el cargo. Aun cuando el voto es obligatorio y se observan cambios de conducta en el electorado, las condiciones de voto, y el contexto, las estrategias de Velásquez en las redes sociales debieran dar resultado positivo a favor de él. Esto es una realidad política clara y si el resto de los/as contrincantes no entiende esto, no sabe de política, porque hay que reconocer las fortalezas de los/as adversarios/as. El tiempo y una buena campaña propagandística pudiese ayudar, pero creo que las candidaturas están sin tiempo para remontar la ventaja de Jonathan Velásquez”, aseguró la doctora.

En la izquierda apareció el primer roce entre dos partidos que cuentan con nombres para el municipio. Mientras el PC tiene a Pablo Iriarte, Convergencia Social, el partido del Presidente, registra al concejal Camilo Kong. Este último participó en una reunión sobre seguridad con la Delegación Presidencial y aquello tuvo emplazamiento del concejal PC Waldo Valderrama, quien vio este encuentro como un acto de campaña.

Para la académica, en este caso sucede lo contrario del estilo político del alcalde, explicando que la histeria política es una mala estrategia electoral. “Las candidaturas políticas con perspectivas de fracaso siempre caen en la pelea de baja monta, en la autoproclamación como el caso del gobernador y en una serie de situaciones absurdas que reditúan en nada. El caso de Pablo Iriarte, mientras no ‘caliente’ al sector, no será como dice la canción de Los Palmeras el ‘verano’ de su sector político (la expresión literal es «recibo el calor de tu mano, pero no soy tu verano, títere…»). Se requiere la definición de una candidatura única fuerte, que sea capaz de derrotar a Velásquez, y para eso hay que alinearse a la mejor opción, aunque no guste, no hay tiempo para caprichos políticos”, afirmó.

En la oposición, el concejal Luis Aguilera renunció a RN para asegurar su presencia en la papeleta, ya sea con el apoyo de Chile Vamos o como independiente. La misma intención tiene Sacha Razmilic (Evópoli) y a estos nombres se sumó la solicitud de la UDI (a través de su presidente Pablo Toloza) para que Gonzalo Santolaya, el último concejal más votado de la derecha se presente al desafío.

La académica de la UCN dijo que comparte el punto de vista de Pablo Toloza de que Gonzalo Santolaya es la mejor carta que tiene la derecha, debido a que presenta la “historicidad” de una excelente votación. “Claro, en un contexto de voto voluntario y de una visión política que no está en el contexto actual de la postdemocracia. Asimismo, creo que se haría ‘justicia política’, porque debido a la salida de Karen Rojo del poder, le correspondía a él asumir el mando del municipio en función de la voluntad ciudadana que votó por él. Sin duda, Santolaya tiene la materialidad opcional de salir electo (el candidato más votado en el segundo período de KR) y eso en política cuenta”, advirtió. En este caso, agregó, “la derecha deberá alinearse con una sola candidatura y, a lo mejor, hacer carne lo que decía el exPresidente Sebastían Piñera -a propósito de su deceso- de ‘cuadrarse’ en un proyecto mayor y a largo plazo, la teleología de la política, aun cuando en el camino se tiren las mechas”.

“La gente está evaluando de manera distinta»

El sociólogo y exacadémico de la Universidad de Antofagasta, César Trabuco, dijo que Jonathan Velásquez, tras alcanzar un acuerdo con la querella en su contra, no necesariamente es el nombre más fuerte para la municipal. “Lo veo como una carta más, porque han ocurrido bastantes circunstancias que hacen que la gente esté evaluando de manera distinta las condiciones para ser alcalde. La idea es que lo que te servía hace dos o tres años no necesariamente sirve hoy”, indicó.

También sostuvo que el voto obligatorio impone que toda la ciudadanía se manifieste en torno a cuestiones importantes, porque “como ya hemos visto, entregarle la alcaldía a un ciudadano es una enorme responsabilidad. Así que ojalá el voto obligatorio sirva para que de alguna manera asumamos que cuando levantemos reclamos, la responsabilidad es nuestra, porque votamos por determinadas autoridades”.

Respecto de las posibilidades de la izquierda, el sociólogo expuso que algo que aplica para todas las elecciones, es que la idea de que los partidos políticos se pongan de acuerdo para un candidato único no podría traducirse directamente en un interés de la población. “No tengo nada que me diga que las tratativas que hacen las cúpulas se corresponden con lo que la gente quiere. Creo que, más que una preocupación entre los roces que hay en los liderazgos eventuales de los partidos, habría que tratar de escuchar a la ciudadanía. Esto, porque pudiera ser que se superaron todos los roces y ese candidato resultante no le diga nada a la comunidad. Hay que volver a vincular la soberanía con los ciudadanos y por eso es importante que sean ellos quienes manifiestan interés por una u otra alternativa. Lo que pudieran hacer las cúpulas políticas ayuda, pero no es lo fundamental”, apuntó.

Trabuco señaló que las primarias fueron un avance en términos de alcanzar nominaciones que representaran al colectivo de un sector, pero matizó que quizás hoy no necesariamente es la mejor herramienta. Y como ejemplo puntualizó que las elecciones que tienen la posibilidad de una segunda vuelta son una instancia que puede operar como el punto a partir del cual se define quién es el mejor candidato. Bajo ese prisma, para una presidencial o comicios de gobernador, no se requiere necesariamente una primaria, porque pueden concurrir candidatos y ver qué es lo que la ciudadanía define. Esto, para evitar los problemas de acarreo y roces fuertes en el interior de las coaliciones, que son las dificultades que muestra esta herramienta.

En cuanto a la situación de la derecha de llegar divididos a la papeleta, el sociólogo expresó que es un riesgo que siempre está vigente y habla, en lo principal, sobre cuál es la capacidad de articularse que tiene un sector que, si no logra ponerse de acuerdo en un candidato, cómo alcanzará acuerdos para gobernar.

Una imagen dañada

Para el doctor en Ciencias Políticas, Cristian Zamorano, el alcalde sería la carta más fuerte por descarte, aunque no puede negarse que con los últimos acontecimientos hay una tasa de rechazo que se ha disparado, inclusive en redes sociales. Ahí, dijo el analista, el alcalde aparece como una figura más discutida, con un desgaste de su táctica, de su discurso.

“Hay una imagen dañada por una acumulación de cosas y para mí, el punto de quiebre fundamental fue con la crisis del masivo corte de agua, con una inacción total por parte del alcalde”, criticó.

Zamorano manifestó que la reelección de Velásquez sería pírrica, es decir, con un desgaste tan grande que existe una posibilidad de ingobernabilidad, porque más allá de lo que pasa en las redes sociales, hay otros elementos, como la cantidad de tratos directos y otros cuestionamientos, que en algún momento pueden pasar a otro nivel.

En cuanto a lo que ocurre en la izquierda, el doctor cree que la pregunta es si con voto obligatorio el alcalde llegará al 20%, con una tasa de rechazo que en cualquier encuesta supera el 70%. “Ese piso puede ser superado a través de candidato único. La izquierda tiene que decidir entre Camilo Kong (CS) y Pablo Iriarte (PC), si van los dos, tienen muchas menos oportunidades de ganar. Si cada uno empieza a hacer campaña por su lado, se genera el mismo problema que en las primarias, queda un daño que después es difícil remediar. Es importante un diálogo, evitar los roces que afectan a la misma vereda y su competitividad, porque también hay intención de otros concejales de postular al cargo, desde el Partido Socialista y la Federación Regionalista”, recordó.

Y en la oposición, la posibilidad de que la derecha llegue dividida a la papeleta es real, advirtió Zamorano. Para el analistas, Luis Aguilera (independiente tras renunciar a RN) se presentará sí o sí a los comicios, ya que la decisión de dejar RN es el Rubicón que cruzó el concejal, para claramente ir de candidato y en eso no observa marcha atrás.

“(Aguilera) es un perfil atípico, no creo que reste tantos votos a la derecha porque él tiene una base de seguidores y habría que dimensionar cuántos son. Gonzalo Santolaya (UDI) es una figura que le gusta a la derecha clásica, en la cual se reconocen e instintivamente atrae mucho más esa derecha clásica que Sacha Razmilic (Evópoli). El único problema es que no puedes forzar a un candidato a presentarse si no quiere hacerlo y eso ocurre con Santolaya. Y con Razmilic, si bien es el candidato más competitivo de la derecha, no puede aparecer como el candidato por descarte. Su dificultad es cómo mostrarse atractivo para una gran parte de su sector que todavía no lo sigue y al mismo tiempo ver cómo proyectarse afuera para alcanzar el margen de votos que lo haga competitivo”, dijo Zamorano.

Por último, el doctor en Ciencias Políticas enfatizó que Aguilera, al ser independiente, no tiene que rendirle cuentas a ningún partido, así que los mecanismo de las coaliciones no aplicarían para él. Evópoli tendrá que llegar a un acuerdo con RN y la UDI que, a través de su presidente Pablo Toloza, propuso un nombre. “El problema es que ese nombre no está convencido y RN no tiene cartas. La apuesta de Aguilera, desde mi perspectiva, no es quitar votos a la derecha, sino que buscará en los nuevos votantes o la base que ha levantado en sus dos mandatos”, finalizó.