Un club de poesía, la filosofía y el Tai Chi en la Nueva Acrópolis de Antofagasta ayudaban a Luis Ugarte Inostroza (39) con la depresión y la ansiedad que arrastraba luego de sufrir un accidente en el brazo derecho, cuyas secuelas derivaron en un largo proceso que terminó con la solicitud de una pensión de invalidez. Junto a Evelyn Vargas tuvo una hija que el pasado 9 de mayo cumplió 14 años, sin embargo, en lugar de festejar, la adolescente tuvo que asistir al velorio de su padre, quien había muerto dos días antes como víctima de un homicidio en la avenida Rica Aventura, en el extremo norte de Antofagasta.
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La madrugada del sábado 7 de mayo, la Quinta Comisaría La Portada recibió un llamado alertando que un transeúnte permanecía tendido en la calle con diversas heridas. Cuando los carabineros acudieron, Luis Ugarte, quien permaneció durante algunas horas como NN, ya había fallecido y tras las primeras diligencias, el personal policial detuvo a un sujeto de 43 años, identificado como M.V.P. Tras la ampliación del control de detención, el Juzgado de Garantía decretó la prisión preventiva del ciudadano colombiano durante los 70 días otorgados para investigar el crimen. En la causa, el Ministerio Público dejó una constancia al tribunal, ya que, con la finalidad de realizar el reconocimiento fotográfico del imputado a los testigos, solicitaron al mismo autorización voluntaria para tomar una fotografía de su rostro. Esto, debido a que por la ausencia de datos nacionales de su identificación no se contaba con esa imagen, diligencia a la que M.V.P. se negó.
Evelyn Vargas explicó que los padres de Luis “están vivos y destrozados. Tiene cuatro hermanos. Hicimos una velatón y su mamá quería conocer el lugar donde mataron a su hijo. Es una señora de 74 años, me llama todos los días, duerme con la ánfora, tiene mucha pena”.
La víctima era antofagastina y vivía la Coviefi junto a Evelyn y sus hijos. En el año 2000, como alumno del Liceo Santa Sara, donde estudió programación, ganó un concurso de computación y luego trabajó en esa misma área. Según contó ella, estaba con licencia por una fractura en el brazo derecho de la que nunca lo operaron. El accidente fue cerca del 2018, y él trabajaba en su casa para una empresa contratista de IBM, con honorarios y con una bodega. Cuando subía unas cajas cayó y aquello no pasó como accidente del laboral porque fue en el Día del Trabajador. Prácticamente perdió la movilidad de su brazo. Cuando consultaron con traumatólogos particulares, supieron que la fractura que presentaba debía operarse en no más de 15 días y que ya era demasiado tarde para cualquier procedimiento. Además, indicó que luego del accidente, ni siquiera lo enviaron con un kinesiólogo ni le dieron pastillas para el dolor.
“Le dejaron de pagar las licencias siendo que tenía evidentes lesiones, la empresa no lo finiquitó y en eso estábamos con la Inspección del Trabajo, a punto de renunciar porque ya no quería seguir peleando. Estábamos con el tema en la Inspección y la Compin, lo iban a pensionar por discapacidad a través de una AFP”, detalló Vargas.
Luis participaba activamente desde hace años en la Nueva Acrópolis con filosofía y Tai Chi, actividades que le servían ahora que padecía de depresión y ansiedad por la situación de su brazo. También, un amigo lo invitó a un club de poesía que se desarrolla en una sede que Bomberos facilita para cultivar la lectura. Con Evelyn tuvo una hija de 14 años y, además, había otros dos hijos a los que conocía desde niños y lo veían como su padre. La adolescente estuvo de cumpleaños el 9 de mayo y ese día “lo pasó en el velorio de su papá llorando, no quiso alejarse de él. El dolor de ella será para siempre”, lamentó Vargas. La familia intenta que ella viva su pena y el viernes pasado fue el primer día que fue al colegio, porque sus compañeros organizaron un día del cariño.
Interrogantes
Los cercanos a Luis tienen muchas interrogantes sobre las circunstancias en las que ocurrió el homicidio, junto con el impacto por el ensañamiento con el que se cometió.
Evelyn sostuvo que ellos viven en Coviefi, en el sector sur de la comuna y acudieron a celebrar los 15 años de la hija de una de sus amigas, en el condominio Bordemar, en el extremo norte de Antofagasta. Debido a la condición de su brazo derecho, Luis no manejaba y los llevaron hasta el lugar donde compartieron con su hija de 14 años, una sobrina y en la casa estaba la festejada, su madre, Evelyn y Luis. Cerca de las 23 horas, la víctima salió a comprar cigarrillos y al revisar su chaqueta constató que llevaba la tarjeta y la de la dueña de casa que le encargó unas cosas, y un teléfono.
“A las 23.30 horas lo llamé y me contestó normal. Después de las 12 me contestó muy raro, ‘espérame, ya voy’. Después solo me respondía WhatsApp, pero cortos, luego aparecía el visto con los azules. Luego lo llamé y me dijo ‘Evelyn, no me llames más, hay una pelea, estoy a dos cuadras’. Le dije que me diera la ubicación y me respondió que no saliera. En la casa salieron con un perrito a mirar por el condominio si lo veían. Éramos dos mujeres y unos niños, cómo lo mandaríamos a buscar si quedamos muy angustiadas. Mandé a las niñas con mi hija a la casa y me quedé esperando hasta las cinco de la mañana. Antes de eso Luis hizo dos llamadas que solo se escuchaba ruido, hubo una última llamada a las 1.45 horas”, manifestó Evelyn.
El lugar del cumpleaños queda en calle Petronila y Luis murió en Rica Aventura, muy cerca de la vivienda. La familia explica que el sitio donde acudió a comprar quedaba más al norte, pero su cuerpo terminó al sur de la casa que visitaban. Evelyn llamó en reiteradas ocasiones a Carabineros y a sus padres, pensando que tal vez se había ido por alguna emergencia. Durmió poco y un cuarto para las siete de la mañana llamó nuevamente a la policía, aunque esta vez solicitaron el RUT y le pidieron que fuera a colocar una denuncia por presunta desgracia. Llegaron hasta la Comisaría La Portada y ahí fueron notificados de que Luis estaba muerto.
La sensación que tienen es que vivió algún episodio y no quería exponer a su familia, ya que ellas estaban solas en el cumpleaños.
“Llegó como NN al Servicio Médico Legal. Robaron su chaqueta, que todavía no aparece, donde tenía las tarjetas, el carné y el teléfono. Nos ha contactado mucha gente, como una señora que vive cerca del negocio donde compró Luis, explicándonos que este tipo (el homicida) estuvo mucho rato molestando y pidiendo plata a quienes entraban a comprar. Como lo vio solo y con una notoria discapacidad, seguramente se aprovechó. Lo que quiero saber es qué hizo todas esas horas, porque él no tenía esa clase de amigos, creo que trató de defenderse porque tenía morado el puño de su mano izquierda. Pero este tipo era inmenso, según un testigo que me llamó, me dijo que estaba sentado sobre el pecho de Luis, estrangulándolo y clavando un tenedor en su cuello. Eso no era necesario, lo mató y se ensañó”, señaló Evelyn.
Antes de morir, agregó, estaba muy delgado, sufría depresión, ansiedad y a eso se suma la discapacidad de su brazo. También criticó que durante la audiencia de formalización “hablaron puras tonteras, como que le estaba dando reanimación. Sé que es el trabajo del abogado y tiene que hacerlo, pero sentimos que cae en el ridículo, dijeron que tenía enfermedades preexistentes y que quizás le dio un paro, o haciendo pasar esto como que eran amigos y que estaban compartiendo. La gente del sector, que es totalmente poco empática, no quiere una animita porque fue un ajuste de cuentas”.
A la formalización asistió el hermano mayor de Luis, quien entregó detalles del imputado. “El tipo es de Buenaventura (Colombia), está indocumentado y dijo que no quería hablar. Hubo dos personas que vieron y solo una hizo algo que nadie más, y no importa que estuviera muerto, se lo agradezco mucho. Se bajó con un bate y le dijo ‘hueón, lo mataste, ¡para!’. No paró, le quitó el bate y esta persona arrancó, pero lo siguió con las luces apagadas. Se fue a un parque al lado del Colegio San Patricio y se tiró ahí (en el pasto)”, contó.
Los vecinos del sector dijeron que tal vez se conocían, porque escucharon una discusión. Pero ellos creen que Luis trató hasta el último momento de zafar de él, porque era una persona de diálogo, no era violento ni le gustaban los conflictos.
“No quiero que con esto se genere un movimiento xenofóbico, el tema no va por ahí, sino que es tiempo de ver un control migratorio. Este tipo estaba acá aportando nada, era indigente, indocumentado. Algunos vecinos llamaron a los Carabineros y nunca llegaron, dieron aviso de que estaba en el sector causando problemas. Entiendo que Izkia (Siches, ministra del Interior) envió a varias ciudades contingente policial y acá no, encontró que era innecesario. Donde pueda voy a hablar, voy a gritar hasta que me canse porque tengo una pena enorme, lo extraño todos los días, no es justo”, declaró.
Lo que espera frente a la situación de seguridad en el norte, es la presencia de algún ministro en la zona, mayor control migratorio y más contingente policial. Indicó que es feminista y así como dicen que van a quemar todo si matan a una, ella siente lo mismo por Luis y por ello no se quedará tranquila hasta que todo esto se difunda. “A esta persona la formalizaron, tal vez tiene antecedentes, no tiene conciencia de que mató a una persona. Para él, quebró un vaso y se fue. No demuestra ningún tipo de arrepentimiento porque destruyó tantas familias”, expresó Evelyn Vargas.
