Felipe Berríos se defendió de las acusaciones recibidas, luego de que la Compañía de Jesús informara ayer que siete denuncias por abuso sexual en su contra son “verosímiles”, según los resultados de la investigación previa canónica.
“No diferencia entre las cuatro denunciantes y los tres relatos de otras personas, y no explica la diferencia entre que un hecho sea verosímil y que éste realmente haya ocurrido”, declaró Berríos, respecto a la indagación realizada por la abogada María Elena Santibáñez.
Asimismo, en su declaración pública, dijo que “en este tiempo he podido conocer en detalle las cuatro denuncias y los tres relatos que finalmente se presentaron ante la investigadora canónica, ninguna de las cuales ha sido llevada a la Justicia”. Agregó que salvo una, desconoce los otros testimonios.
Por esta razón, argumentó que “puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen. De hecho, la sola expresión ‘actos de significación sexual’ es muy compleja, pues la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo. Acá no hay nada de eso”.
Al respecto, Berríos aclaró que se le acusa de conductas impropias y lenguaje inapropiado, es decir, hablar sobre temas no correspondientes a un sacerdote y “supuestas tocaciones de muslos y glúteos”.
Eso sí, el jesuita explicó que “nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como que me traten de ‘padre’ o usar vestimentas opulentas. Todo eso, justamente, para evitar posiciones dominantes”.